lunes, 22 de octubre de 2012

SOBRE LAS ELECCIONES NORTEAMERICANAS


Reflexiones sobre las Responsabilidades Políticas de los Cristianos

Sacerdotes por la vida
(Texto sintetizado)

  El plan pastoral de los Obispos Americanos y otras exhortaciones

El Plan Pastoral de los Obispos de Estados Unidos para las actividades Pro-vida (Revisión 2001, Una campaña en apoyo a la vida) contiene, como parte integral de su estructura, una sección de políticas publicas. Los Obispos dicen,

"Proteger y promover los derechos inviolables de las personas es la responsabilidad más solemne de las autoridades civiles. Como Americanos y como líderes religiosos, estamos comprometidos a gobernar por medio de un sistema de ley que proteja los derechos humanos y mantenga un bien común.

Recordemos que La Iglesia debe estar siempre comprometida con la tarea de educar y apoyar a los laicos que están involucrados en la fabricación de leyes, en la gobernabilidad y la administración de la justicia, para que la legislación refleje siempre los principios y valores morales que estén en conformidad con una antropología y avance del bien común" (La Iglesia en América, no. 19, citando el Sínodo de América, propuesta 72.)

La Declaración de Independencia, escrita hace más de doscientos años, habla de las leyes de la Naturaleza y la Naturaleza de Dios al hacer esta afirmación histórica:

" Mantenemos estas verdades como evidencia, de que todos somos creados en igualdad, que a todos se nos han dado, por el Creador, ciertos derechos inviolables que son la Vida, la Libertad, y la búsqueda de la Felicidad". Hoy en día vemos las tensiones escalar entre estos principios fundamentales y la realidad política en que vivimos. Nunca antes se había visto mayor esfuerzo de ignorar el derecho de vida de los niños que aun no han nacido, la legalización de la eutanasia y el suicidio asistido, como lo vemos ahora.

Cada cuatro años, cuando nuestra nación se enfrenta con los comicios de las elecciones nacionales, la junta administrativa de los Obispos de Estados Unidos, emiten un comunicado sobre la responsabilidad política de los Cristianos. En su comunicado de 1995, Responsabilidad Política, los Obispos declararon que, "En la tradición Católica, el civismo es una virtud; la participación en el proceso político es una obligación. No somos una secta que se escapa del mundo, sino una comunidad de fe llamada a renovar la tierra." No estamos en este mundo por accidente. Tampoco estamos aquí para dejarlo tal como esta. Estamos aquí en este mundo para cambiar el mundo en uno mejor.

En su comunicado de 1999, los Obispos reiteraron este tema con las siguientes palabras:

"Algunas veces unos pocos candidatos y no los partidos enteros, reflejan nuestros valores. Sin embargo no podemos retroceder. El nuevo milenio debe ser una oportunidad para una participación renovadora. Debemos retar a todos los partidos y a cada candidato a defender la vida humana y la dignidad, a buscar mayor justicia y paz, a promover la vida familiar, y a avanzar hacia un bien común." (Junta Administrativa de los Obispos, Responsabilidad Cívica, 1999, p5)

"Para los Católicos, la virtud pública es tan importante como la privada en la reconstrucción del bien común. En la tradición Católica, el civismo responsable es una virtud; la participación en el proceso político es una obligación moral. Todo creyente está llamado a formar parte de una ciudadanía responsable, a ser un participante informado, activo y serio en el proceso político." (p9)

Todos los votos cuentan

Los Obispos que se reunieron para el Concilio Vaticano II, explícitamente enseñaron en el documento Gaudium et Spes, que tenemos la obligación de votar.

Si un sacerdote dice que se debe hacer algo, se toma con seriedad. Si un Obispo lo dice, se tiene que tomar con mayor prioridad. Ahora, ¿qué pasa si miles de Obispos los dicen? Precisamente ese es el caso aquí.

No decimos por quien votar, no deberíamos, no es nuestro trabajo, lo que sí es nuestro trabajo, como ministros del Evangelio, es formar a la gente en los principios y animarlos, según sus habilidades, a evaluar la situación que enfrentan con cada elección.

Algunas personas sienten que sus votos no cuentan, que no harían una gran diferencia. Preguntémonos ¿cuántas personas piensan de la misma manera? ¿Cuántas personas que piensan de esa manera son demasiadas? Si hay demasiadas personas que piensan de la misma manera, lo mejor es comenzar a cambiar la manera de pensar.

Otro documento que es central para estas consideraciones es el comunicado de 1998 de los Obispos de Estados Unidos "Vivir el Evangelio de la Vida: Reto a los Católicos de Estados Unidos"

Los Obispos nos exhortan "Animamos a todos los ciudadanos, especialmente a los Católicos, que consideren su civismo, no solo como un deber y un privilegio, sino como una oportunidad para participar con gran sentido en la edificación de la cultura de la vida. Todas las voces cuentan en el foro público. Todos los votos cuentan. Todos los actos de civismo responsable son un ejercicio de gran valor individual. Debemos ejercer ese poder de manera que defienda la vida humana, especialmente la de los hijos de Dios que aún no han nacido, que son minusválidos o indefensos" (Obispos de los Estados Unidos, Vivir El Evangelio de la Vida, 1998, N.34)

 Esta nación es un experimento de auto-gobernación. Si este experimento tiene éxito o falla depende de nuestra fidelidad a este principio. La gente no se puede gobernar a sí misma si han perdido el sentido de qué es bueno o malo. Si nos hacemos exentos del desafiante proceso de gobernar un país, entonces permitimos que alguien nos gobierne.

Algunos llaman nuestras enseñanzas en el derecho a la vida "divisiva". Nuestra nación fue fundada sobre la base del reconocimiento de ciertos principios morales básicos, entre los que se encuentra que el derecho a la vida es innegable, es dado por El Creador, y debe ser protegido por el gobierno. La misma grandeza de América depende del poder aferrarse o no a esta verdad. ¿Cómo pues, puede uno considerar "divisivo" el mismo principio en el cual nuestra unidad se sostiene como nación?

Algunos hablan de una "sociedad pluralista". Hay muchas formas de pluralismo en nuestra sociedad: hay variedades de culturas, de arte, de razas, de escuelas de pensamientos. Sin embargo, la misma frase "sociedad pluralista" indica que es una sola. La palabra pluralista utilizada aquí, denota un sustantivo singular. ¿Qué es lo que mantiene unida a esta "sociedad pluralista" evitando que se convierta en un caos desconectado? Para que sobreviva como sociedad, deben adherirse a ciertos principios básicos y fundamentales. El derecho a la vida es el primero de entre ellos.

La confusión que existe con respecto a la relación entre religión, política, y el derecho a la vida, es evidente en las muchas discusiones que he tenido con los que hacen abortos. Cuando comienzo a hablarles sobre la ciencia, ellos me hablan de la fe.

Esto comienza cuando yo pregunto "¿el aborto destruye a la vida humana?" La respuesta que escucho es "yo no sé cuando el niño recibe el alma." En un santiamén, el tema de discusión cambia de un procedimiento científico y verificable a un tema espiritual en invisible: ¿cuándo reciben los niños el alma?

El cambio en la discusión no se limita para los que proveen abortos. También les sucede a muchos de los que favorecen la legalización del aborto. Después de todo, ellos argumentan que ya que tenemos libertad en este país, la gente debe ser permitida a creer lo que quieren con respecto a cuando el alma comienza a existir. Seria malo imponer por ley una religión particular o una posición teológica sobre este asunto.

La verdad es que el movimiento pro-vida no busca imponer por ley ninguna religión o creencia teológica, ya sea sobre el alma o de cualquier cosa. Dicho esfuerzo es tanto innecesario como equivocado.

Supongamos por ejemplo que yo no creo que tengas alma. ¿Me da esto el derecho de asesinarte? No. Tu vida es protegida por la ley, sin importar mis creencias. ¿Acaso, la ley que protege tu vida me exige a creer que tu tienes el alma? No. Ni siquiera me pide que crea que el alma existe. Lo que sí me exige es que cualquier cosa que yo crea, no se debe tomar la vida de otro. La ley protege tanto al derecho de creer como a la vida del creyente.

Eso es lo que el movimiento pro-vida desea. Simplemente deseamos la protección de todos los seres humanos.

Si alguien no cree que el niño en el vientre de la madre tiene alma, es su prerrogativa. Pero decir que no cree que tenga alma a decir que debe ser legal el asesinato de ese niño, es tan injusto como decir que porque yo no creo que tu tienes alma, que debería ser legal asesinarte. A la ley no le interesan las creencias, sino que regula las acciones.

El criterio de la ley en cuanto a quién recibe protección debería ser por medio de evidencia producida por ciencia y debe ser verificable. No basándose en el criterio subjetivo de creencias religiosas. Existe lo que es verdad religiosa. Pero si un bebé vive o muere no debe depender en que toda la sociedad haya reconocido esa verdad. La vida humana necesita ser protegida ahora. La libertad de "no creer" nunca debe ser confundida con la libertad de destruir a otros.

Persona con tema único

Si uno comienza a trabajar en contra del aborto, en poco tiempo es catalogado como una persona de tema único. Lo que esta frase significa no se sabe exactamente. Las personas a favor de la vida, definitivamente tienen otros temas además del aborto y de hecho la mayoría de personas a favor de la vida, se involucran activamente con otros temas. Exactamente ¿por qué existen otros temas y cual es su importancia? Existen porque la gente existe. Si no existiera la gente, no habrían otros temas y nadie quien los discutiera. En otras palabras, asi es la vida. Todos los temas son importantes porque la vida es importante. ¿Porqué nos debe importar el nivel de desempleo? Porque la gente tiene el derecho a vivir. ¿Por qué la pobreza nos interesa tanto? Porque la gente tiene derecho a alimentarse, a vestirse y a tener un techo sobre sus cabezas. ¿Por qué tienen derecho a estas cosas? Porque tienen derecho a vivir. En resumen, todo llega a lo mismo, la vida. Es por ello que el aborto es el tema principal.