viernes, 21 de marzo de 2008

Del lado de los trogloditas

Por Omar López Mato

Estimado Sr. Ministro:

Lamento que la discusión sobre la despenalización del uso de drogas haya degenerado a un plano personal. En lugar de ser un cambio de ideas dentro de los márgenes científicos y legales, se ha caído en descalificaciones y agresiones para lograr cierto efectivismo mediático. En primer lugar ¿cuántas vidas destrozadas o familias destruidas por la droga ha conocido el Sr. Ministro? Pues los trogloditas que se oponen a su propuesta son médicos que se pasan la vida tratando víctimas de estas adicciones.
Para no evitar malas interpretaciones debemos ser precisos sobre un tema fundamental que pone en peligro el futuro de los que nos siguen. De allí que vale analizar el tema.

1) Por qué no a la marihuana

A. El 60% de los que caen en el uso de drogas pesadas comienzan por la marihuana. Existen personalidades "adictógenas" que inevitablemente caerán en sus garras. Dificultando su acceso disminuirá su adhesión.

B. La marihuana es más cancerígena que el tabaco, un cigarrillo de marihuana equivale a cinco de tabaco en cuanto a su capacidad de producir neoplasias. Este es un detalle poco difundido por los defensores de la despenalización. La sociedad hace un enorme esfuerzo para desalentar el uso del tabaco y permite el uso de la marihuana. ¿No les parece un sinsentido? Algo parecido pasa con los controles de alcoholemia, se sanciona al que tomó dos copas de vino, pero al que anda con dos líneas de cocaína o fumando marihuana, circunstancia harto más peligrosa, puede seguir su camino.

C. Hay toda una serie de deterioros físicos y mentales que se da en los usuarios crónicos de marihuana, como ser trastornos cerebrales y de memoria, bronquitis crónica, baja en el rendimiento académico y más grave aún los trastornos que produce entre los hijos de las mujeres embarazadas que fuman marihuana.

2) Otras sustancias adictógenas

El problema de las adicciones no solo pasa por las drogas prohibidas hay otras que causan adicción.
Ante todo me gustaría señalar a las benzodiacepinas aparentemente inocentes tranquilizantes y somníferos, que crean una adicción en aquellos que la usan en forma frecuente. La vida de estas personas continuará a fuerza de pastillas.
Todos creemos conocer el efecto cancerigeno del tabaco, pero no todo el mundo lo sabe y menos aun los adolescentes que se inician en el glamour del fumador. Nadie lo explica en los colegios ni muestran la brutal incidencia del cáncer de pulmón o de cardiopatías o bronquitis crónica como secuelas de su abuso. Pero insisto, una vez más, la marihuana es más cancerigena que el tabaco ¿Por qué no enseñan eso en el colegio? La enseñanza en los colegios es muy light y el mensaje que parece trasmitirse es un "no porque no".
Con respecto al alcohol existe un dilema semejante. El uso crónico del alcohol trae un deterioro físico en 20 años, el de la cocaína en 10 a 15, el del paco ¡en 2 años!
Debemos entender que hoy un joven tiene una larguísima expectativa de vida. Llegar a los 90 es cosa de todos los días y probablemente nuestros hijos lleguen a edades mayores si se cuidan. Para tener una vida plena no necesitamos empastillarnos, emborracharnos o drogarnos, ni hipotecar nuestro futuro por el cáncer.
Corresponde cuidar nuestros cuerpos y nuestras mentes para afrontar 80 o 90 años que nos esperan. Si no lo hacemos ahora, después la sociedad deberá cubrir los costos de la salud perdida por aquellos que no se cuidan como es debido ¿Toda la sociedad deberá pagar la carga de estos desaprensivos?
Por último creo que enviar a un consumidor esporádico de alguna de estas sustancias tóxicas a la cárcel no tiene sentido. El sistema carcelario argentina no es reformador y sí probablemente degenerador.
Pero el mensaje debe ser claro para que la juventud no perciba el doble mensaje: la sustancia es tóxica y su consumo perjudicial. Estos individuos detectados usando drogas prohibidas, aun en dosis personales, deben ser individualizados y sancionados, para eso existen los Provation: hay muchos baños para limpiar en los hospitales argentinos, muchas personas para cuidar en los asilos, ¡muchos drogadictos que necesitan rehabilitarse! Muchos huérfanos que requieren cuidados.
Es indispensable que estos jóvenes sean detectados para ser asistidos cuando reincidan. En ese caso deberán asistir a clases donde se muestren en forma descarnada los horrores que asolan a las victimas del Paco jóvenes descerebrados que fuman basura con olor a nafta.
Además de todo lo dicho cuando un país despenaliza el consumo sin que lo hagan sus vecinos, ese país se convertirá en un sumidero de drogadictos. Amsterdan se transformó en un gran casa de citas, (para usar una expresión elegante) y los holandeses no están contentos con vivir de esa forma (de hecho no son muchos los holandeses que viven en el centro de Ámsterdam), pero los intereses creados son muy fuertes y ya no pueden volver atrás
¿Ese es el futuro que queremos? De despenalizar estemos preparados para recibir un aluvión de adictos ¿Serán tan tranquilas las calles de Buenos Aires?
Le ruego al Sr. Ministro que en primer lugar no descalifique las opiniones de muchísimas personas que han estudiado este tema con ojos que no son los puramente legales.
El sistema judicial y penal está colapsado pero ser permisivo no es la mejor forma de ejercer la justicia.
Tema no menor el que propone el Sr. Ministro, pues un error en sus consideraciones nos puede llevar a una crisis social de dimensiones insospechadas con una pesada carga de víctimas innecesarias ante su error perceptual. ¿Estará entonces el Ministro para reconocer su error?
Sólo imagine usted Sr. Ministro las hordas de barrabravas bajo el efecto de marihuana o paco asistiendo a la cancha con las dosis necesarias para su uso personal. ¿Puede imaginar las consecuencias?
Su propuesta de despenalizar la tenencia de droga es el camino más corto hacia el descalabro total de la sociedad argentina y tratar de evitar esto, no nos convierte en trogloditas.

www.politicaydesarrollo.com.ar, 19-Mar-2008