viernes, 27 de marzo de 2015

IRÁN Y ARGENTINA, EL RELATO DE LOS DESERTORES



 Mary Anastasia O'Grady

The Wall Street Journal

¿Actuó Hugo Chávez como valijero de Irán en su sacrificio por lograr tecnología nuclear de Argentina? Esa es la afirmación hecha por 3 ex participantes del círculo íntimo de la dictadura venezolana citados anónimamente en un reportaje de la edición del 14 de marzo de la revista brasileña Veja.

La difusión dice que no confesó el nombre de los desertores, entrevistados en Washington, para cuidar a sus familiares en Venezuela. La revista informó, sin embargo, que fueron entrevistados por separado y que cada uno dijo que en enero de 2007 hubo un convenio en Caracas entre Chávez y el director iraní, Mahmoud Ahmadinejad. Venezuela entregaría dinero iraní a funcionarios argentinos a cambio de 2 favores para Teherán.

El 1° favor que describieron, según Veja, era que Argentina encubriera el papel de Irán en el atentado terrorista de 1994 contra un centro comunitario judío (conocido por sus siglas en español como AMIA) en Buenos Aires. El 2° favor era que Argentina compartiera “su larga destreza en reactores nucleares de agua pesada, un método anticuado, caro y complicado, sin embargo que acepta la obtención de plutonio a partir de uranio natural”.

Fuentes anónimas plantean inquietudes en cualquier historia noticiosa. Veja, no obstante, es uno de los medios más fundamentales y de preferible reputación de Brasil, y una tercera persona en quien tengo deducciones para fiarse me ha confirmado que las conferencias se llevaron a cabo.

Una razón mayor para el escepticismo es que, según Veja, los desertores están hablando con las autoridades estadounidenses acerca de la colaboración de Venezuela “en el tráfico mundial de estupefacientes y su apoyo al terrorismo”. Esto recomienda que pueden estar buscando protección a cambio de lo que cuentan sobre el funcionamiento interno de la dictadura. En otras palabras, tienen la motivación para contar relatos que impresionan.

Sin embargo, nada de lo que informó Veja contradice lo que ya se sabe sobre la relación de Venezuela con Irán, y enorme parte de ello se ajusta a lo que el fiscal federal argentino Alberto Nisman informó al acusar formalmente en 2006 a 7 clérigos, funcionarios gubernamentales y oficiales militares iraníes de alto rango por el atentado a la AMIA. En enero, Nisman fue hallado muerto en su apartamento, el día antes de que se presentara a dar testimonio acerca de lo que dijo era un encubrimiento urdido por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y Teherán para obtener del apuro a los iraníes acusados.

Joseph Humire, un analista de protección regional con sede en Washington, considera creíble la historia de Veja y la citó el miércoles en un testimonio ante un subcomité conjunto de la Cámara de Representantes sobre el Hemisferio Occidental y Medio Oriente.

Buenos Aires y Teherán tuvieron una relación floreciente en la década de 1980 gracias en parte a la disposición de Argentina de colaborar tecnología nuclear con Irán. Cuando Carlos Menem asumió la presidencia en 1989, la política exterior argentina cambió 180 grados a favor de Estados Unidos y sus aliados.

Irán quedó adolorido por ello, según la acusación de Nisman de 2006 contra los iraníes. “Hemos considerado suficientemente probado”, dijo Nisman en aquella acusación, “que ello (el atentado contra la AMIA) obedeció principalmente a la decisión unilateral del gobierno argentino de rescindir los contratos de provisión de material y tecnología nuclear que, años antes, habían sido suscriptos con la República Islámica de Irán”. El mismo documento añade que en ese período el gobierno iraní consideraba que era crucial crear sus capacidades nucleares.

Los desertores anónimos afirman que entre otros medios para manipular a Argentina a favor de Irán, Venezuela organizó transferencias directas de fondos. En agosto de 2007, cuando los funcionarios de aduanas argentinos descubrieron una maleta con US$ 800.000 no declarados en un aeroplano originario de Venezuela, la totalidad de los observadores lo atribuyó a los esfuerzos de Chávez por expandir su influencia en la región. Sin embargo, uno de los desertores dijo a Veja que el botín fue un obsequio de Irán para la campaña presidencial de Cristina Kirchner.

La afirmación en la nota de Veja de que el efectivo se generó en Irán y que un vuelo que unía 2 veces al mes(30dias) a Caracas-Damasco-Teherán entre 2007 y 2010 facilitó su traslado a Venezuela es interesante. La revista muestra que el entonces ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Tareck Zaidan El Aissami Maddah, vigente gobernante de Aragua y un pez obeso en el Partido Socialista Unido de Venezuela, jugó un papel clave en la intervención de esos vuelos.

Veja informó que ninguno de los 3 desertores podía resolver si la tecnología nuclear fue transferida. No obstante, uno de ellos dijo que sabía que Argentina “recibió mucho a través de medios legales” como la compra de bonos argentinos, así como por “medios ilegales -como maletas llenas de efectivo- a cambio de algo que era muy preciado para los iraníes”.

Humire señaló en su testimonio del 18 de marzo ante el Congreso norteamericano que “si esto es cierto, entonces creo que todos hemos subestimado la importancia de América Latina para la República Islámica. Y, por extensión, ya no logramos permitirnos el lujo de divorciar las tareas de Irán en la región de las negociaciones nucleares del P5 + 1”.

Puede que los desertores estén contando un cuento. Sin embargo, tomando en cuenta la experiencia previa de Argentina de colaborar tecnología nuclear con Irán y los esfuerzos de Teherán para penetrar en América Latina, sería absurdo no tomar sus acusaciones en serio.


Fuente: Informador Público, 27-3-15