sábado, 14 de agosto de 2010

DROGAS

La legalización de las drogas

Por
Andrés Oppenheimer

La sorprendente declaración del ex presidente mexicano Vicente Fox en apoyo de la legalización de “la producción, la venta y la distribución” de drogas fue motivo de titulares en todo el mundo.

Fox, que fue un estrecho aliado de Estados Unidos durante su gobierno y que pertenece al mismo partido político de centroderecha que el actual presidente Felipe Calderón, sacudió la escena política mexicana al criticar indirectamente los fundamentos de la ofensiva militar de Calderón al narcotráfico, que ha dejado un saldo de 28.000 muertes desde el 2006.

Calderón respondió inmediatamente afirmando que “no estoy de acuerdo con la legalización”, aunque ha abierto un diálogo con los partidos políticos para debatir el futuro de las políticas antidrogas de su país. El Partido Revolucionario Democrático, de centroizquierda, anunció que apoyará la “legalización fáctica” de las drogas.

La declaración de Fox, publicada el 7 de agosto en su blog, fue mucho más lejos que una declaración conjunta realizada en el 2009 por los ex presidentes Fernando Henrique Cardoso, de Brasil; Ernesto Zedillo, de México, y César Gaviria, de Colombia. En esa declaración, los tres ex presidentes cuestionaban la eficacia de la guerra de Estados Unidos contra las drogas, y proponían la descriminalización de la posesión de marihuana para uso personal.

Mientras que los tres ex presidentes de centro habían propuesto solamente la descriminalización de la marihuana, que implica no enjuiciar a quienes consumen esa droga, Fox abogó por la legalización de todas las drogas, algo que permitiría que empresas privadas las produjeran, distribuyeran y vendieran de manera legal.

En una extensa entrevista, Fox me dijo que está haciendo su propuesta porque la violencia relacionada con las drogas ha alcanzado niveles intolerables, y porque la experiencia de otros países como Holanda ha demostrado que permitir la venta de drogas no ha producido un aumento significativo del consumo.

“Toda prohibición difícilmente funciona”, me dijo Fox. “La prohibición del alcohol en Estados Unidos, en Chicago [en la década de 1920] nunca funcionó. Además, provocó violencia, criminalidad, hasta que se suspendió”.

Considerando que la posesión de pequeñas cantidades de marihuana ya ha sido descriminalizada en México, ahora es necesario dar nuevos pasos, como legalizar la producción de drogas y utilizar los impuestos que eso genere para financiar programas de educación y prevención antidrogas, señaló.

“Lo que estoy proponiendo es que se legalice, para que en lugar de que los criminales manejen este negocio, lo manejen empresarios, gente de orden, gente que estará registrada en la Secretaría de Hacienda, que pagará impuestos y que generará empleos”, me dijo Fox.

Fox pidió revertir la decisión de Calderón de sacar el ejército a las calles para combatir los carteles porque “el ejército no está preparado para hacer labores de policía. Vemos que día a día se está desgastando la imagen del ejército en México”.

¿Por qué no planteó esta propuesta cuando era presidente?, le pregunté. Fox respondió que la legalización se discutió en reuniones de gabinete durante su presidencia, pero que la urgencia de esa medida ha aumentado desde entonces debido “al costo extraordinario que estamos pagando en la reducción de turismo, la reducción de inversiones y la falta de atención a la educación y la salud”.

¿Qué dice Washington a todo esto? El zar antidrogas de la Casa blanca, R. Gil Kerlikowske, me dijo en una entrevista separada que la legalización de las drogas es un tema fuera de discusión en el gobierno del presidente Obama.

Kerlikowske rebatió la idea de que la prohibición del alcohol aumentó la criminalidad en Estados Unidos en la década de 1920, argumentando que en esa época no existían estadísticas confiables sobre los niveles de criminalidad.

Y rechazó la idea de que no ha habido un aumento del consumo de drogas en Holanda. “En Holanda, el consumo aumentó. De hecho, Holanda ha estado cerrando cientos de los bares de marihuana que existían, debido a los problemas que generan”, dijo.

Mi opinión: no estoy seguro de que una legalización generalizada de las drogas sea una solución, porque dejar que el Estado regule esta megaindustria en países con gran corrupción podría producir una corrupción oficial aún mayor. Por otra parte, también es cierto que después de cuatro años de la guerra contra el narcotráfico en México, los carteles están exportando más drogas, matando más gente y volviéndose más ricos.

Tal vez sea necesario adoptar una política gradual, que empiece por un debate serio sobre la posibilidad de aprobar leyes que regulen la producción legal de marihuana, simultáneamente con una masiva campaña educativa para desalentar su consumo.

Entonces, podríamos comprobar quién tiene razón, cuál es el resultado de este experimento en Latinoamérica, y decidir qué hacer a continuación.

www.politicaydesarrollo.com.ar 12-08-2010