viernes, 3 de septiembre de 2010

SALUD

La mitad de los argentinos sufre una atención médica deficiente

Por
Ismael Bermúdez

A pesar del crecimiento económico de los últimos años y del aumento del gasto, en comparación con países de similares y hasta inferiores niveles de ingresos, la atención en salud en la Argentina es marcadamente inequitativa con peores indicadores clave como mortalidad infantil, en menores de 5 años, y mortalidad materna.

Este fue el eje central de la exposición de Rubén Torres –Superintendente de Servicios de Salud del país entre los años 2002 y 2006 y actualmente representante de la Organización Panamericana de la Salud– en el XIII Congreso de Salud organizado por ACAMI (Asociación Civil de Actividades Médicas Integradas), en la ciudad de Mendoza.

Torres mostró con números en mano que en términos reales el gasto en salud en la Argentina es uno de los más elevados de la región, pero por la mala adjudicación de esos recursos hay una marcada deficiencia en la calidad de la atención médica de la mitad de la población, que coincide con el sector de menores recursos.

Eso, por ejemplo, lleva a que la tasa de mortalidad infantil en la Argentina sea un 50% más elevada que la de paises como Uruguay o Chile, y con fuertes disparidades entre la región metropolitana y el resto del país.

En gran parte eso sucede, agregó Torres, porque hay una marcada segmentación de la atención médica. Unos 20.000.000 cuentan con la cobertura de las obras sociales o de la medicina privada, que tienen la garantía del Programa Médico Obligatorio (PMO).Y otros 20.000.000 tienen la cobertura pública, sin la exigencia del PMO, con notorias demoras en la atención. Así, habría una cobertura universal, pero con niveles de atención y calidades muy diferentes.

Esto se expresa también en el gasto en salud. Hay un predominio del gasto privado –entre las cuotas de prepagas y gastos de bolsillo– que por definición es inequitativo y del gasto de obras sociales sobre la base de contribuciones sobre el salario. “Para evitar una Medicina Básica Excluyente habría que aumentar el financiamiento público no contributivo, reasignar el gasto, integrar los sectores públicos con los de la Seguridad Social y las Provincias e incluir un componente más solidario en los sistemas obligatorios, garantizando el PMO a toda la población”.

En la apertura del Congreso, el titular de ACAMI, Marcelo Mastrángelo, planteó que “gastando el 9% del PBI, el sistema de salud parece estar mucho más enfermo que la gente. Entonces, tenemos aquí un problema estructural evidente porque con mucho menos en otros países han logrado grandes cambios y mejoras”.

Clarín, 3-9-10