viernes, 13 de marzo de 2015

AL CUERPO DE NISMAN LO HABRÍAN CORRIDO DE UN BRAZO



Claudio Savoia

Clarín, 13-2-15

La difusión de la supuesta existencia de un sicario que habría asesinado a Alberto Nisman, hincado en su baño frente a la bañera, conmovió ayer a todos los protagonistas del caso, y profundizó mucho más la grieta que separa –que enfrenta– a la fiscal Viviana Fein de la ex esposa de la víctima, Sandra Arroyo Salgado. Pero otro dato echaría sal sobre esa herida: según escribió uno de los tres peritos de la querella, el cadáver de Nisman tendría la marca del “agarre y deslizamiento de los dedos de una mano sobre uno de sus brazos”. Dicho en criollo: habría rastros de cuatro dedos correspondientes a la supuesta mano que según la pericia tomó el cuerpo de Nisman para correrlo de lugar.

El dato figura en el informe personal que redactó el licenciado en criminalística y ex jefe de la policía Bonaerense Daniel Salcedo, que después se sumó a las conclusiones del forense Osvaldo Raffo y las del perito Julio Ravioli para el informe final que Arroyo Salgado presentó ante la fiscal Fein, y cuya síntesis presentó en San Isidro el jueves de la semana pasada.

Ese resumen consignaba que el cuerpo de Nisman había sido movido de la posición en la que encontró la muerte, sin más detalles. Sólo se supo, después de la presentación formal, que ese movimiento no se refería al que podría haber ocurrido cuando los familiares de Nisman y el médico de su prepaga intentaron abrir la puerta del baño para ver qué le había pasado al fiscal.

Si alguien manchado con sangre tomó al cuerpo yermo de la víctima y lo corrió de lugar hasta “acomodarlo” en la ubicación en la que finalmente fue hallado, y después lavó el baño y sus propias huellas del brazo del fiscal en el que habrían quedado marcadas, suena más que razonable que Sandra Arroyo Salgado le pida a la jueza y a la fiscal que junten y preserven las pruebas que podrían corroborar esa tesis. 

Mientras comienzan a florecer las historias sobre supuestos comandos de inteligencia locales y extranjeros, la ex mujer de Nisman ya tiene a su sospechoso. Tampoco le sobra imaginación: una rápida gestión ante la doctora Palmaghini logró que la policía Metropolitana allanara la casa de Diego Lagomarsino, el perito informático que le entregó al fiscal –según dijo a pedido de él– la pistola Bersa calibre 22 con la que alguien lo mató. En el operativo se secuestraron todas las computadoras y aparatos electrónicos con acceso a Internet, y varias prendas de Lagomarsino. La jueza le tuvo consideración: Arroyo le había pedido que se llevara todo el guardarropas del perito informático. Todavía no lo acusa de nada. ¿Falta mucho?

Ayer, La Nación publicó el contenido del inquietante “punto doce” del informe pericial de la querella que encabeza Sandra Arroyo Salgado. Clarín había informado que esas conclusiones tenían trece puntos, y que el anteúltimo fue borrado a último momento porque en él se revelaba “la mecánica” con la que habrían asesinado a Nisman.

Según se publicó, el ahora famoso punto doce explica que: “Al momento de recibir el disparo la víctima debió haber estado en posición rodilla a tierra. Esta altura, además, coincide con las manchas de sangre observadas en la escena y, en particular, la que se hallaba sobre la mesada del baño. De haber estado la víctima en bipedestación al caer (y por el proceso de agonía que demuestra el análisis médico legal) debería presentar alguna lesión contusa además del disparo, en alguna zona como la espalda, la cabeza o alguno de sus miembros. Estos signos patognomónicos no están”. La infografía que acompaña esta nota grafica esa posición –en la que supuestamente fue ultimado Nisman– y la compara con la que encontraron al fiscal.

Ayer, Salcedo, Raffo y Salvioli declararon ante Fein para explicar su trabajo. “Ratificamos absolutamente lo que leyó Arroyo Salgado, que descartamos la hipótesis del suicidio y del accidente”, dijo Salcedo en la puerta de la fiscalía.

Fuentes oficiales con acceso a la causa consideraron que la junta médica que deberá evaluar las divergencias entre la autopsia realizada por el Cuerpo Médico Forense y que está en el expediente, y las observaciones contrapuestas por el equipo de peritos de la querella, podría empezar a trabajar dentro de una semana. Pero enseguida advirtieron que esa tarea “suele tardar bastante”.


En la fiscalía ayer ratificaron que todas las pruebas de la causa “están perfectamente preservadas” y que ninguna corre peligro, como indicaba una versión periodística. También aseguraron que la fiscal cree que la defensa de Lagomarsino, ejercida por el abogado Maximiliano Rusconi, tiene razón en exigir que se continúe el análisis de los teléfonos y computadoras de Nisman, interrumpido tras un súbito pedido de Arroyo. La respuesta la tiene la jueza Palmaghini.