martes, 30 de septiembre de 2014

DESPENALIZACIÓN DEL CONSUMO DE DROGAS

CARTA DE LOS CURAS VILLEROS A LA PRESIDENTE



Buenos Aires, 1 de Septiembre de 2014

“En nuestras obras nuestro pueblo sabe que comprendemos su dolor.”
(San Alberto Hurtado)

Sra. Presidenta de la Nación
Dra. Cristina Fernández de Kirchner.

Tenemos el gusto de dirigirnos a Usted mediante esta carta, para agradecerle en primer lugar la ayuda, que de distintos modos presta el Gobierno Nacional a nuestro trabajo pastoral en los barrios en que vivimos. En particular le agradecemos hoy la firma a través de CARITAS Argentina de este convenio con la SEDRONAR. El mismo potenciará el trabajo que venimos haciendo en los centros barriales y comunitarios de nuestras Parroquias.

Aprovechamos la oportunidad que nos brinda esta audiencia, para acercarle nuestra mirada acerca de la despenalización de la tenencia para el uso personal de drogas. Para nosotros no es solo un problema de droga. Este flagelo pone de manifiesto el núcleo duro de la pobreza y la exclusión en nuestro querido país. Seguir haciéndole frente a la exclusión es el cauce principal del cual no hay que apartarse, se trata entonces de ajustar y de crear nuevas estrategias de intervención. En ese cauce se inscribe nuestro trabajo y de él son deudoras estas reflexiones que le compartimos. En un espíritu constructivo y de aportar al bien común de la Nación se las acercamos.

Que la Virgen de Luján, la Madre del Pueblo, la cuide y la acompañe siempre.

- Lorenzo de Vedia, Carlos Olivero y Juan Isasmendi de la Villa 21-24 y N.H.T. Zabaleta.
- Guillermo Torre, Martín Carrozza y Eduardo Drabble de la Villa 31.
- Gustavo Carrara, Hernán Morelli y Nicolás Angellotti de la Villa 1-11-14.
- Pedro Baya Casal y Gastón Colombres de la Villa 3 y el Barrio Carrillo.
- José María Di Paola de las Villas Carcova, 13 de Julio, Independencia y Curita.
- Basilicio Brites de las Villas Palito, Puerta de Hierro, 17 de Marzo y San Petersburgo.
- Jorge García Cuerva de la Villa la Cava.
- Juan Manuel Ortiz de Rozas del Barrio el Talar.
--------------------------------------------------------------

El desafío de la exclusión y el consumo de drogas…

1. Estas reflexiones sobre la despenalización no pretenden ocupar el lugar que tiene la palabra de la Conferencia Episcopal Argentina sobre este tema. Ahora bien, como compartimos la vida en las Villas de la Ciudad y en algunas del Gran Buenos Aires, tenemos un recorrido hecho en el trabajo de prevención de adicciones, y del mismo modo acompañamos diariamente a personas en situación de sufrimiento social a causa de las drogas, y ante reiteradas consultas, nos parece conveniente hacer un aporte a la discusión del tema. Lo hacemos con espíritu de aportar al diálogo, ofreciendo el propio pensamiento y buscando integrar el pensamiento diferente.

2. Dialogar es buscar espacios de encuentro. Dialogar es comprender la búsqueda del otro. Por eso comenzamos preguntándonos que mueve a los que postulan la despenalización de la tenencia para el consumo personal: “si dicen lo que dicen, ¿por qué llegan a esa afirmación? ¿Cuál es el motivo existencial que desencadena ese pedido?” Es en este “porqué” en donde puede darse el encuentro. Aunque la conclusión a la que se ha llegado pueda ser verdadera o errónea, este “porqué” creemos que es auténtico. Entendemos entonces, que se busca no criminalizar al adicto, derivando el tema al ámbito de la salud.

3. A nosotros como sacerdotes, el Evangelio de Jesús nos invita a dirigirnos a las periferias geográficas y existenciales, y a permanecer allí, con una presencia que ayude a cuidar la fragilidad. Se nos invita a entrar en comunión con los más pobres, y desde los pobres llegar a todos. Es así que en las Villas, nos toca en este tiempo acompañar especialmente a chicas y chicos consumidores de paco y otras sustancias. Éstos, obviamente, la mayoría de las veces, no pueden hacer oír su voz. Desde este lugar hacemos nuestro aporte. Por otra parte este camino que va desde los pobres a todos, nos parece un programa más que valido a la hora de trazar políticas de Estado, a la hora de legislar y a la hora de juzgar.

4. Como expresábamos en alguna oportunidad, para nosotros este no es sólo un tema de drogas, el paco ha hecho explotar la marginalidad, y nos la enrostra, dejando ver un tejido social que se ha roto. Nos encontramos con chicos y chicas con derechos básicos vulnerados. Muchos NN, sin estudios primarios, con problemas serios de salud –tuberculosis, VIH, etc.-, sin posibilidad de trabajo, viviendo en la calle. Pero si miramos más en profundidad descubrimos una situación de orfandad de amor, de ruptura o inexistencia de vínculos. Esta es una forma de pobreza que no se puede registrar en términos de ingreso mínimo por persona. Pero existe, es real.

5. A veces alguno puede pensar que son pocos los jóvenes con consumos realmente problemáticos, que les hipotecan la vida. Dudamos realmente que sea un grupo pequeño, es más, creemos más bien que se trata de chicos pobres de las villas y barriadas de la Ciudad y del Gran Buenos Aires. ¡La exclusión favorece la adicción y causa estragos! Creemos que desestimar los porcentajes de adictos, por ejemplo al paco, es temerario, ya que la marginalidad es el mejor caldo de cultivo para los consumos problemáticos. Por otro lado nunca hay que olvidar que detrás de las estadísticas hay rostros concretos e historias muy dolorosas. Duelen hoy, no simplemente cuanto los números los registran y aumentan.

6. La población de las Villas es joven. El eje central de la prevención tiene que pasar por la inclusión social y para ello se requiere una presencia inteligente del Estado. Al mismo Estado le cuesta hacer pie en nuestros barrios. Es que muchas veces se choca con el problema de la no tenencia de las tierras y la consiguiente no propiedad de las viviendas, por parte de los vecinos y vecinas. Siempre está latente el prejuicio: “no es su tierra, no pagan todos los impuestos, ni todos los servicios, por eso no son ciudadanos”. Pareciera que esto hace que se caigan de hecho, otros derechos humanos. Y obviamente todo esto es muy funcional al narcotráfico organizado.

7. Por otro lado nos preguntamos: ¿cómo decodifican los chicos de nuestros barrios la afirmación de que es legal la tenencia y el consumo personal? Nos parece que al no haber una política de educación y prevención de adicciones intensa, reiterativa y operativa se aumenta la posibilidad de inducir al consumo de sustancias que dañan a las personas. El sistema educativo tiene muchas debilidades. Vemos una importante cantidad de chicos que dejan la escuela primaria, mucho más la secundaria. ¿No estamos dejando su educación en manos de los grupos que cantan su apología a la droga y al delito? 

La experiencia de acompañar a jóvenes en el camino de recuperación y reinserción social nos ha permitido escuchar el testimonio de muchos que han empezado consumiendo un pequeña cantidad de sustancias para uso ‘recreativo’ y de pronto se encontraron consumiendo drogas más dañinas aun. Por eso desde nuestra mirada las drogas no dan libertad sino que esclavizan. La despenalización a nuestro parecer influiría hoy en el imaginario social instalando la idea de que las drogas no hacen tanto daño.

8. A veces se da una distancia grande entre algunas leyes que buscan garantizar derechos y la realidad que intentan legislar. Entendemos que de ningún modo se puede criminalizar al usuario de drogas. Sin embargo, pensamos que mientras se busca proteger los derechos de algunos, en la práctica se desprotegen más los derechos de otros. Conocemos infinidad de casos de gente que no lleva drogas ilegales en el bolsillo por temor a ser demorados por la policía. ¿Esta habilitación para llevar drogas, no colabora con la naturalización del consumo? ¿No acerca la realidad del resto de la sociedad a la de nuestras villas donde la despenalización de la tenencia esta dada de hecho? Antes de plantear una ley así: ¿no sería mejor que para ese momento hayamos concientizado a la sociedad que no está bueno, ni es saludable consumir drogas? ¿que hayamos tejido una red asistencial? ¿No es una renuncia y un descompromiso la despenalización así de este modo, sin mirar la totalidad del problema? Creemos que antes de discutir la posible sanción de esta ley es mejor trabajar las representaciones sociales del problema a fin de generar cambios en la sociedad, y poblar el territorio con los dispositivos adecuados. 

Por ejemplo a nivel de todo el territorio nacional ¿no habría que esperar a que los CePLAs –Centros Preventivos Locales de las Adiciones- y los CETs –Casas Educativas Terapéuticas-, funcionen adecuadamente? ¿Y si funcionan, alcanza con 150 CePLAs y 60 CETs? ¿No habría que hacer 1.500 CePLAs y 500 CETs antes de plantear una ley sobre despenalización? Para nosotros poblar más el territorio de dispositivos adecuados sería un modo concreto de dar más libertad a nuestros niños/as, adolescentes y jóvenes, de darles más capacidad para elegir lo bueno para su vida.

9. Al visitar los penales nos damos cuenta que quienes asocian la droga con el delito, fácilmente discriminan y estigmatizan a los usuarios de drogas, cerrándoles las puertas y haciéndoles mucho más difícil el camino de la inclusión social. No obstante, sabemos que los penales están llenos de personas que tienen problemas con la droga. ¿No habría que pensar este tema antes de despenalizar la tenencia? No les damos oportunidades, naturalizamos el consumo, pero si el consumo se les volvió problemático y los llevó por el camino del delito les caemos con todo el peso de la ley. ¿No es poner toda la responsabilidad en la persona -que no tiene oportunidades: hospital, trabajo, educación, etc.- sin hacerse cargo desde el Estado? Hay tantos chicos y chicas que casi no tuvieron oportunidades, y a quienes el consumo se les hizo demasiado problemático. 

¿Descriminalizar a los usuarios, no es también darles oportunidades a tiempo? ¿No habría que hacer eso antes de despenalizar la tenencia? ¿No habría también que revisar el código penal y las prácticas judiciales antes?

10. Recordando una imagen que ya utilizamos, podríamos decir que la discusión sobre la despenalización corresponde a los últimos capítulos del libro y no a los primeros. Nos dicen que ahora hay que despenalizar, y nosotros nos preguntamos quién arma la agenda de prioridades. Porque si uno pregunta en los barrios, lo urgente es la creación de dispositivos preventivos y asistenciales. Las preocupaciones de la mayoría de la gente de nuestros barrios son: “¿qué hago con mi hijo que se me está yendo de las manos?”, “¿cómo hago, porque se puso rebelde y ya no quiere ir al colegio?”, “¿Quien le puede hablar, está todo el día en la esquina con mala junta y tengo miedo que me lo traigan en un cajón?”, “¿como hacemos con la bandita de la esquina, que le roban a la gente que se está yendo a trabajar?”, “¿cómo hago con mi marido que no puede parar de tomar, y encima se pone violento?”, “mi mujer se va al bingo y se pasa todo el día, estoy preocupado” y tantas otras. La agenda política debe responder a las necesidades de la gente.

11. Frente a este tipo de situaciones tenemos que responder cada uno desde el lugar que nos toca, con una presencia que acompañe, con una historia de bien que se una a toda historia de sufrimiento para abrir en ella un resquicio de luz. Ahora bien, en una sociedad donde muchas veces los excluidos no son ‘explotados’, sino desechos ‘sobrantes’, nosotros tenemos la experiencia bíblica de que: “La piedra que los constructores rechazaron ahora ha llegado a ser la piedra angular.” (Mt. 21, 42). Con alegría podemos decir que muchos de los chicos y chicas que acompañamos, se han puesto de pie y hoy son los verdaderos protagonistas del camino de inclusión, que empiezan a transitar otros chicos y chicas, que están en la situación que ellos estaban. Son ellos los que ahora tienden la mano, siendo portadores de esperanza.

12. Mirando a los niños y jóvenes de nuestros barrios apostamos a la esperanza, y nos comprometemos a seguir trabajando por la inclusión social, de lo contrario se pierde mucho. Se pierden, ante todo, a las personas que no pueden con su vida. Se pierden hombres y mujeres, que por falta de igualdad de posibilidades se quedan a mitad de camino; y así se desvanecen sueños, proyectos, talentos, valores, dones, ideales y horizontes, tan necesarios para construir una sociedad más justa, solidaria y verdadera. Se pierden insospechables riquezas personales, como intelectos lúcidos, manos hábiles y virtuosas para el trabajo, el arte y la ciencia, para hacer más promisorio y posible el futuro en la Argentina. Perdemos corazones buenos y nobles, que aportarían dando seriedad a las cosas, respeto al semejante y pasión para construir una patria de hermanos. En fin, con los jóvenes que se quedan atrapados por las redes de las drogas, perdemos todos, porque “la humanidad es una”, decía Bartolomé De Las Casas.

Pedimos a la Virgen de Luján, Madre del Pueblo, que cuide y proteja a sus hijos que padecen el flagelo de la droga, de fuerzas a sus familias y luz a nuestra sociedad para generar vínculos de projimidad y solidaridad.



SER BUENOS CIUDADANOS A FAVOR DEL BIEN COMÚN



Reflexión de monseñor Héctor Aguer, arzobispo de La Plata, en el programa "Claves para un Mundo Mejor" (27 de septiembre de 2014)

Mis amigos, esta semana voy a hablarles de Aristóteles y de la política de Aristóteles; pero no se asusten, no es nada complicado. Aristóteles escribió una obra que se llama “Política” y allí, en el tercer libro, hace una distinción que es de lo más interesante. Dice Aristóteles que no es lo mismo la virtud en general -que hace buena a una persona, las virtudes de un hombre o una mujer de bien-, que las virtudes propiamente cívicas o políticas.

¿En qué sentido? Se llama virtud en general a las virtudes que tratamos nosotros de practicar; una persona es virtuosa cuando se trata de una persona de bien. Así pensaba Aristóteles y así tenemos que pensar nosotros también. Existen, por otra parte virtudes propias y específicas del hombre o la mujer en cuanto a ciudadano, en cuanto a miembros de la pólis. Política viene de allí de polis, que en griego significa ciudad. ¿Y cuáles son estas virtudes propias del ciudadano? Fundamentalmente, dice, es la prudencia. La prudencia y las otras que se llaman cardinales: la fortaleza, la templanza, la justicia; pero importa sobre todo la prudencia. La prudencia consiste en hacer equilibrio entre el bien y el mal, sino que es aquello que nos ayuda a elegir lo mejor, y lo mejor en cada momento.

La prudencia es una virtud eminentemente práctica. Aristóteles subraya especialmente que los gobernantes tienen que ser prudentes. A partir de esta distinción entre la virtud en general, la que hace al hombre bueno y la virtud propiamente cívica o política que hace al buen gobernante y al buen ciudadano, se pueden hacer varias combinaciones.

Por ejemplo, puede haber una sociedad en la cual la mayoría de la población es buena gente, poseen virtudes comunes, son personas honradas, y sin embargo carecen de virtudes cívicas. ¿Por qué? porque no participan debidamente de la vida social, no se preocupan por el bien común, porque no piensan seriamente en lo que van a hacer con su voto por ejemplo. ¡Qué cambios favorables, o que desastres se pueden realizar a través de ese medio en las sociedades democráticas!.

Podría darse también que en una sociedad la mayoría de la gente sea gente mala, gente moralmente reprochable pero que tengan, a lo mejor, la habilidad de votar bien, de elegir bien, son prudentes en esto, en los cívico. Es un poco raro que se den estos casos, especialmente cuando se trata de los que tienen responsabilidades importantes en la sociedad o están a cargo del gobierno. Esta es una hipótesis que quizás Aristóteles no se planteó.

¿Qué ocurre en un país cuando los gobernantes ni son buenas personas, porque llevan una vida moralmente reprochable, ni son buenos gobernantes porque carecen de prudencia?, Uno no puede ser verdaderamente justo si no es prudente. ¿Cómo podrían elegir bien a sus colaboradores? Sería grave también que en lugar de poner su carisma y su cargo al servicio de la sociedad se aprovechen de ello.

Los problemas que Aristóteles se planteaba, siglos antes de Cristo, son problemas reales de hoy en todo el mundo. La lección que podemos sacar de este planteo es la importancia de cultivar las virtudes propiamente cívicas; que uno no viva enroscado en sí mismo. El Papa Francisco lo llama, con una palabra un poco difícil, autorreferencialidad. Esto significa que uno está solo refiriéndose a si mismo. No le importa lo que pasa en su país, en la sociedad a la que pertenece. Mira todo desde afuera, encerrado en su egoísmo.

Lo propio del buen ciudadano, con mayor razón podríamos decir del buen cristiano, es, referirse a los demás, al interés de los demás. No buscar sólo el propio interés sino buscar lo que se llama en la gran tradición de la Doctrina Social de la Iglesia el bien común. Ya Aristóteles –y vuelvo a citarlo– hablaba del “bien común”.

“Si se buscara con mayor ahínco, con mayor lucidez, con perseverancia, el bien común, las cosas andarían mejor. Lo que pasa sobre los males sociales es precisamente el egoísmo. Y no se puede ser prudente si uno es egoísta. Es decir no puede ser uno verdaderamente objetivo y preocuparse de un modo serio, real, perseverante por el bien del prójimo y colaborar a que las cosas en la sociedad mejoren si uno es autorreferencial. Recojamos esto, también en la Argentina de hoy es necesario que haya mucha más gente, que no solamente sean buenas personas, sino que sean buenos ciudadanos y que se preocupen por el bien común”.

AICA



sábado, 27 de septiembre de 2014

INUNDACIÓN

    


La Nación, editorial, 27-9-14

Las lluvias y las grandes sequías, ocurridas en años relativamente recientes, con el aporte complementario de fuertes granizadas, descargas eléctricas y otros fenómenos meteorológicos, son una muestra contundente de que el cambio climático sobre el que hace años venían alertando expertos de todo el mundo ha llegado. Pero, en la Argentina, los daños causados por las últimas inundaciones no pueden ser achacados simplemente al clima y sus variaciones.

Las lluvias de las últimas semanas, según estimaciones oficiales, habrían afectado ya a 3 millones de hectáreas y comprometido a más de cincuenta partidos de la provincia de Buenos Aires. Los campos cubiertos de agua que muestran las tristes fotografías conocidas a través de los medios de comunicación estaban poblados de vientres vacunos que tal vez hayan malparido o apenas sobrevivido en medio de las temperaturas invernales. Se puede inferir entonces la disminución del porcentaje de preñez, justo cuando se está en un contexto de urgente necesidad de aumentar el inventario ganadero, y luego de la desastrosa administración llevada a cabo en los últimos ocho años por el gobierno nacional. Algo similar ocurre con la ganadería lanar.

Tranqueras adentro se verifica el mal estado de las pasturas, pisoteadas entre el barro y el agua, cuyo mejor estado lleva tiempo, esfuerzo y costos. Del lado de los cultivos agrícolas, parte de las siembras está en gestación, como la soja, y parte en plena vegetación rumbo a la cosecha entre noviembre y principios de enero, como es el caso del trigo y la cebada. Según un relevamiento difundido esta semana por la Bolsa de Cereales porteña, en el sudeste de la provincia de Buenos Aires, hay unas 313.000 hectáreas afectadas por excesos hídricos, de las cuales 149.000 sembradas con trigo y cebada se han perdido, aunque la mayor superficie perdida corresponde a la cebada.

Si bien el agua ha venido a golpear a los cereales y la ganadería justo cuando estaban repuntando, todas las pérdidas no deben ser atribuidas al famoso cambio climático. Los productores rurales reclaman por canalizaciones que tienen más de 100 años, como, por ejemplo, los canales 1 y 2, que desembocan en la Bahía de Samborombón, y que fueron hechos en 1910 y nunca tocados. Entre enero y julio de este año, el gobierno nacional recaudó unos 1439 millones de pesos por el Fondo Hídrico, pero en lo que va del año no se informó acerca de qué tipo de obras supuestamente viene haciendo, según denunció el diputado nacional Carlos Brown, del partido FE. En la página de Internet de la Unidad de Coordinación de Fideicomisos de Infraestructura (Ucofin), que monitorea la recaudación en lo que va de 2014, no hay información detallada sobre en qué tipo de obras y lugares se gastó el dinero.

En cuanto al gobierno bonaerense, en 2013 dejó sin ejecutar el 41 por ciento del presupuesto del programa destinado a controlar las inundaciones. Para abril de este año, último mes con información oficial, apenas había utilizado el 2,9% de los fondos asignados por la Legislatura provincial ($ 11.386.905) para prevenir las crecidas que hoy anegan a 54 distritos rurales, a pesar de que el programa fue aprobado con un incremento significativo: 380.054.063 pesos.


Ahora es importante movilizar el Sistema Nacional de Emergencias y Desastres Agropecuarios para procurar reparar parte de los serios daños ocurridos. Y cumplir por fin con la realización de obras que vienen prometiéndose desde hace mucho; es evidente su urgencia, más ahora que el cambio climático está entre nosotros

CONFERENCIA EPISCOPAL BOLIVIANA

Por unas elecciones libres, con transparencia y credibilidad



Obedecer a Dios por el camino de la justicia y del derecho. (cfr. Mt 21, 32)

Como país nos aprestamos a celebrar las elecciones generales del próximo 12 de octubre. La Conferencia Episcopal Boliviana, fiel a su vocación y en actitud de servicio, comparte con la ciudadanía sus criterios y orientaciones frente a este acontecimiento de interés nacional, a la luz de los principios humanos y cristianos y en el contexto de la Doctrina Social de la Iglesia.

Transparencia, requisito decisivo.
La transparencia es la única garantía de la credibilidad de los procesos electorales, en consecuencia es importante que autoridades y operadores del órgano electoral plurinacional extremen esfuerzos para garantizar a la población un proceso imparcial.
De igual manera es altamente recomendable que se faciliten y apoyen iniciativas de observación y control ciudadano por parte de organismos e instancias, nacionales o internacionales, que gocen de credibilidad.

El voto, derecho y deber constitucional.
El voto es un derecho constitucional, individual, secreto, libre, consciente y responsable, fundado sobre los principios de libertad de conciencia y de elección.
Por eso los ciudadanos deben ejercer este derecho sin temores, pues todos tenemos el deber moral de participar activamente de este proceso electoral. La participación de cada persona fortalece la democracia y es una forma de colaborar en la construcción de un futuro digno para las personas y para toda la comunidad.
En ese marco, ponderamos, una vez más, la vocación democrática del pueblo boliviano, expresada en tantas circunstancias particularmente difíciles de nuestra historia reciente, y reiteramos nuestro llamado a la población para que, también en esta ocasión, demuestre una alta y ejemplar participación.

Dignidad humana y bien común.
Votar en conciencia es apostar por valores fundamentales de desarrollo integral en sociedad como la vida, la justicia, la solidaridad, la verdad y la libertad. Para esto es importante que los ciudadanos se informen suficientemente, ejerciten un sano discernimiento y vean cuales propuestas electorales priorizan estos valores.
Todo lo que impide o condiciona el voto: presiones, insultos, descalificaciones, discriminaciones de diverso tipo y, peor aún, cualquier forma de amenaza o agresión física al que piensa distinto, atenta contra sus derechos fundamentales. Asimismo la demagogia, la prebenda y el soborno ofenden la inteligencia y hieren la dignidad de las personas.

Voto consigna, amedrentamientos y represalias.
No es lícito ni democrático que partidos políticos, comunidades, organizaciones sociales o dirigencias pretendan canalizar el llamado voto consigna. No hay ningún argumento válido que legitime estas acciones que, por otro lado, deben ser denunciadas y resueltas oportunamente por los órganos establecidos, porque soslayan la libertad de pensamiento, la libre expresión y la estabilidad democrática.
Es particularmente condenable, venga de quien venga, que se usen instituciones, bienes y recursos, públicos o privados, como instrumentos de presión, chantaje o legitimación en el poder. La ciudadanía debe hacer valer sus derechos y denunciar todo atropello. En esta tarea será de gran utilidad el apoyo de los medios de comunicación informando con veracidad y denunciando toda acción que afecte el normal desarrollo del acto electoral.

En la oración encomendamos este proceso al Dios de la Historia y de la Vida, conscientes de que sin Él, tal como nos ha recordado recientemente el papa Francisco, incluso la prosperidad va acompañada de una terrible pobreza espiritual. Que Dios bendiga todo esfuerzo sincero que busca la dignidad y el bien común de su pueblo.

Los Obispos de Bolivia

La Paz, 25 de septiembre de 2014

LOS PRESIDENCIABLES BRASILEÑOS RESPONDIERON A LAS INQUIETUDES DE LA IGLESIA



Aparecida (Brasil) (AICA): 26-9-14

El martes 16 de septiembre se realizó en el santuario nacional de Aparecida un debate entre los distintos candidatos presidenciales a las elecciones del próximo 5 de octubre, promovido por la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil (CNBB). La emisión fue transmitida por ocho emisoras de inspiración católica y 230 emisoras radiales y portales católicos.

Al proponer una vez más el debate, la CNBB insistió, a través de su presidente, el cardenal Raymundo Damasceno Assís, arzobispo de Aparecida, en que la Iglesia "no puede ignorar la política, no solo como instrumento necesario para la organización de la vida social, sino sobre todo como expresión de opciones y valores que definen el destino del pueblo y la concepción del hombre”.

"Queremos colaborar a construir una sociedad justa, fraterna y solidaria. Para ustedes, políticos, es una oportunidad única para que expongan a la ciudadanía de manera libre y consciente. Preséntense de manera clara, transparente y verdadera sobre las motivaciones de su candidatura, sus programas de gobierno y las ideas que tienen para el Brasil", explicó el purpurado a través de un mensaje emitido antes del inicio formal de las ponencias.

Participaron del debate Aécio Neves, del PSDB; Dilma Rousseff, del PTM; Marina Silva, del PSBM; Eduardo Jorge, del PV; Eymael, del PSDC; Luciana Genro; del PSOL, y el pastor Everaldo Pereira, del PSC. Los presidenciables debieron responder, durante dos horas, una serie de preguntas formuladas por periodistas de medios católicos, que responden a las preocupaciones expresadas por los obispos durante este tiempo.


Uno de los puntos más interesantes del debate fue la opinión de los candidatos sobre la reforma política impulsada por la CNBB. El proyecto presentado por los obispos prevé la exclusión de las compañías del financiamiento de campañas electorales, elecciones desdobladas en dos turnos -primero sobre los programas partidarios, y luego sobre las personas-, mayor participación femenina en las listas y la reglamentación del artículo 14 de la Constitución Federal, que regula los derechos políticos de la ciudadanía y los procesos electorales.+ 

jueves, 25 de septiembre de 2014

LLAMAR A LAS COSAS POR SU NOMBRE



 Juan Antonio Reig Pla
 obispo de Alcalá de Henares

1. El Presidente del Gobierno de España y del Partido Popular ha confirmado la retirada de la reforma de la ley del aborto que pretendía «limitar» cuantitativamente el «holocausto silencioso» que se está produciendo. Mantener el derecho al aborto quiebra y deslegitima el supuesto estado de derecho convirtiéndolo, en nombre de la democracia, en una dictadura que aplasta a los más débiles. Ninguna ley del aborto es buena. La muerte de un solo inocente es un horror, pero «parecía» que «algo» estaba cambiando en las conciencias de algunos políticos relevantes respecto del crimen abominable del aborto (Cf.Concilio Vaticano II, Gaudium et spes, 51).

Dicho esto conviene denunciar, con todo respeto a su persona, que el Presidente del Gobierno ha actuado con deslealtad respecto a su electorado al no cumplir su palabra en esta materia, explicitada en su programa electoral; también ha actuado con insensatez pues ha afirmado que lo sensato es mantener el «derecho al aborto», es decir, el derecho a matar a un inocente no-nacido, el crimen más execrable. Además ha faltado a la verdad, pues su partido tiene mayoría absoluta en el Parlamento y, sin embargo, afirma que no hay consenso, algo que no ha aplicado a otras leyes o reformas infinitamente menos importantes.

Ha llegado el momento de decir, con voz sosegada pero clara, que el Partido Popular es liberal, informado ideológicamente por el feminismo radical y la ideología de género, e «infectado» como el resto de los partidos políticos y sindicatos mayoritarios, por el lobby LGBTQ; siervos todos, a su vez, de instituciones internacionales (públicas y privadas) para la promoción de la llamada «gobernanza global» al servicio del imperialismo transnacional neocapitalista, que ha presionado fuerte para que España no sea ejemplo para Iberoamérica y para Europa de lo que ellos consideran un «retroceso» inadmisible en materia abortista.

2. Respecto al Jefe de la Oposición en el Parlamento, también con todo respeto a su persona, hay que afirmar que se ha mostrado falto de rigor intelectual y con un déficit de sensibilidad ante la dignidad de la vida humana. Es asombroso comprobar cómo telefonea a un programa de televisión para denunciar la violencia contra los animales, y, sin embargo, olvida la violencia criminal contra dos millones de niños abortados: decapitados, troceados, envenenados, quemados… Desde la lógica del horror el Secretario General del PSOE ensalzó en la Estación de Atocha de Madrid el mal llamado «tren de la libertad» en el que algunas mujeres reclamaban «el derecho a decidir matar inocentes»; este tren, como los trenes de Auschwitz que conducían a un campo de muerte, debería llamarse, no el «tren de la libertad» sino, el «tren de la muerte», del «holocausto» más infame: la muerte directa y deliberada de niños inocentes no-nacidos.

3. Como es verificable, el Partido Popular con esta decisión, se suma al resto de los partidos políticos que, además de promover el aborto, lo consideran un derecho de la mujer: una diabólica síntesis de individualismo liberal y marxismo. Dicho de otra manera, a fecha de hoy y sin juzgar a las personas , los partidos políticos mayoritarios se han constituido en verdaderas «estructuras de pecado» (Cf. San Juan Pablo II, Encíclicas Sollicitudo rei socialis, 36-40 y Evangelium vitae, 24).

4. En el orden cultural, y bajo la presión del feminismo radical, se ha trasladado el punto de mira del aborto; se ha deslizado desde el tratamiento como un crimen (No matarás) a la consideración de la mujer como víctima. Es verdad que la mujer es también víctima, abandonada en muchas ocasiones cuando no presionada para que aborte , por el padre de su hijo, por su entorno personal y laboral y por la sociedad; también es cierto que sufre con frecuencia el síndrome post-aborto, etc.; pero, si bien algunas circunstancias puede disminuir la imputabilidad de tan gravísimo acto, no justifican jamás moralmente la decisión de matar al hijo por nacer. Esto hay que denunciarlo al tiempo que hay que acompañar con misericordia y «adecuadamente a las mujeres que se encuentran en situaciones muy duras, donde el aborto se les presenta como una rápida solución a sus profundas angustias» (Papa Francisco, Evangelii gaudium, 214).

Pero, como digo, lo específico del aborto es que se trata de un crimen abominable: «el que mata y los que cooperan voluntariamente con él cometen un pecado que clama venganza al cielo (Cf. Gn 4, 10)» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2268). No se puede justificar, apelando a la libertad, lo que de sí es una acción criminal que mata a un inocente, corrompe a la mujer, a quienes practican el aborto, a quienes inducen al mismo y a quienes, pudiendo con medios legítimos, no hacen nada para evitarlo. 

La Iglesia Católica, Madre y Maestra, en orden a proteger al inocente no-nacido e iluminar las conciencias oscurecidas «sanciona con pena canónica de excomunión este delito contra la vida humana. «Quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión latae sententiae» (CIC can. 1398), es decir, «de modo que incurre ipso facto en ella quien comete el delito» (CIC can. 1314), en las condiciones previstas por el Derecho (Cf. CIC can. 1323-1324). Con esto la Iglesia no pretende restringir el ámbito de la misericordia; lo que hace es manifestar la gravedad del crimen cometido, el daño irreparable causado al inocente a quien se da muerte, a sus padres y a toda la sociedad» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2272). Es necesario evidenciar que nos encontramos ante una verdadera crisis de civilización.

5. Por otra parte, diré más: se debe aclarar que no es justificable moralmente la postura de los católicos que han colaborado con el Partido Popular en la promoción de la reforma de la ley del aborto a la que ahora se renuncia. 
La Encíclica Evangelium vitae del Papa San Juan Pablo II no prevé la posibilidad de colaboración formal con el mal (ni mayor ni menor); no hay que confundir colaborar formalmente con el mal (ni siquiera el menor) con permitir si se dan las condiciones morales precisas el mal menor. Dicha Encíclica (n. 73) lo que afirma es: «un problema concreto de conciencia podría darse en los casos en que un voto parlamentario resultase determinante para favorecer una ley más restrictiva, es decir, dirigida a restringir el número de abortos autorizados, como alternativa a otra ley más permisiva ya en vigor o en fase de votación. […] En el caso expuesto, cuando no sea posible evitar o abrogar completamente una ley abortista, un parlamentario, cuya absoluta oposición personal al aborto sea clara y notoria a todos, puede lícitamente ofrecer su apoyo a propuestas encaminadas alimitar los daños de esa ley y disminuir así los efectos negativos en el ámbito de la cultura y de la moralidad pública. En efecto, obrando de este modo no se presta una colaboración ilícita a una ley injusta; antes bien se realiza un intento legítimo y obligado de limitar sus aspectos inicuos».

6. Con afecto hacia las personas y con dolor, también debo decir que, en ocasiones, algunas instancias de la Iglesia Católica que camina en España no han propiciado, más bien han obstaculizado, la posibilidad de que aparezcan nuevos partidos o plataformas que defiendan sin fisuras el derecho a la vida, el matrimonio indisoluble entre un solo hombre y una sola mujer, la libertad religiosa y de educación, la justicia social y la atención a los empobrecidos y a los que más sufren: en definitiva la Doctrina Social de la Iglesia. Gracias a Dios el Papa Francisco ha sido muy claro respecto del aborto en su Exhortación Apostólica Evangelii gaudium (nn. 213 y 214).

7. Como en tantas otras ocasiones de nuestra historia, es momento de apelar a la conciencia de los católicos españoles. Ante nosotros, tal vez, se abre la posibilidad de «un nuevo inicio» y en todo caso un amplio abanico de acciones simultáneas, entre las que quiero destacar:
a) Hay que mantener firme el propósito de la evangelización, de la gestación de nuevos cristianos y de la atención en nuestros «hospitales de campaña» (Cáritas, Centros de Orientación Familiar, etc.) de tantas personas heridas (física, psíquica y espiritualmente) que esperan nuestro amor, nuestra misericordia y nuestra ayuda, siempre desde la verdad.
b) Insistir en la educación sexual y en la responsabilidad de las relaciones sexuales, es decir, educar para el amor.
c) Insistir en la abolición total de toda ley que permita el aborto provocado directo y promover la aprobación de leyes que protejan al no-nacido, la maternidad y las familias.
d) Suscitar una respuesta civil organizada y capaz de movilizar las conciencias.
e) Hacer una llamada a promover iniciativas políticas que hagan suya, integralmente, la Doctrina Social de la Iglesia.
f) Estudiar por enésima vez la posibilidad de regenerar los partidos políticos mayoritarios, aunque hasta ahora estos intentos han sido siempre improductivos.

8. El camino va a ser largo y difícil, ya sucedió con la abolición de la esclavitud. La maduración de las conciencias no es empresa fácil, pero nuestro horizonte, por la gracia de Dios, es el de la victoria del bien. Este es tiempo de conversión. Así pues, todos (mujeres y varones, profesionales de la sanidad y de los medios de comunicación, gobernantes, legisladores, jueces, fuerzas y cuerpos de seguridad, pastores y fieles, etc.) estamos obligados en conciencia a trabajar y defender con todos los medios legítimos «toda la vida» de «toda vida humana», desde la concepción y hasta la muerte natural, empezando por los no-nacidos y sus madres; si no lo hacemos, la historia nos lo recriminará, las generaciones venideras nos lo reprocharán y, lo que es definitivo, Dios, el día del Juicio, nos lo reclamará: era pequeño, estaba desnudo e indefenso y no me acogisteis (Cf. Mt 25, 41-46).

+ Juan Antonio Reig Pla, obispo de Alcalá de Henares
En Alcalá de Henares, a 24 de septiembre del Año del Señor de 2014

Ntra. Sra. de la Merced

SEGÚN INDEC




El PBI cayó en un año más de 99 mil millones de dólares

25 de Septiembre del 2014

Lo refleja la estadística del organismo oficial. 

 En el período abril a junio la generación de riqueza en términos reales se estancó respecto de similar tramo de 2013.

El valor anualizado en pesos ascendió a 4,34 billones de pesos, pero en el equivalente en divisas bajó a 539.542 millones.
 Un año antes, con una valuación del PBI en 3,35 billones, había calculado un equivalente a 638.855 millones. Desde entonces, en sólo doce meses por efecto de la devaluación del peso en un 53,7% -en contraste con una inflación implícita en las cuentas nacionales de 29,8% que significó una aceleración en diez puntos porcentuales-, la capacidad de generación de riqueza por el conjunto de residentes se achicó en casi 100.000 millones de dólares.

En términos por habitante, semejante empobrecimiento determinó pasar de un ingreso promedio anualizado de 15.180 dólares en el segundo trimestre de 2013 a 12.679 en la actualidad. Según la serie del Indec se trata del menor nivel para ese período desde 2010. En 2011 lo había estimado en 13.688 y en 2012 lo elevó a 14.430 dólares.

El Indec comunicó que en términos reales la economía en su conjunto creció un 0,9 por ciento en el segundo trimestre del 2014 frente a los primeros tres meses del año y dejó atrás dos períodos consecutivos de contracción, mientras que en comparación con similar período de 2013 no acusó variación. En ese último tramo, el estudio Ferreres había calculado una retracción de 1,5 por ciento.

En medio de una elevada inflación y una baja del consumo, el PBI había caído a una cifra revisada del 0,5 por ciento en el primer trimestre, reportada anteriormente como una contracción del 0,8 por ciento, frente a los tres últimos meses del 2013, cuando la actividad también se contrajo. El ente oficial de estadística revisó también la comparación interanual del primer trimestre del 2014, que pasó de una caída del 0,2 por ciento a un crecimiento del 0,3 por ciento.

El sector más expansivo volvió a ser el de los bancos con crecimiento de 11,2 por ciento y en menor medida el agro 4,2%. Por el contrario, el Indec informó que el comercio en su conjunto tuvo un receso de 4,2 por ciento, luego de un primer trimestre con 2,3% de declive, respecto de similares períodos del año anterior.


También se contrajeron las actividades comunitarias

MEGALOMANÍA Y DEFENSA NACIONAL



 LUIS MARÍA SERROELS
Especial para Foro de Cuyo

23-9-14



La elaboración del presupuesto nacional incluye primordial e irrenunciablemente los gastos destinados a la defensa. Y se debe  diagramar, estructurar y financiar conforme a análisis actualizados de la geopolítica, hipótesis de conflicto, recursos técnicos y humanos que conformen la capacidad de respuestas adecuadas. Todo ello descartando propósitos de agresión y con vocación integradora y negociadora como vía para solucionar los diferendos, desechando cualquier contienda estéril. Se trata de apostar al poder de disuasión y reforzar pautas de equilibrio en la relación de fuerzas con otras naciones, manteniendo vínculos estables y duraderos con todo el mundo. Atender la defensa nacional no supone renunciar a la vocación pacifista.

Datos obtenidos y la simple observación del escaso material exhibido en los desfiles, dan cuenta de una disponibilidad en las  fuerzas armadas que lejos está de satisfacer las demandas preventivas mínimas. Un caso testigo se da particularmente con la debilidad del poder aéreo, fruto de de la falta de modernización y de una adecuada dotación.

Es un hecho contradictorio porque Argentina dispone de pilotos a nivel de los mejor adiestrados del mundo, puesto de manifiesto durante la guerra del Atlántico Sur. No verlos surcar los aires en las festividades patrias como tantas veces, denuncia la falta de máquinas (otros países de nuestra región aprovechan sus conmemoraciones patrióticas para exhibir –sin ánimo belicoso sino más bien de proporcionar tranquilidad y seguridad– su verdadero potencial). Además, hoy un tema primordial para la defensa  está centrado en el  creciente narcotráfico, que exige respuestas adecuadas para proteger la soberanía del  espacio aéreo.

¿Los jefes militares no tienen nada que objetar sobre esta política cargada de desidia? ¿Cómo se establece el nexo castrense con el Poder Ejecutivo y las comisiones del Congreso para plantear las necesidades básicas?

Las fuerzas armadas se deben a la seguridad nacional, que implica la custodia de bienes y vida de los habitantes, de su tranquilidad, de las fronteras y de la preservación y protección de las reservas naturales (va de suyo que no caben en sus incumbencias la reflotada inteligencia interna y el espionaje vil de lo cual el país guarda triste memoria).

En una columna firmada por Horacio Jaunarena, ex ministro de Defensa de Raúl  Alfonsín, queda al desnudo crudamente la irresponsabilidad del gobierno actual frente a un asunto tan sensible. Con referencia a las modernas políticas de defensa en –a la capacidad soberana de una nación, Jaunarena resalta el “poder decir no cuando tenga que decir no”. Cita que América Latina es la región que más incrementó proporcionalmente el gasto en equipamiento militar durante la última década, pero por una declinación acelerada de sus capacidades de defensa, Argentina ha introducido un factor de desequilibrio por defecto con el resto de los países vecinos.

Este juicio revelaría la errónea política aplicada por el kirchnerismo que impediría a las FF.AA. cumplir acabadamente con su misión principal fijada por las leyes, situación ya advertida en 2008 por los jefes de Estado Mayor. El ex funcionario radical trae a colación que “el despliegue territorial del Ejército heredado del sistema de conscripción obligatoria, requiere entre 80.000 y 100.000 soldados y hoy contamos con 18 mil soldados voluntarios”.

Apuntó que no se realiza el programa de mantenimiento y reparación en los barcos de la Armada y al navegar poco los planes de adiestramiento están por debajo de lo deseable. El patrullaje de nuestro mar por la Armada y la Prefectura es insuficiente dando vía libre a la depredación clandestina. Pero en su más grave descripción, quien firma el artículo reseña que la Fuerza Aérea “carece de aviones de combate y está en incapacidad de disputar el dominio de nuestro espacio”. Alude además a la antigüedad y obsolescencia de los aparatos (no hay repuestos en el mundo para aeronaves tan vetustas) y la imposibilidad de que los egresados como oficiales de la Escuela de Aviación Militar puedan completar sus cursos de pilotos ante la falta de máquinas de entrenamiento.

Ilustra sus apreciaciones consignando que Brasil tiene 360 aviones interceptores; Chile 122  y nos sobran los dedos de la mano para contar los nuestros. Brasil tiene 151 aviones de transporte, Chile 25 y nosotros sólo uno en condiciones de volar. Y no soslaya el tema de los cuadros de oficiales, quizás lo más valioso por la inversión y el tiempo que demanda formarlos y constituye el principal capital a cuidar. Subraya asimismo el hecho de que se multiplique a niveles exponenciales el presupuesto de Inteligencia del Ejército. Esto nos lleva a mirar hacia el Proyecto X, una buena copia del último terrorismo de Estado.

Llama la atención que el ministro de Defensa, ingeniero civil Agustín Rossi –de muy dudosa capacidad para debatir con los jefes militares asuntos tan espinosos–, haya empezado a recorrer el país promocionando su candidatura para suceder a Cristina Fernández.

Mientras todo esto pasa, la presidente se ufana de destinar 15.000 millones de pesos para nuevas jubilaciones, como si las leyes previsionales fuesen una cuestión de puro voluntarismo libradas a la sensibilidad y no puedan coexistir con los demás gastos. ¿De dónde saldrán los recursos? Del recalentamiento de la maquinita salvadora del Banco Central (con el costo de una mayor inflación) o de la cajita mágica de la Anses, lo que llevaría a utilizar fondos de la masa destinada a reajustar haberes, orden mediante de la Corte Suprema en fallos que la Casa Rosada no respeta. Desvestir un santo para vestir otro no es el mejor sistema.

El faraónico Polo Audiovisual parece propio de un país que navega en dinero y encima se le adjudicará directamente a una empresa denunciada por irregularidades en la ejecución de obras públicas. Su costo –incluyendo le torre más alta de Latinoamérica– ascenderá a los 2.500 millones de pesos, una paquetería demencial si las hay. Las inversiones chinas por 20 mil millones de dólares anunciadas por Néstor Kirchner nunca arribaron; la promesa del soterramiento del ferrocarril Sarmiento que data de 2007 duerme plácidamente y la electrificación de los ferrocarriles Roca y San Martín sigue siendo una asignatura pendiente. Un juego de fantasías que encandila y se apaga.

Quede para cierre la “vedette” de los aires de grandeza de la “década ganada”, prometida como “un salto a la modernidad”. Se trata del no descartado proyecto Tren de Alta Velocidad o Tren Bala, que sólo serviría para gente muy adinerada pero que se deberá financiar con el bolsillo de todos los argentinos. En 2005 esta obra demandaba  unos 4.000 millones de dólares y no tardó en generar suspicacias. Este periodista llegó a bautizarla como “el nuevo proyectil de la corrupción” y denuncias posteriores ante la justicia confirmaron presunciones.

Por estos días se reveló que Aerolíneas Argentinas  y Austral –las empresas que graciosamente esquilman los bolsillos de 40 millones de argentinos– recibieron en los seis años en manos del Estado subsidios superiores a los 18.000 millones de pesos (unos 2 millones de dólares diarios) con destino a cubrir pérdidas. Esta situación de quebranto es lo que colma de orgullo a Cristina Fernández y así lo proclama públicamente. El presidente de ambas empresas, Mariano Recalde, permanece en silencio.


En tanto, los planes de defensa nacional terminarán confirmando las aprensiones circulantes. Aún no se habría concretado el refuerzo presupuestario para lo que resta de 2013 a fin de no entorpecer las operaciones pero pareciera que los reajustes sólo se aceleran para el Fútbol para Todos. Si no es así, que el oficialismo desmienta y aclare. Tan simple como efectivo. Y además republicano.

HUBO MÁS EUROPEOS ESCLAVIZADOS POR LOS MUSULMANES QUE ESCLAVOS NEGROS ENVIADOS A AMÉRICA



"¿Hay moros en la costa?", decimos todavía hoy para significar la presencia de alguien no particularmente grato. ¿Saben por qué? Agárrense bien, lean este artículo y lo sabrán.

elmanifiesto.com, 23 de septiembre de 2014


¡Quién lo había de decir! La trata de esclavos, esa infamia que, según musulmanes, africanos y europeos etnomasoquistas, constituye la mayor lacra de Europa, ahora resulta que fue ampliamente superada, al menos en los siglos XVI y XVII, por la cometida contra los nuestros por parte del islam. Es cierto, es cierto: el “tú más” no justifica nada. La trata de esclavos negros fue una indignidad tan aborrecible como injustificable. Pero hay una pequeña diferencia: nosotros la reconocemos y deploramos (hoy en día hasta exagerando los zurriagazos). Ellos, en cambio —el mundo musulmán—, no reconoce ni deplora nada. Hay otra diferencia además: cuando nos querían arrebatar a los nuestros, los europeos combatimos todo lo que pudimos al enemigo (y así se produjo la victoria de Lepanto, y así tuvo lugar la expulsión de los moriscos, que colaboraban en las razias). Y cuando capturaban a los blancos, los padres terciarios y mercedarios intentaban rescatarlos. Nada de todo ello existió nunca en África.

Pero pasemos a ver lo que nos cuenta el profesor norteamericano Robert C. Davis.
Los historiadores estadounidenses han estudiado todos los aspectos de la esclavización de los africanos por parte de los blancos, pero han ignorado en gran medida la esclavitud de los blancos por parte de los africanos del Norte. Christian Slaves, Muslim Masters [Esclavos cristianos, amos musulmanes][1] es un libro cuidadosamente documentado y escrito con claridad sobre lo que el profesor Davis denomina "la otra esclavitud", que floreció durante aproximadamente la misma época que el tráfico transatlántico de esclavos y que devastó a cientos de comunidades costeras europeas. 

En la mente de los blancos de hoy, la esclavitud no juega en absoluto el papel central que tiene entre los negros. Y, sin embargo, no se trató ni de un problema de corta duración ni de algo carente de importancia. La historia de la esclavitud en el Mediterráneo es, de hecho, tan siniestra como las descripciones más tendenciosas de la esclavitud americana.

Un comercio al por mayor
La costa de Berbería, que se extiende desde Marruecos hasta la actual Libia, fue el hogar de una próspera industria del secuestro de seres humanos desde 1500 hasta aproximadamente 1800. Las principales capitales esclavistas eran Salé (en Marruecos), Túnez, Argel y Trípoli, habiendo sido las armadas europeas demasiado débiles durante la mayor parte de este período para efectuar algo más que una resistencia meramente simbólica.
El tráfico trasatlántico de negros era estrictamente comercial, pero para los árabes los recuerdos de las Cruzadas y la rabia por haber sido expulsados de España en 1492 parecen haber motivado una campaña de secuestro de cristianos que casi parecía una yihad.

"Fue quizás este aguijón de la venganza, frente a los amables regateos en la plaza del mercado, lo que hizo que los traficantes islámicos de esclavos fueran mucho más agresivos y en un principio  mucho más prósperos (por así decirlo) que sus homólogos cristianos", escribe el profesor Davis.
Durante los siglos XVI y XVII fueron más numerosos los esclavos conducidos al sur a través del Mediterráneo que al oeste a través del Atlántico. Algunos fueron devueltos a sus familias contra pago de un rescate, otros fueron utilizados para realizar trabajos forzados en África del Norte, y los menos afortunados murieron trabajando como esclavos en las galeras.

Lo que más llama la atención de las razias esclavistas contra las poblaciones europeas es su escala y alcance. Los piratas secuestraron a la mayoría de sus esclavos interceptando barcos, pero también organizaron grandes asaltos anfibios que prácticamente dejaron despobladas partes enteras de la costa italiana. Italia fue el país que más sufrió, en parte debido a que Sicilia está a sólo 200 km de Túnez, pero también porque no tenía un gobierno central fuerte que pudiese resistir a la invasión.

Las grandes razias a menudo no encontraron resistencia
Cuando los piratas saquearon, por ejemplo, Vieste en el sur de Italia en 1554, se hicieron con el alucinante número de 6.000 presos. Los argelinos secuestraron 7.000 esclavos en la bahía de Nápoles en 1544, una incursión que hizo caer tanto el precio de los esclavos que se decía poder "intercambiar a un cristiano por una cebolla".

España también sufrió ataques a gran escala. Después de una razia en Granada en 1556 que se llevó a 4.000 hombres, mujeres y niños, se decía que "llovían cristianos en Argel". Y por cada gran razia de este tipo, había docenas más pequeñas.
La aparición de una gran flota podía hacer huir a toda la población al interior, vaciando las zonas costeras.
En 1566, un grupo de 6.000 turcos y corsarios cruzó el Adriático para desembarcar en Francavilla al Mare. Las autoridades no podían hacer nada, y recomendaron la evacuación completa, dejando a los turcos el control de más de 1.300 kilómetros cuadrados de pueblos abandonados hasta Serracapriola.

Cuando aparecían los piratas, la gente a menudo huía de la costa hacia la ciudad más cercana, pero el profesor Davis explica que hacer tal cosa no siempre fue una buena estrategia: "Más de una ciudad de tamaño medio, llena de refugiados, fue incapaz de resistir un ataque frontal de cientos de asaltantes. El capitán de los piratas, que de lo contrario tendría que buscar unas pocas docenas de esclavos a lo largo de las playas y en las colinas, ahora podía encontrar mil o más cautivos convenientemente reunidos en un mismo lugar a los que tomar."
Los piratas volvían una y otra vez para saquear el mismo territorio. Además de un número mucho mayor de pequeñas incursiones, la costa de Calabria sufrió las siguientes depredaciones graves en menos de diez años: 700 personas capturadas en una sola razia en 1636, 1.000 en 1639 y 4.000 en 1644.

Durante los siglos XVI y XVII, los piratas establecieron bases semipermanentes en las islas de Isquia y Procida, cerca de la desembocadura de la Bahía de Nápoles, elegida por su tráfico comercial.
Al desembarcar, los piratas musulmanes no dejaban de profanar las iglesias. A menudo robaban las campanas, no sólo porque el metal fuese valioso, sino también para silenciar la voz distintiva del cristianismo.
En las pequeñas y más frecuentes incursiones, un pequeño número de barcos operaba furtivamente y se dejaba caer con sigilo sobre los asentamientos costeros en mitad de la noche, con el fin de atrapar a las gentes "mansas y todavía desnudas en la cama". Esta práctica dio origen al dicho siciliano "pigliato dai turchi" ("tomado por los turcos"), y se emplea cuando se coge a alguien por sorpresa o por estar dormido o distraído.

Las mujeres eran más fáciles de atrapar que los hombres, y las zonas costeras podían perder rápidamente todas las mujeres en edad de tener hijos. Los pescadores tenían miedo de salir, y no se hacían a la mar más que en convoyes. Finalmente, los italianos abandonaron gran parte de sus costas. Como explica el profesor Davis, a finales del siglo XVII, "la península italiana fue saqueada por corsarios berberiscos durante dos siglos o más, y las poblaciones costeras se retiraron en gran medida a pueblos fortificados en las colinas, o a ciudades más grandes como Rimini, abandonando kilómetros de costa, ahora pobladas de vagabundos y filibusteros".
No fue hasta alrededor de 1700 cuando los italianos estuvieron en condiciones de prevenir las razias, aunque la piratería en los mares pudo continuar sin obstáculos.

La piratería llevó a España y sobre todo a Italia a alejarse del mar y a perder con efectos devastadores sus tradiciones de comercio y navegación: "Por lo menos para España e Italia, el siglo XVII representó un período oscuro en el que las sociedades española e italiana fueron meras sombras de lo que habían sido durante las anteriores épocas doradas".
Algunos piratas árabes eran avezados navegantes de alta mar, y aterrorizaban a los cristianos hasta una distancia de 1.600 kilometros. Una espectacular razia en Islandia en 1627 dejó cerca de 400 prisioneros.
Existe la creencia de que Inglaterra era una potencia naval formidable desde la época de Francis Drake, pero a lo largo del siglo XVII los piratas árabes operaron libremente en aguas británicas, penetrando incluso en el estuario del Támesis para capturar y asolar las ciudades costeras. En sólo tres años, desde 1606 hasta 1609, la armada británica reconoció haber perdido, por culpa de los corsarios argelinos, no menos de 466 buques mercantes británicos y escoceses. A mediados de la década de 1600, los británicos se dedicaron a un activo tráfico de negros entre ambos lados del Atlántico, pero muchas de las tripulaciones británicas pasaron a ser propiedad de los piratas árabes.

La vida bajo el látigo
Los ataques terrestres podían ser muy exitosos, pero eran más arriesgados que los marítimos. Los navíos eran por lo tanto la principal fuente de esclavos blancos. A diferencia de sus víctimas, los buques piratas tenían dos modos de propulsión: además de las velas, los galeotes. Llevaban muchas banderas diferentes, por lo que cuando navegaban podían enarbolar el pabellón que tuviera más posibilidades de engañar a sus presas.
Un buen barco mercante de gran tamaño podía llevar unos 20 marinos en buen estado de salud, preparados para durar algunos años en galeras. Los de pasajeros en cambio servían para obtener un rescate. Los nobles y ricos comerciantes se convirtieron en piezas atractivas, así como los judios, que a menudo podían significar un suculento rescate pagado por sus correligionarios. Los dignatarios del clero también eran valiosos porque el Vaticano solía pagar cualquier precio para arrancarlos de las manos de los infieles.

Cuando llegaban los piratas, a menudo los pasajeros se quitaban sus buenos ropajes y trataban de vestirse tan mal como fuese posible, con la esperanza de que sus captores les restituyeran a sus familias a cambio de un modesto rescate. Este esfuerzo resultaba inútil si los piratas torturaban al capitán para sonsacarle información sobre los pasajeros. También era común hacer que los hombres se desnudaran, para buscar objetos de valor cosidos en la ropa, y ver si los circuncidados judíos no estaban disfrazados de cristianos.
Si los piratas iban cortos de esclavos en galeras, podían poner algunos de sus cautivos a trabajar de inmediato, pero a los presos los colocaban generalmente en la bodega para el viaje de regreso. Iban  apiñados, apenas podían moverse entre la suciedad, el mal olor y los parásitos, y muchos morían antes de llegar a puerto.

A su llegada al norte de África, era tradición que los cristianos recientemente capturados desfilaran por las calles para que la gente pudiera hacer burla de ellos y los niños cubrirlos de basura.
En el mercado de esclavos, los hombres estaban obligados a brincar para demostrar que no eran cojos, y los compradores a menudo querían desnudarlos para ver si estaban sanos, lo cual también permitía evaluar el valor sexual de hombres y mujeres; las concubinas blancas tenían un gran valor, y todas las capitales esclavistas poseían una floreciente red homosexual. Los compradores que esperaban hacer dinero rápido con un gran rescate examinaban los lóbulos de las orejas para encontrar marcas de perforación, lo cual era indicio de riqueza. También era habitual examinar los dientes de un cautivo para ver si podía sobrevivir a un régimen esclavista duro.

El pachá o soberano de la región recibía un cierto porcentaje de los esclavos como forma de impuesto sobre la renta. Estos eran casi siempre hombres, y se convertían en propiedad del gobierno en lugar de ser propiedad privada. A diferencia de los esclavos privados, que por lo general embarcaban con sus amos, aquéllos vivían en bagnos, que es como se llamaba a los almacenes de esclavos del pachá. Era común afeitar la cabeza y la barba de los esclavos públicos como humillación adicional, en un momento en que la cabeza y el vello facial eran una parte importante de la identidad masculina.
La mayoría de estos esclavos públicos pasaban el resto de sus vidas como esclavos en galeras. Resulta difícil imaginar una existencia más miserable. Los hombres eran encadenados tres, cuatro o cinco a cada remo, y sus tobillos quedaban encadenados también juntos. Los remeros nunca dejaban su bancada, y cuando se les permitía dormir, lo hacían en ella. Los esclavos podían empujarse para llegar a hacer sus necesidades en un agujero en el casco, pero a menudo estaban demasiado cansados ​​o desanimados para moverse y descargaban ahí donde estaban sentados. No tenían ninguna protección contra el ardiente sol mediterráneo, y sus amos les despellejaban las espaldas con el instrumento favorito del negrero: el látigo. No había casi ninguna posibilidad de escape o rescate, el trabajo de un galeote era el de matarse a trabajar —sobre todo en las razias para capturar más miserables como él—, siendo arrojados por la borda a la primera señal de enfermedad grave.

Cuando la flota pirata estaba en puerto, los galeotes vivían en el bagno y hacían todo el trabajo sucio, peligroso o agotador que el Pachá les ordenara hacer. Solían cortar y arrastrar piedras, dragar el puerto o encargarse de las labores más penosas. Los esclavos que se encontraban en la flota del sultán ruco ni siquiera tenían esa opción. A menudo estaban en el mar durante meses seguidos y permanecían encadenados a los remos incluso en el puerto. Sus barcos eran prisiones de por vida.

Otros esclavos en la costa bereber tenían un trabajo más variado. A menudo hacían el trabajo agrícola que asociamos a la esclavitud en Estados Unidos, pero los que tenían habilidades eran alquilados por sus dueños. Algunos de éstos simplemente aflojaban a sus esclavos durante la jornada con orden de regresar con una cierta cantidad de dinero por la noche, bajo la amenaza de ser golpeados brutalmente en caso de no hacerlo. Los dueños esperaban normalmente una ganancia de un 20% sobre el precio de compra. Hicieran lo que hiciesen, en Túnez y Trípoli los esclavos llevaban un anillo de hierro alrededor de un tobillo y arrastraban una pesada cadena de entre 11 y 14 kg.
Algunos dueños ponían a sus esclavos blancos a trabajar las tierras muy lejos, donde todavía se enfrentan a otra amenaza: una nueva captura y una nueva esclavitud más en el interior. Estos desgraciados probablemente no verían ya más a otro europeo en el resto de su corta vida.
El profesor Davis señala que no existía ningún obstáculo a la crueldad: "No había fuerza que pudiese proteger al esclavo de la violencia de su amo, no existían leyes locales en contra de la crueldad, ni una opinión pública benevolente, y raramente existía una presión efectiva por parte de los Estados extranjeros".

Los esclavos blancos no sólo eran mercancías, sino también infieles, y merecían todo el sufrimiento infligido por sus dueños.
El profesor Davis señala que "todos los esclavos que, habiendo vivido en bagnos, sobrevivieron para contar sus experiencias destacaban la crueldad y la violencia endémica ahí practicada". El castigo favorito era el azotamiento. Un esclavo podía recibir hasta 150 o 200 golpes, lo cual podía dejarlo lisiado. La violencia sistemática convirtió a muchos hombres en autómatas.
Los esclavos cristianos eran a menudo tan abundantes y tan baratos que no había ningún incentivo para cuidarlos. Muchos dueños les hacían trabajar hasta morir y compraban otros para remplazarlos.
Los esclavos públicos también contribuían  a un fondo para mantener a los sacerdotes en el bagno. Era una época muy religiosa, e incluso en las condiciones más terribles los hombres querían tener la oportunidad de confesarse, y, lo más importante, de recibir la extremaunción. Había casi siempre un sacerdote cautivo o dos en los bagnos, pero para estar disponible para sus deberes religiosos, otros esclavos debían contribuir y comprarle su tiempo al Pachá, por lo que a algunos esclavos en las galeras no les quedaba nada para comprar comida o ropa. Sin embargo, durante ciertos períodos, los europeos que vivían libres en las ciudades bereberes contribuían a los gastos de mantenimiento de los sacerdotes de los bagnos.
Para algunos, la esclavitud se convirtió en algo más que soportable. Ciertos oficios, en particular, el de constructor naval, eran tan codiciados que el dueño de un esclavo podía recompensarlo con una villa privada y amantes. Incluso algunos residentes del bagno lograron sacar partido de la hipocresía de la sociedad islámica y mejorar de tal modo su condición. La ley prohibía estrictamente a los musulmanes el comercio de alcohol, pero era más indulgente con los musulmanes que sólo lo consumían. Los esclavos emprendedores establecieron tabernas en los bagnos, y algunos llegaban a tener una buena vida al servicio de los musulmanes bebedores.
Una forma de aligerar la carga de la esclavitud era "tomar el turbante" y convertirse al islam. Esto eximia del servicio en galeras, de los trabajos más penosos y de alguna que otra faena impropia de un hijo del profeta, pero no de ser esclavo. Uno de los trabajos de los sacerdotes de los bagnos era evitar que los hombres desesperados se convirtieran, pero la mayoría de esclavos no parecían necesitar el tal consejo. Los cristianos creían que la conversión podría poner en peligro sus almas, además de requerirse también el desagradable ritual de la circuncisión de los adultos. Muchos esclavos parecían sufrir los horrores de la esclavitud tratándolos como un castigo por sus pecados y como una prueba a su fe. Los dueños les disuadían de la conversión, ya que éstas limitaban el uso de los malos tratos y bajaban el valor de reventa de un esclavo.

Para los esclavos, resultaba imposible escapar. Estaban muy lejos de casa, a menudo eran encadenados, y podían ser identificados de inmediato por sus rasgos europeos. La única esperanza era el rescate. A veces la suerte no tardaba en llegar. Si un grupo de piratas había capturado tantos hombres como para no tener ya espacio bajo el puente, podía hacer una incursión en una ciudad y luego regresar a los pocos días para vender los cautivos a sus familias. Por lo general, ello se hacía a un precio mucho menor que el de alguien que se rescataba desde África del Norte, pero con todo era mucho más de lo que los agricultores se podían permitir. Los agricultores generalmente no tenían liquidez, ni bienes al margen de la casa y la tierra. Un comerciante estaba por lo general preparado para comprarlos a un precio bajo, pero significaba que el cautivo regresaba a una familia completamente arruinada.

La mayoría de los esclavos dependían de La labor caritativa de los trinitarios (orden fundada en Italia en 1193) y de los mercedarios (fundada en España en 1203). Estas órdenes religiosas se establecieron para liberar a los cruzados en poder de los musulmanes, pero pronto cambiaron su trabajo por el de la liberación de los esclavos en poder de los piratas berberiscos, recaudando dinero específicamente para esta labor. A menudo ponían cajas de seguridad fuera de las iglesias con la inscripción "por la recuperación de los pobres esclavos", y el clero llamaba a los cristianos ricos a dejar dinero. Las dos órdenes se convirtieron en hábiles negociadoras, y por lo general lograron comprar esclavos a mejores precios que los obtenidos por libertadores sin experiencia. Sin embargo, nunca hubo suficiente dinero para liberar a muchos cautivos, y el profesor Davis estima que no más de un 3 o un 4% de los esclavos fueron rescatados en un solo año. Esto significa que la mayoría dejaron sus huesos en las tumbas anónimas de cristianos, fuera de las murallas de la ciudad.

Las órdenes religiosas llevaban cuentas exactas de los resultados obtenidos. En el siglo XVII, los trinitarios españoles, por ejemplo, llevaron a cabo 72 expediciones para el rescate de esclavos, con una media de 220 liberaciones por ​​cada una de dichas expediciones. Era costumbre llevarse con ellos los esclavos liberados y hacerlos caminar por las calles de la ciudad en las grandes celebraciones. Estas procesiones, que tenían una profunda connotación religiosa, se convirtieron en uno de los espectáculos urbanos más característicos de la época. A veces los esclavos marchaban en sus antiguos hábitos de esclavos para enfatizar los tormentos que sufrieron; otras veces llevaban trajes blancos especiales para simbolizar su renacimiento. Según los registros de la época, muchos esclavos liberados no se reinsertaron por completo después de sus vivencias, especialmente si habían pasado muchos años en cautiverio.

¿Cuántos esclavos?
El profesor Davis señala que las numerosas investigaciones efectuadas han logrado que se determine con la mayor precisión posible el número de negros traídos a través del Atlántico, pero no existe ningún esfuerzo similar para determinar la extensión de la esclavitud en el Mediterráneo. No es fácil conseguir cifras fiables. Los árabes no suelen conservar los archivos. Pero a lo largo de sus diez años de investigación, el profesor Davis ha logrado desarrollar un método de estimación.
Por ejemplo, el registro indica que desde 1580 hasta 1680 hubo un promedio de unos 35.000 esclavos en países berberiscos. Contando con la pérdida constante a través de la muerte y del rescate, si la población se mantuvo constante, entonces la tasa de captura de nuevos esclavos por los piratas era igual a la tasa de desgaste. Hay una buena base para la estimación de las tasas de mortalidad. Por ejemplo, sabemos que de los cerca de 400 islandeses capturados en 1627, sólo hubo 70 supervivientes ocho años después. Además de la desnutrición, el hacinamiento, el exceso de trabajo, y los castigos brutales, los esclavos sufrieron epidemias de peste, que por lo general eliminaban entre el 20 y el 30% de los esclavos blancos.

A través de diversas fuentes, el profesor Davis estima que la tasa de mortalidad fue de aproximadamente un 20% al año. Los esclavos no tenían acceso a las mujeres, por lo que la sustitución se realizaba exclusivamente a través de las capturas.
Su conclusión: entre 1530 y 1780 hubo, con casi total seguridad, un millón y tal vez hasta millón y cuarto de cristianos blancos europeos esclavizados por los musulmanes de la costa bereber. Esto supera con creces la cifra generalmente aceptada de 800.000 africanos transportados a las colonias de América del Norte y más tarde a los Estados Unidos.

El profesor Davis explica que, a finales de 1700, se controló mejor este comercio, pero hubo un renacimiento de la trata de esclavos blancos durante el caos de las guerras napoleónicas.
La flota norteamericana no quedó libre de la depredación. Fue sólo en 1815, después de dos guerras contra ellos, que los marinos estadounidenses se libraron de los piratas berberiscos. Estas guerras fueron importantes operaciones para la joven república; una campaña que se recuerda en las estrofas de "a las orillas de Trípoli", en el himno de la marina. Cuando los franceses tomaron Argel en 1830, todavía había 120 esclavos blancos en el bagno.
¿Por qué hay tan poco interés por la esclavitud del Mediterráneo, mientras que la erudición y la reflexión sobre la esclavitud negra nunca termina? Como explica el profesor Davis, los esclavos blancos con dueños no blancos simplemente no encajan en "la narrativa maestra del imperialismo europeo." Los patrones de victimización tan queridos por los intelectuales requieren de la maldad del blanco, no del sufrimiento del blanco.

El profesor Davis también señala que la experiencia europea de la esclavitud a gran escala muestra el engaño en que consiste otro tema favorito de la izquierda: que la esclavitud negra fue un paso crucial en la creación de los conceptos europeos de raza y jerarquía racial.
No es así. Desde hace siglos, los propios europeos han vivido con en el miedo del látigo, y un gran número asistieron a procesiones celebradas por el rescate de los esclavos liberados, todos los cuales eran blancos. La esclavitud era un destino más fácilmente imaginable para ellos mismos que para los lejanos africanos.

© Le blog de Marysieńka



[1] Robert C. Davis, Christian Slaves, Muslim Masters: White Slavery in the Mediterranean, the Barbary Coast, and Italy, 1500-1800, Palgrave Macmillan, 2003, 246 pp., 35 US$.