lunes, 8 de febrero de 2016

LA PROPUESTA DE MACRI A LOS HOLDOUTS


Por Héctor GIULIANO 
(7.2.2016)

Pese a la declarada política de transparencia del gobierno Macri, en la cuestión de la crisis de los holdouts - los tenedores de bonos que no entraron en el Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005-2010 - todavía son muy pocos los datos concretos que se conocen en torno a la propuesta argentina que se acaba de presentar al mediador de los juicios en Nueva York, Daniel Pollack, con fecha 5.2.

Por el momento sólo se cuenta con tres informaciones aproximativas de referencia:
  1. Que el monto de la deuda en juego sería de unos 9.000 MD, sobre los que se ofrece pagar al contado 6.500, es decir, una cifra con 25-28 % de descuento promedio.
  2. Que esta propuesta viene acompañada de un pre-acuerdo con los bonistas italianos – anunciado días antes (el 2.2) – para pagarles otros 1.350 MD al contado.
  3. Que para poder realizar estos pagos – autorización del juez Griesa mediante – el gobierno depende de colocar nuevos bonos en el mercado de capitales, para pagar estas deudas a los holdouts con nueva deuda con terceros.
Fuera de esto, en realidad, es muy poca la información adicional concreta disponible.
Estos escasos datos conocidos, empero, abren más dudas que aclaraciones, como las que siguen:

a)    no se sabe sobre qué base total de reclamos se está verdaderamente hablando, dado que las cifras del costo de salida de la crisis de los holdouts se estimaba extraoficialmente entre 20-30.000 MD (Millones de Dólares).
b)    gobierno Macri y mediador Pollack hablan de una base de 9.000 MD cuando, de partida, la cifra sería algo mayor: de 10.000 MD según el ministro Prat Gay, que habló específicamente de 9.882 MD sin que – como decimos – se tenga en claro si se trata de las cifras totales en juego.
c)    no se sabe qué grandes conceptos están involucrados en las negociaciones – caso de deudas por capital, por intereses y por punitorios – siendo que la última información oficial del Ministerio de Economía (MECON), con datos al 30.9.2015, reconocía una Deuda total no presentada al Canje por 11.600 MD, de los que 6.200 por capital y 5.400 por intereses. 
d)    no se conocen los montos desagregados por tipo y condición de los acreedores reclamantes, que tienen distinta naturaleza y alcance, según se expone a continuación.
e)    los fondos buitre con sentencia en firme acumularían ya unos 1.800 MD: 1.330 MD del fallo Griesa – sumando capital e intereses acumulados – más punitorios, honorarios y gastos.
f)     los me too - yo también, o resto de los holdouts que se vienen agregando por conexidad al caso testigo de Elliot-Singer y otros – que se dice sumarían entre 6 y 6.500  MD.
g)    los llamados bonistas italianos, representados por el lobbista y ex funcionario de la banca italiana Nicola Stock, que habló de que el gobierno Macri se comprometió a pagar al contado 1.350 MD, de los que 900 por capital.
h)   no se sabe si los números de la propuesta incluyen también a los bonistas europeos en general - particularmente inversores minoristas alemanes, que están pleiteando en su país de origen – y cuál es el monto de los mismos.
i)     tampoco se sabe si estos números incluyen los juicios de tenedores japoneses en Tokio, que serían por un monto menos relevante y corresponden en su mayoría a agricultores estafados en su ignorancia por los bancos que - igual que en el caso de los más de 400.000 jubilados italianos - les vendieron bonos argentinos cuando el país iba hacia un inexorable default en 2001.
j)      igualmente, no se tiene idea de los  costos judiciales que deberá afrontar la Argentina y cómo los pagará por concepto de honorarios a las partes (abogados propios – del estudio Cleary, Gottlieb, Steen & Hamilton – asesores, abogados de los demandantes, mediador Pollack y otros).
    
La lista de informaciones y datos faltantes no para acá y no hay seguridad de que se suministren por parte de las autoridades, que están abiertamente empeñadas y urgidas en retomar lo antes posible la política de deuda externa en gran escala para la Argentina.
El pronto arreglo de la cuestión de los holdouts es un objetivo básico de la política de endeudamiento Macri, que cifra formalmente sus esperanzas de terminar con este problema de arrastre para volver al mercado internacional de capitales, es decir, para volver a endeudarse en el exterior.
Es el mismo objetivo que buscaba en su momento la administración Kirchner bajo la gestión post Megacanje Lavagna-Nielsen y luego según  la Hoja de Ruta Boudou, pero que quedó frustrado por esta crisis de los holdouts, que no fue heredada sino generada por el gobierno K.

Ahora la nueva administración Macri encara el problema presentando una propuesta cuasi-formal a los acreedores - sería algo así como una pre-oferta o documento de trabajo elevado al mediador - con un doble propósito primario: plantear una oferta de pago a los acreedores y requerir al juez Griesa el levantamiento de la medida cautelar (stay) que bloquea el pago a los tenedores que entraron en el Megacanje (que se supone acumularían hoy unos 2.000 MD).
El gobierno ofrece dos opciones a los holdouts:
  1. Una Oferta Base – para todos los acreedores – de pago contado por el equivalente al capital original adeudado más un 50 % sobre ese capital en concepto de intereses (igual a lo ya acordado con los bonistas italianos).
  2. Una Oferta Pari Passu, para los acreedores que están litigando contra la Argentina (con/sin sentencia a su favor) por el monto del reclamo menos el 30 %, o sea, el monto de la sentencia o el valor devengado de los juicios aún  en curso con una quita del 30 %.
Dos de los seis grandes fondos de inversión especulativos demandantes contra la Argentina – Montreux Equity Partners y Dart Management – habrían aceptado la oferta; pero los cuatro restantes – Elliot Management (fondo de Paul Singer y dueño de NML Capital), Aurelius Capital (de Mark Brodsky y también representante de los fondos Olifant y Blue Angel), Bracebridge Capital (presidido por Nancy Zimerman, ex Goldman Sachs) y Davidson-Kempner Capital Management – no la aceptaron, por lo que queda abierta la mediación de Pollack, que ha elogiado abiertamente al presidente Macri y a sus funcionarios.
Cabe agregar a todo esto – como dato de la oferta - un compromiso importante.

La propuesta argentina está condicionada no sólo al acuerdo con todos los acreedores y a la buena disposición del juez Griesa – particularmente en relación al levantamiento del stay - sino muy especialmente a la aprobación del Congreso de la Argentina, que debiera derogar para ello dos leyes: la Ley Cerrojo 26.017, que prohíbe reabrir el canje 2005 (que fuera suspendida ya en 2009 y 2013) y la Ley 26.984, llamada de Pago Soberano Local, dictada en Setiembre de 2014, que creaba además una Comisión Investigadora de la Deuda Externa Argentina – presidida por el diputado Eric Calcagno – que no produjo ningún resultado parlamentario.

De aprobarse lo solicitado por el gobierno Macri, sería la primera vez que el Congreso se expida expresamente y en forma directa sobre el tema de la Deuda Pública; y con ello daría lugar fáctica y legalmente a que se terminase con las causas en curso existentes por la ilegitimidad de la deuda (Olmos I – que tiene sentencia del juez Ballestero, que fuera elevada al Congreso y nunca tratada allí – Olmos II, Megacanje 2001 y Olmos-Gaona Marcos s/ gestión de presidentes, ministros de economía y titulares del BCRA en relación a la deuda), si bien todas estas denuncias se encuentran hoy prácticamente paralizadas en la Justicia.

Este tipo de decisiones parlamentarias equivaldría así a dar por finalizada toda cuestión sobre las mayúsculas irregularidades de arrastre del endeudamiento público argentino – desde el Proceso Militar hasta la fecha – a convalidar todo lo actuado al respecto y, por ende, a dejar sin efecto las causas judiciales citadas.
No es un detalle menor  que la nueva administración Macri contemple ahora – como requisito de los nuevos acuerdos de pago que propone a los holdouts (pagos a realizarse con fondos tomados vía más deuda pública) – comprometer formalmente al Congreso con el acompañamiento de sus decisiones de endeudamiento.
El arreglo de la cuestión de los holdouts – un problema creado e irresponsablemente agravado por la administración Kirchner – sirve así funcionalmente de motivo o excusa para que el nuevo gobierno Macri firme la rendición financiera que CFK evadió signar y trate con ello, a la vez, de liquidar para siempre los cuestionamientos sobre la corrupción institucional del Sistema de Deuda Perpetua que rige en la Argentina, esto es, sobre el mecanismo de refinanciación total y permanente de los vencimientos de capital y toma de deuda adicional sin capacidad de repago demostrada.

Es parte de la política institucional de endeudamiento ya enunciada por la administración Macri en el sentido de gobernar con deuda, replanteando el esquema clásico neo-liberal de Crecimiento con Deuda Externa, ya experimentado en la Argentina bajo la gestión Martínez de Hoz durante el Proceso y luego durante la década de la convertibilidad menemista con desastrosos resultados finales en ambos casos, derivados precisamente de los problemas por sobre-endeudamiento fiscal.