viernes, 11 de junio de 2010

CORTE DEL PUENTE: UN BODRIO QUE NI KAFKA IMAGINÓ


Eduardo Ferreyra

Todo el asunto que rodea a la instalación y funcionamiento de la pastera Botnia/UPE es algo que ni Franz Kafka pudo imaginar. El asunto ha llegado a un nivel del absurdo tan increíble que no podemos más que reír sin consuelo –aunque deberíamos llorar por los caminos que lleva nuestra Nación.
Después de la reunión de ambos presidentes en las márgenes del Río de la Plata, donde vimos un intercambio de obsequios –un voto por el Unasur y un levantamiento del corte- un juez se acordó que en un cajón de su escritorio tenía durmiendo desde 2006, no sólo uno, sino TRES órdenes enviadas a la Gendarmería Nacional de despejar la ruta que pasa por Arroyo Verde.
Si la memoria nos juega en contra recordamos que mientras los piqueteros tomaban mate y comían asado en Arroyo Verde la misma Gendarmería era quien cortaba la ruta impidiendo a los viajeros acercarse hasta el piquete. La excusa: proteger a los piqueteros de las iras violentas de los ciudadanos honestos. Algo Kafkiano ya se comenzaba a desarrollar: las fuerzas del orden protegiendo a delincuentes sediciosos que habían violado ya todos los artículos de la Constitución Nacional y del Código Penal que había para violar.

Segundo acto de la tragicomedia: Argentina lleva el diferendo al Tribunal de La Haya, acusando a Uruguay de ilegalidad en la instalación de la pastera, lugar desde donde le hacen notar que no cumplir con un inciso del Tratado del Río Uruguay no le confiere ni Argentina ni a Uruguay el derecho a vetar ningún emprendimiento. Que el tratado no más que un acuerdo cordial entre amigos y no tiene más valor que el apretón de manos entre rivales antes de un partido de fútbol.
Kafka, no te vayas a reír, por favor. Fuimos a La Haya acusando a Uruguay de una posible futura contaminación de una pastera que usará la tecnología más avanzada para evitar la contaminación –mientras “olvidamos” que tenemos como una docena de pasteras que usan las obsoletas tecnologías que sí fueron prohibidas en Europa y que han causado estragos en la salud de los lugareños y recibieron denuncias de Paraguay sobre el asunto. Pero, ¿quién escucha a Paraguay cuando se queja de contaminación si no ha contratado a los acróbatas y saltimbanquis de Greenpeace? Veo que te sonríes Kafka. ¿Tanta gracia te causa?
Finalmente llegó la hora de cumplir las promesas intercambiadas entre Doña Cristina y don Pepe. Pero como el Unasur todavía es nada más que un Sello de Goma (SdG), y si Don Pepe decide retirarse del mismo el SdG irá a parar a la basura, Doña Cristina se ve, de mala gana, obligada a hacer como que cumple con su promesa. Sabe que necesita ganar tiempo hasta que el Unasur finalmente deje de ser el SdG que ridículamente es, y su marido se divierta extendiendo su influencia a los países del SdG.

Dice la noticia en La Nación:
Los manifestantes aseguraron que el bloqueo "está más firme que nunca", luego de que el Gobierno comunicara que no iba a hacer efectivo el fallo que pide el fin del corte del puente; el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, sostuvo que denunció a los responsables de la interrupción de la ruta ante la justicia penal y civil.
Finalmente, no se cumplirá la advertencia del ministro de Justicia, Julio Alak, de que hoy se haría efectiva la resolución judicial que ordenaba el levantamiento del corte. En cambio, el Gobierno anunció que se presentará como querellante en la causa.
Tras reunirse durante varias horas con la presidenta Cristina Kirchner, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, anunció que el Gobierno no notificará el fallo judicial que ordenaba el fin del bloqueo y manifestó que el Estado se presentará como querellante.
Ahora todo el asunto se convierte en una vorágine Kafkiana: “Olvidan” que ya había tres órdenes judiciales para terminar con el bloqueo. Kafka, ¿estás escuchando?

Primero se disculpaban de su inoperancia culpando a la ineficiencia de la Justicia. Cuando la Justicia despierta de su sopor y presenta al gobierno la orden de despejar al puente, éste lo desobedece siguiendo su vieja costumbre. “Olvidan” que era el turno del gobierno ejecutar las órdenes de despejar el camino, de acuerdo a todas las leyes –que juraron respetar en una ordenada ceremonia poniendo su mano sobre una Biblia. “Olvidan” que no hubo orden judicial para despejar las rutas a Mar del Plata ni de Santa Cruz durante piquetes que no estaban en los planes de nuestros gobernantes –sin embargo alguien le dio la orden a Gendarmería Nacional y allí fueron a molerles el lomo a palos a los atrevidos. “Nosotros no reprimimos” dice un funcionario de frondoso bigotefoca. Kafka, no te rías tanto!.

El gobierno querellará a los asambleístas. ¿Qué resultará de esa maniobra tan “dentro de la ley de la democracia” y de los presuntos DDHH? Que un juez, (Oyarbide, quizás?), recibirá la denuncia, iniciará las indagatorias, y siguiendo la práctica tan argentina de dormitar expedientes en los cajones, dentro de unos dos años dictará la prescripción de la causa –porque los delitos se iniciaron hace cuatro. Kafka, detente! ¡Te volverás a morir si sigues riendo de esa manera!
Y todo seguirá así hasta el infinito –o hasta que haya un cambio de gobierno y gente responsable se haga cargo del país y pongan manos a la obra para hacer una limpieza que no sólo debe comenzar por el Riachuelo y la docena de pasteras contaminantes que tenemos en el país.

Perdón, Franz! Esta última posibilidad terminó matándote de la risa. Nosotros, en cambio, estamos empezando a llorar.

EstrucPlan, 11-6-10