lunes, 17 de noviembre de 2008

Falta ser serios


Delia Ferreira Rubio
LA NACION, 16-11-08

Un buen sistema de control es esencial en un programa serio de prevención y sanción de la corrupción. No hace falta inventar nada. Hay que ajustarse a los principios y estándares elementales consagrados por las Convenciones contra la Corrupción de Naciones Unidas y de la OEA, ambas ratificadas por la Argentina.
El control no puede depender de la valentía y la honradez de algún funcionario, sino de la existencia de mecanismos institucionales serios y respetados que garanticen a los órganos de control su independencia del poder político de turno y su capacidad de actuación.
La independencia del órgano de control supone que quien controla no puede depender del controlado.
¿Alguien cree que la Oficina Anticorrupción puede controlar a los empleados y funcionarios del Gobierno cuando depende del ministro de Justicia?
¿Alguien cree que la Sigen puede controlar eficientemente la corrupción siendo una dependencia del gobierno al que debe controlar?
¿Alguien cree que la AGN puede luchar eficazmente contra la corrupción cuando la mayoría de turno controla el cuerpo colegiado, más allá de que la presidencia del organismo esté a cargo de la oposición?
¿Alguien cree que se puede transparentar el financiamiento de la política cuando se asfixia presupuestariamente a los órganos encargados del control?
¿Alguien cree que el fiscal de Investigaciones Administrativas puede ejercer su misión cuando se le recorta el margen de acción con interpretaciones que, aunque legales, ponen de manifiesto la voluntad política de evitar cualquier control efectivo?
Hay que crear los mecanismos institucionales que garanticen la eficacia del control. No se trata de inventar más burocracia pseudocontrolante, como la decena de comisiones bicamerales. La lucha contra la corrupción exige coraje y compromiso, pero no podemos depender de la valentía de unos pocos. Simplemente se trata de ser serios.

(La autora es presidenta de Poder Ciudadano)