miércoles, 30 de julio de 2014

EL FUTURO ES HOY



Por Luis María Caballero*


Hace ya mucho tiempo que la Argentina ha olvidado la vocación de protagonismo global que se le auguraba a comienzos del siglo 20, pero los nuevos requerimientos del mundo en materia alimentaria, educativa y científica abren un nuevo panorama a la esperanza.

Parece que el conformismo y la resignación se han hecho carne entre todos nosotros, y nuestros políticos se regodean (pese a todas sus declamaciones en contrario y los anuncios grandilocuentes) en esta medianía general que nos mantiene todavía lejos del “fondo de la tabla”, pero que no nos acerca a los primeros puestos en ningún ranking de los que verdaderamente importan (salud, educación, seguridad, etcétera).

Aunque no deja de ser un dato a tener en cuenta, hay que ser claros en esto: nuestra oportunista cercanía a bloques como el Brics (acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y la repentina atención que nos han prestado recientemente países como Rusia o China no van a ser nuestra salvación, pues a nivel global se espera de nuestro país otro tipo de señales. La indiferencia con que el mundo recibe el posible default de la Argentina, que ocurrirá en los próximos días si no hay acuerdo definitivo con los holdouts, es una muestra cabal de esta realidad.

Hay que desterrar de una vez y para siempre la visión paranoica que nos pretende hacer creer que el mundo está en nuestra contra. Por el contrario, el mundo desarrollado está más que interesado en que volvamos a ser parte del concierto de las naciones “normales”.

En todos los foros políticos y económicos globales se ha mencionado a la Argentina como una de las aciones con mayor potencial a la hora de invertir, si se cambian algunas variables. Sin embargo, y aunque parezca una frase ya trillada, llegó la hora de convertir todo eso en acciones de fondo y en concretas realidades. No se puede afirmar frente a los inversores que “mejoramos cualquier oferta” y después, una vez conseguida su venia, impedir la instalación de un emprendimiento cambiando las reglas de manera retroactiva.
La seguridad jurídica es un presupuesto básico para un país que quiere salir adelante. Tenemos que asumir la responsabilidad de insertar a nuestra querida Argentina en el ámbito global, y para eso hace falta perder el miedo a abrirnos hacia fuera en materia económica, en materia educativa y en el ámbito científico.
Nuestras universidades deben atreverse a intercambiar conocimientos con centros de estudio de todo el mundo y nuestra normativa deberíapermitir la acción de universidades extranjeras que quierenabrir aquí sedes e institutos vinculados con todas laa ramas de la ciencia.
Nuestros lempresarios y el sector público también tienen una responsabilidad clave en esta materia: hay que establecer más fondos de becas que apunten a fomentar investigaciones y desarrollos para la ciencia, para las artes y para la industria.
Los subsidios a ldiestra y siniestra no contribuyen a ello. Por el contrario, desalientan al que de verdad se esfuerza y al que tiene grandes talentos. Un sistema que premie al mérito es clave en esta tarea.

Nunca antes, y aunque se lo haya dicho muchas veces vale la pena repetirlo, se nos ha presentado una oportunidad como la actual. El mundo se está reponiendo de una de las crisis globales más profundas desde el crac de 1929 y en ese despertar requiere cada vez más alimentos y de mayor calidad, más avances científicos en salud y más ideas novedosas en educación. La Argentina tiene ventajas comparativas tremendas respecto de los países de nuestra región y aún respecto de muchos otros del mundo desarrollado.

Quizás (estoy convencido de ello) ha llegado el momento de convertir nuestros talentos naturales (la adaptabilidad a los cambios y a la adversidad, el ingenio innato de nuestro pueblo, la feracidad de nuestra tierra y tantos otros) en verdaderas virtudes que contribuyan a gestar un mejor futuro para los argentinos y para el resto del mundo.
Ess el momento de pensar, antes de que sea tarde, qué queremos ser como país en 25 años.


*Abogado. Miembro de Civilitas-Esperanza Federal
Docente de la Universidad Siglo 21


La Voz del Interior, 30-7-14