jueves, 8 de abril de 2010

OBAMA, ¿PRETENDE PROFUNDIZAR LA DIVISIÓN DE LA IGLESIA?


Por P. Juan C. Sanahuja

En opinión de George Weigel, Obama, con su discurso en Notre Dame del 19 de mayo de 2009, se metió de lleno en las cuestiones internas de la Iglesia. “El presidente de los Estados Unidos decidió definir lo que significa ser católico en el siglo XXI”, asumiendo la jefatura de los católicos disidentes, enfrentando a los intelectuales católicos y a las instituciones de la Iglesia con sus obispos y con Roma, reeditando una nueva forma de galicanismo (cfr. CNA 20-05-09). La dura batalla de la reforma del sistema de salud, sancionada por el Congreso el 21-03-10, parece darle la razón a Weigel.
Entre las señales que llamaron la atención respecto a que, detrás de la batalla por la reforma de salud, había un interés del gobierno de manejar a la disidencia católica y confundir al resto del pueblo fiel, fue la inusitada invocación a San José rogando por el proyecto de ley abortista, que hizo el 19 de marzo la pseudo católica Nancy Pelosi, presidente de la Cámara de Representantes.
Una vez aprobada la ley no sólo fue la presidente de Planned Parenthood, organización que forma parte de la IPPF, internacional del aborto y la perversión de menores, la que expresó su gratitud a las monjas rebeldes -“que rompieron con los obispos y el Vaticano para apoyar la reforma” (vid NG 1027, 1030)- sino que el mismo presidente Barack Obama distinguió especialmente a los católicos rebeldes.
En efecto, de los 21 asistentes al acto de promulgación de la ley abortista de Obama una de las dos invitadas, que no eran legisladoras o funcionarias del gobierno, fue la Hermana Carol Keehan, presidente de la Catholic Health Association; la otra fue Victoria Reggie Kennedy, “viuda” del pseudo católico Edward M. Kennedy.
Keehan además fue distinguida por el presidente Obama con una réplica de la lapicera con la que éste firmó la promulgación de la ley. Réplicas iguales recibieron los pseudo católicos abortistas: Nancy Pelosi; el vicepresidente Joe Biden; la secretaria de Salud, Kathleen Sebelius y otros legisladores y funcionarios asistentes al acto, que fue montado con una espectacularidad fuera de lo común, propia de quien celebra una gran victoria honrando a quienes la hicieron posible.

Mons. Charles Chaput, arzobispo de Denver, decía en su columna del 22-03-10 en el Denver Catholic Register, que si bien no fueron de extrañar las posturas de Catholic United, el brazo político de la herejía, o de Network, “que rara vez ha demostrado demasiado entusiasmo por una definición de justicia social que incluya los derechos de los no nacidos, fueron sorprendentes, profundamente decepcionantes y también realmente dañinas las acciones de la Catholic Health Association (CHA), que dio un mensaje público intencionalmente contrario a los obispos. En los cruciales días finales del debate sobre la legislación de asistencia sanitaria, los lobistas de la CHA actuaron directamente contra los esfuerzos de acercamiento a los miembros del Congreso de los obispos estadounidenses. La ley inicua que ahora enfrentamos, se la debemos en parte a la Catholic Health Association y a similares organizaciones 'Católicas'”, escribió Chaput.
Es de notar que la CHA tuvo el apoyo público de la Leadership Conference of Women Religious (LCWR), confederación de órdenes religiosas femeninas investigadas por la Santa Sede. Estas monjas disidentes -más que disidentes, herejes- decidieron resistir a la visita apostólica porque, según ellas, el “Vaticano está ‘fichando’ a las congregaciones religiosas que están en desacuerdo con algunos aspectos de la doctrina católica, sobre todo en materia de sexualidad”.

Una dura batalla por recuperar la identidad católica se libra en los Estados Unidos. Las heridas de la crisis de los 60, en particular el rechazo de la encíclica Humanae vitae, deben ser curadas de una vez por todas.
Tanto la Conferencia Episcopal, como muchos obispos en particular, sin hacer cálculos indignos de oportunidad política, actuaron enérgicamente ante el ObamaCare. Pusieron recursos al alcance de todos los estadounidenses para que expresaran su opinión a los legisladores; guiaron con su magisterio al pueblo fiel; sostuvieron en el combate a los legisladores que defendieron la vida humana. No temieron marcar las diferencias con los grupos disidentes; porque la verdadera unidad debe estar enraizada en la verdad; la pseudo unidad que sacrifica la verdad del magisterio, socava a la Iglesia y pone en peligro la salvación de las almas.

NOTICIAS GLOBALES, 7-4-10 (Extractado)