jueves, 24 de junio de 2010

GUEMES, PERSONALIDAD DEFINIDA POR VALORES DE AMOR Y JUSTICIA

monseñor Dante Bernacki
Salta, 22 Jun. 10 (AICA)

“Jesús es el grano de trigo que cayendo en la tierra, muere para dar fruto abundante… Ese fruto que rogamos reciba también Don Martín Miguel Juan de Mata Güemes, sin olvidar que el grano de trigo es también modelo para el cristiano, recogido en la vida de nuestro héroe patrio, pues se constituye en el testimonio viviente de quien supo dar su vida por Dios y por la Patria”. Así lo expresa monseñor Dante Bernacki, vicario general de la arquidiócesis de Salta, en una reflexión en la que intenta comprender la personalidad de “este héroe de la patria grande”.

Para ello, extrae dos hechos de la memoria histórica relativos a la vida del prócer: su reacción frente a la detensión injusta de un arzobispo que defendía la causa americana y su negativa a ser sobornado con recursos para su curación cuando estaba en agonía.

La caridad, la humanidad y la fe identifican su personalidad
“En aquel entonces -señala el texto-, el Supremo Director don Ignacio Álvarez Thomas, mandó apresar y trasladar al Tucumán al arzobispo de Charcas Don Benito María de Moxó y de Francolí, acusado de realista… Venía maltratado por quien fuera el sargento mayor don Manuel de Rojas… La detención del arzobispo, que apoyó la causa americana, fue verdaderamente injusta, y Don Martín Miguel de Güemes tuvo esa intuición”. Y prosigue: “Llegada a Salta la comitiva, es donde se muestra el espíritu y el temple del General: ‘Aunque el excelentísimo señor general del ejército del Perú ha dispuesto que el ilustrísimo señor Arzobispo de los Charcas pase hasta la ciudad de Tucumán, he tenido a bien por justas consideraciones y sin perjuicio de las órdenes de dicho señor General, que entre en esta, ya sea a tomar algún descanso de sus fatigas (hospitalidad caritativa), ya sea porque la estación rigurosa de lluvias y calores le sería demasiado grave (sensibilidad humana sincera), cuando por otra parte mira este gobierno con todo respeto la alta dignidad que representa” (identidad de fe)”.

“Aquí -dice monseñor Bernacki- entrevemos la esencia de la personalidad de Güemes: la caridad, la humanidad y la fe que lo identifica como tal. En él vemos aflorar los valores que marcan su corazón, ante los cuales no duda y obra en consecuencia sin pensar en su fama, ni buscar posturas acomodaticias. Sostuvo esta situación con valentía e integridad a pesar de los reclamos de Buenos Aires”.

No antepuso nada al amor a Dios y a la Patria
En segundo lugar, recuerda que “ya prácticamente en su agonía, el realista Olañeta que había tomado Salta, intentó sobornar a Güemes, mandando a ofrecer los recursos necesarios para su curación”. Güemes rechazó la oferta a pesar de que “Olañeta intentó una vez más convencerlo vilmente con garantías, honores, empleos siempre que él y sus tropas rindieran las armas al rey de España”, y ordenó poner sitio a la ciudad y no descansar “hasta arrojar fuera de la Patria al enemigo”.

“Don Martín Miguel de Güemes no antepuso nada al amor a Dios y al amor a la Patria. Sabía que la libertad es el don más hermoso que persona o pueblo pueda tener, y por este don supo entregar su vida con total entereza y valentía. Aquel domingo 17 de junio de 1821, reclinando su cabeza sobre el pecho del sacerdote que lo ayudó a morir, nuestro héroe gaucho entregó su alma a Dios”.

El General es figura señera del Bicentenario
Por último, el vicario salteño afirma que “el General es figura señera del Bicentenario de la Patria, y a la vez paradigma para proyectar la Argentina de este siglo XXI, ya que en él encontramos”:

- “Al hombre que sabiendo reconocer sus límites, supo dejar que las convicciones patrióticas rigiesen su existencia”.
- “Al héroe que abrió surcos generosos en los corazones, sembrando la semilla de la libertad”.
- “Al cristiano que dejó que el Justo Juez fuera el norte de sus pensamientos y sus obras”.
- “Al guerrero que en sus estrategias, dejó entrever el dominio de sí mismo que es la más fuerte de todas las victorias que conducen a las demás batallas con virtud y valentía”.
- “Al gaucho, que supo ganarse el corazón de los suyos con verdad y con justicia, dejando de lado toda demagogia”.
- “Al político que supo darlo todo en servicio del pueblo, y jamás buscó servirse del pueblo”.
- “Al idealista, cuya grandeza nos muestra que la mediocridad no tuvo lugar en su corazón”.
- “Al esposo que supo ganarse el corazón de su amada Carmencita, y al padre que ansiaba ver a sus hijos para compartir con ellos”.
- “Al patriota que supo ofrendar su vida para la grandeza de Salta, de Argentina y de toda América”.+