lunes, 23 de abril de 2012

LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA ARGENTINA,






COMO HERRAMIENTA OPERATIVA NACIONAL


 José Javier de la Cuesta Ávila


Una de las críticas que se nos formula a Argentina es la falta de continuidad en las acciones del Estado, lo que produce inseguridad jurídica y motiva desgaste en los esfuerzos de cambio e innovación, debido al empleo de la Administración Pública como herramienta política y no en su función específica técnica de coordinación.*

Si bien la POLÍTICA, base para lograr la acción y el desarrollo, es la búsqueda inteligente del futuro, al tiempo que la equilibradora de los esfuerzos, desde la elevada jerarquía de los GOBIERNOS, para la implementación, evolución y practica, es concretada y llevada acabo por la organización del Estado en la forma de la ADMINISTRACIÓN PÚBLICA. La administración pública es un elemento esencial en la satisfacción, directa e inmediata, de las necesidades colectivas pues responde a los fines del Estado. Por ello resulta primordial comprender que el agente público es un servidor cuya actuación debe ser cumplida para el bien de la comunidad, Por eso la noción de funcionario público no puede ser escindida de la responsabilidad y de la acción de las consecuencias por las irregularidades que se cometan.****

La Administración Pública, como instrumento natural lógico y orgánico, actúa entre las decisiones de los gobernantes y las acciones de la sociedad, resultando, de esta suerte, el medio que amalgama en el presente al pasado con el futuro y, consecuentemente, motiva la continuidad institucional. Esta realidad, que hace que exista permanente atención en ella, impone se dedique esfuerzos para lograr su máxima eficiencia y eficacia, pues, su calidad será el índice de la fortaleza del sistema.

El potencial de un país**, si bien es activado por los particulares, dado su magnitud y escala, encuentra en la función del gobierno su medio de realización. Es interesante, cuando se estudia la historia de la administración pública, su evolución en la medida que crecen las sociedades y se modifican los procesos de tecnología en desarrollo. Países de avanzada, que se han caracterizado por su rol determinante en la evolución mundial***, han prestado y prestan atención especifica a su administración pública y, fundamentalmente, la protegen y custodian por el valor operativo que ellas tienen para asegurar la coherencia social con justicia y equilibrio.

Se conoce como ADMINISTRACIÓN PÚBLICA al conjunto de organismos de ejecución de las funciones del estado en los diversos ámbitos de su responsabilidad de conducción y coordinación de las sociedades. Existen diversas formas de su división, ajustadas mas a su pasado histórico, que a las realidades científicas o técnicas en aplicación. En general, a nivel naciones, se reconoce una función llamada “civil”, otra “militar” y, distintivamente, una “de relaciones exteriores”. Ello se debe a que, las características de las tareas que se cumplen, se ajustan a empleos programados de los medios de cada tipo de organización. Es decir, podemos simplificar el esquema señalando que hay un sistema civil, un sistema militar y un sistema de relaciones exteriores, que requieren ser aplicados en manera diferente, conforme a sus escenarios de concreción. Ello implica, consecuentemente, la necesidad de la existencia de carreras específicas y diferenciales. Se debe agregar, sin embargo, que este hecho es valido para las organizaciones dentro del marco del Poder Ejecutivo, ya que los Legislativo y Judicial, deben adoptar sus propias específicas sustantivas particularidades. Es de señalar, además, que los “conflictos aplicativos” se dan más en la esfera de las instituciones del Poder Ejecutivo, por los “avances de la política”, ya que, raramente, ello se produce en los otros citados, debido a los propios regímenes funcionales.

La ventaja de estos sistemas, es que ellos se impulsan, como normas, de acuerdo a los “impulsos” que provienen de la promulgación de las leyes y son los originarios de los textos de los decretos que transforman la letra política en hechos administrativos.

Normalmente entre un 11/15% de la población activa integra la administración pública, debiendo llamarnos la atención de que en Argentina, este porcentual es del 21%, lo que indicaría o una falta de eficiencia en relación a la sociedad o un exceso de empleados por razones no vinculadas a las tareas. En Argentina existe una adecuada legislación para cada uno de sus agrupamientos, así tenemos una marco para el personal civil (Ley 25,164), otra para el militar (Ley 19.101) y para el servicio exterior (Ley 20.957) como así también una específica para la Justicia y otra para el personal del Congreso de la Nación (Ley 24.600).

La tarea de ser la fuente de los decretos y la responsabilidad de su ejecución, hace que la Administración Pública deba contar con personal y medios calificados y perfectamente ambientados y experimentados sobre la marcha de la sociedad. Ello implica “experiencia”, dedicación, capacitación y entrenamiento, lo que señala un elevado grado de profesionalismo, como fruto del accionar en sus tareas. Esta situación significa la necesidad de una “carrera” administrativa, que será adaptada conforme el sistema que su organismo integre y los adecuados centros de educación para su formación y actualización. En la mayoría de los países este tema ha sido desarrollado exitosamente pudiendo destacarse lo realizado en Europa, con su caso más relevante en Francia, y sus desarrollos en otros lugares, citando para ello, el caso especifico exitoso de Brasil.

La actividad de “gestión” de los entes administrativos, debe adecuarse a la responsabilidad de “coordinación” que les compete para actuar, al mismo tiempo, como servidores de la comunidad y, en cierta medida, reguladores de sus realizaciones. La diversidad de actividades, que se concretan en una sociedad moderna, lleva, lógicamente, a una necesaria “interacción” entre los particulares y los funcionarios, para que se ajusten las normas a las realidades y se actué en equilibrio. Esta relación es la que dará certidumbre y fortaleza en la práctica administrativa, ajustada ambientalmente, que facilitara el desenvolvimiento y evolución de la comunidad.

La administración pública adquiere cada vez mayor importancia, por el aumento de la complejidad de la vida social, comercial, cultural, etc., que, en ocasiones, desborda la relación de cercanía casi vecinal y se proyecta globalmente. Una administración pública que en el ayer se dedicaba solo al manejo de la “cosa pública”, hoy esta involucrado en los más variados quehaceres para actuar como propulsora o protectora dentro de la inevitable competencia mundial. Esta importancia hace que en algunos países, como Inglaterra, el poder gubernamental originado en los políticos no alcanza a toda su estructura y se mantenga dentro de la administración pública (civil service) el nivel de Secretarios de Estado desempeñado por funcionarios. En el caso de Argentina, vemos ello en el “sistema militar”, ya que los Jefes de Estado Mayor actúan en un nivel equivalente de Secretarios de Estado en relación a cada una de sus fuerzas, pero, no se aplica en las otras áreas y, en ocasiones, hasta se avanza en los niveles inferiores, en los que se designan a “políticos” en lugar de los debidos que correspondería sean ocupados por “funcionarios”. Es decir, se usa la administración pública algunas veces para que sea conducida por “militantes” y no agentes públicos, como también como lugar de “empleo político” asignando vacantes con tal fin.

La presencia de los funcionarios da, básicamente, la posibilidad cierta del cumplimiento de las leyes, ya que ellos no están en posición para actuar modificando o interpretando sus alcances conforme la ideología política natural que tiene el político. De esta suerte, la modificación o cambio legal siempre se producirá en el nivel “político” es decir, las autoridades del Poder Ejecutivo o los legisladores del Poder Legislativo y no en una organismo de aplicación. Es de observar, sin embargo, que en ocasiones, existen funcionarios públicos avanzan en sus acciones, desbordando sus responsabilidades y atribuciones, y que ellos, generalmente, no son personal de carrera sino que se originan por su designación política.

Es de recordar, que el funcionario público, esencia humana de la Administración Pública, se encuentra dotado de un conjunto de potestades, facultades y deberes que no solo le señalan el marco de su competencia, sino también la esfera y el ámbito de su responsabilidad. El mismo debe constituir un real cuerpo orgánico que actúa de la manera prefijada y conforme los alcances que la actividad le impone como su obligación y deber y no tiene las libertades de opinión que si le corresponde a los políticos y, esta restricción, es la que le da vigencia aplicativa sustancial.****

Sintetizando, se estima que es necesario revalorizar en toda su magnitud a la administración pública y dar a los funcionarios públicos el rol que técnica y prácticamente les corresponde, ya que, de esta manera, se da relación material y directa al cumplimento de las normas, conforme la política haya sido aprobada por los mecanismos constitucionales que corresponde. Esta “continuidad aplicativa”, asignada a la administración pública, es, sin lugar a dudas, la garantía de aplicación en el tiempo de las leyes vigentes y llevan a la siempre aspirada “seguridad jurídica”. El accionar de designar en cargos y funciones propias de la administración pública a personas del ámbito político o terceros ajenos, es, posiblemente, una de las causas que mas agravan la imposibilidad concreta de la continuidad operativa que requiere la sociedad y necesita el país. En general, nos ocupamos de la temática gubernamental, poniendo énfasis en su accionar político, pero olvidamos que la herramienta de ejecución es la administración pública, que, si falla entorpece y desvía, sin en cambio si es exitosa, da seguridad, continuidad y operatividad al accionar de ella con la sociedad.

Notas:

* En los últimos tiempos se observa la designación de personas políticas o ajenas al sistema de la administración público, en diversos cargos y funciones que resultan una actividad transitoria, generalmente de tipo ideológico, que obra en desmedro de los funcionarios públicos expertos y adiestrados en sus cargos.

** Los sistemas de administración pública de los países europeos, donde se ha desarrollado una larga y constante acción de formación y consolidación, son los que han dado el esquema operativo de esas naciones. Se toma siempre como modelo lo desarrollado en Latino América por el sistema administrativo colonial que sufrió los “impacto” de los movimientos de liberación, cosa similar a la que se observa en la conformación del Imperio Británico en la conformación de sus colonias que, luego independientes, mantuvieron sus regímenes de administración.

*** Se pone como ejemplos lo que muestra los Estados Unidos de América con las ideas políticas del Presidente Obama que una vez en ejercicio, debieron ceder a las bases anteriores de su propia administración y, la continuidad operativa que muestra Brasil a lo largo de sus tiempos, ya que su política tiene una admirable continuidad que ha sido la que le permite un impulso constante equilibrado.

**** Texto copiado de “ La responsabilidad de los funcionarios públicos” por Miriam Mabel Ivaneca.

Tcnl. José Javier de la Cuesta Ávila

Informador público, 23-4-12