viernes, 12 de marzo de 2010

ROSAS Y LAS ISLAS MALVINAS



A propósito de una frase de Rodolfo Terragno:

Para que haya acuerdo tiene que haber concesiones recíprocas. Manuel Moreno planteó, en su momento, la posibilidad de repartir una isla para cada país. Juan Manuel de Rosas propuso canjear las islas por deuda.

(Revista Debate, 27-2-10, pag. 13)

Conviene, en primer lugar, dejar aclarado que el Archipiélago fue usurpado por Inglaterra a comienzos de 1833, durante el gobierno del general JUAN RAMÓN BALCARCE.
Culminaba así un hecho lamentable ocurrido durante el primer gobierno de ROSAS, pero no con los ingleses sino con los norteamericanos. El 28 de diciembre de 1831, el comandante SILAS DUNCAN de la Armada de los Estados Unidos, al mando de la corbeta de guerra Lexington, como represalia por el apresamiento de algunos barcos pesqueros de su país, que hacían caso omiso de las disposiciones que al respecto había ordenado LUIS VERNET, gobernador de las Islas, destruye prácticamente el establecimiento de Puerto Soledad y se lleva como prisioneros a algunos de sus habitantes.

El gobierno de ROSAS protestó enérgicamente por el vandálico atropello, y las relaciones con los Estados Unidos quedaron tirantes. Es entonces cuando intervienen los ingleses, acordándose de “supuestos” derechos de descubrimiento y ocupación y el 3 de enero de 1833 el comandante S. F. ONSLOW, de la corbeta de guerra Clío de S.M.B., toma “abruptamente” posesión del puerto Luis de Soledad. Acción que mereció el apoyo de SARMIENTO: “…la Inglaterra se estaciona en las Malvinas, para ventilar después el derecho que para ello tenga… Y seamos francos, no obstante que la invasión de la Europa sobre nosotros nos sea perjudicial y ruinosa, es útil a la humanidad, a la civilización y al comercio”.

Con respecto al problema del archipiélago de las Malvinas, la ocupación inglesa no puede aislarse, sin embargo – para explicarse la actitud que asumiera al respecto el Restaurador-, de otro hecho gravísimo: la contratación por los unitarios (en condiciones leoninas) el 1º de julio de 1824, del empréstito del millón de libras que sirvió para comprometer – en vísperas de la batalla Ayacucho (Alto Perú), 9 de diciembre de 1824 – los frutos de la Independencia conseguida con tantos sacrificios. RIVADAVIA, en su “aventura presidencial” (la frase es de LÓPEZ), había hasta hipotecado como garantía de aquel empréstito – que recién se termino de pagar en 1901 -, todo el territorio nacional.

ROSAS insistió siempre en reclamar a Inglaterra las islas Malvinas, cosa que se puede comprobar leyendo sus Mensajes a la Legislatura.
Pero en cierto momento de su gobierno parece que los acreedores ingleses, “insinúan” la posibilidad de “saldar la deuda” con la cesión del Archipiélago. Lo cierto es que DON JUAN MANUEL contesta, por intermedio del doctor D. MANUEL MORENO, nuestro representante en Londres: “Reconozca el gobierno inglés nuestros “legítimos derechos” y responderemos a la deuda con esa parte de nuestro territorio”.

Plantado así el problema por ROSAS, era de realización imposible: significaba por parte de Inglaterra echar por el suelo su “discutida” pretensión de derechos históricos y reconocer como verdadero acto de “piratería” el despojo cometido.

En el Mensaje a la Legislatura de 1835, luego de recordar que las provincias confederadas lo habían autorizado a entender en las relaciones exteriores, dice: La ocupación norteamericana se produjo el 31 de diciembre de 1831 y la de los ingleses el 3 de enero de 1833.

Extractado de “Diario Pampero”