viernes, 19 de abril de 2019

¡POBRE ESTADO!




    Jorge Medina

-Especialista en Organización del Estado y Responsabilidad Moral en las Organizaciones


El sistema político partidario actual, es anacrónico e imperfecto y no garantiza la calidad profesional que necesita el Estado.

La política  en términos simples,  es un diálogo permanente entre una comunidad o “polis” y el Estado.
Ese  diálogo político entonces, comienza  cuando luego de creado el Estado, la Polis le elige y  le designa los hombres y mujeres que van a ocuparse de atender las  necesidades” de bienestar común de esa sociedad. Esto   se realiza a través del llamado sistema político (basado en partidos, en Argentina y en otros países)
El “diálogo” en sentido inverso, se completa cuando el Estado  le responde a la Polis, prestándole los “servicios” que darán satisfacción  a las referidas necesidades de bien común de la sociedad.

Analizando en la primera parte de ese dialogo,  la entidad del actual SISTEMA POLITICO PARTIDARIO, se podría exclamar “¡qué triste y vetusta sensación!”... dan hoy los procesos eleccionarios, con sus anacrónicos y complejos sistemas de  porcentajes matemáticos de participación.
-Vemos cruentas  luchas de nombres y de personalismos, pero  escaza o casi ausente  formación   por parte de los candidatos en las materias del Estado.
-Observamos funcionarios gobernando, pero vestidos simultáneamente como candidatos partidarios en plena lucha proselitista para perdurar.
-Contemplamos pujas partidarias  entre aficionados, ex funcionarios  fallidos y desgastados,  personajes mediáticos,   etc.
-Vemos procesos eleccionarios, sin procesos previos de selección de personas y que  obviamente  estén basados en la ponderación de sus capacidades. Esta  selección hoy no resulta posible, pues no hay formación de Estadistas. No hay formaciones académicas; sólo existen lánguidas y mal llamadas Escuelas de gobierno, o de Conducción política, invadidas por las vetustas teorías de Estado y con casi ninguna experiencia fáctica  y con fuertes deformaciones pedagógicas, provenientes generalmente de  visiones jurídicas y económicas.
-Los partidos políticos son nidos de aspirantes a un puesto público, desconocedores de la ingeniería del Estado que le tocará en suerte manejar. Los mueve más un instinto de supervivencia económica  que una vocación de  servicio o una motivación profesional.
-Los procesos proselitistas partidarios para atrapar adhesiones, están basados en empatías y vanidades humanas. Basta observar hoy los gigantescos  afiches callejeros donde  ya casi no caben los rostros de los candidatos,….será   que ya no cabe su vanidad?
-Por último, las alianzas preelectorales se muestran como una vergonzosa compraventa de intereses.


Dejando para otra oportunidad el análisis del “laberintico” sistema judicial y del “complejo y barroco” sistema legislativo y centrándonos en la faz ejecutiva del Estado, veamos ahora el momento inverso, en el que el Estado  le devuelve el diálogo político a la sociedad y pone en marcha la GESTION DE GOBIERNO. Es entonces cuando la mala calidad que muestran las gestiones, muy lejos de la excelencia, pone de manifiesto la falta del ya mencionado profesionalismo de sus hombres. Es la otra cara de una misma moneda.
Algunas muestras de esas carencias al momento de gobernar, son:
-Se asume desconociendo la naturaleza  institucional y la entidad del Estado, generalmente  confundida en una babel  terminológica con otras disciplinas. Basta observar cómo se confunden términos como PAIS, NACION, PATRIA, GOBIERNO Y  ESTADO en juramentos y discursos de funcionarios.
- Se gobierna sin  un modelo profesional orgánico  y de  gestión del Estado.
-Se ignora el principio universal de necesidad que define al Estado y que define su topología estructural, lo cual haría más sencillo su entendimiento y tratamiento.
-No se conocen al asumir funciones de gobierno,  las matrices de necesidades de las Polis o comunidades. Se recurre a timbreos y visitas trasnochadas de última hora de campaña para conocer esas necesidades, mostrando paradójicamente  que no se conocía la materia sobre la que se va a Gobernar.
-Se gestiona atendiendo solo lo operativo y se descuida lo orgánico. Basta observar los proyectos de modernización que a todo nivel, sólo se orientan al manejo de personal y a mejorar lo tecnológico procesal.
-Se culpa casi exclusivamente de los problemas de gobierno a la  gran cantidad de organismos y empleados del Estado. Esta es una  verdad a medias ya que el verdadero problema no es cuantitativo sino de   inteligencia  y lógica orgánica. Una  organización mal diseñada es obvio que tendrá funciones y estructuras  superfluas. Las causas entonces son más bien de falta de calidad en el diseño institucional, con fuerte consecuencia y correlato en la economía  estatal.
-En el diseño orgánico del Estado y mientras se gestiona, se  confunde permanentemente lo que  son  servicios propiamente dichos que se vuelcan a la sociedad, con todo aquello  que le es subsidiario y no tiene razón de ser por sí mismo. Se da el mismo tratamiento a ambas entidades. Ello redunda luego en una ponderación estructural equivocada y en una  asignación también equivocada y malversada  de recursos.
- Se desconoce que el famoso déficit del Estado se debe en gran medida, a los altos costos ocultos enquistados en sus orgánicas y con directo efecto en sus actos de gobierno.
-Tampoco hay idiomas técnicos universales para comparar organizaciones del Estado, tal como los idiomas profesionales  que se manejan en las ramas económico-contables o de la ingeniería y arquitectura en sus planos y proyectos. Ello permitiría poder entender y comparar  acciones de Gobierno. Cada gobernante municipal, provincial o nacional tiene hoy sus propios códigos  y diseños orgánicos.
-Por último, tampoco existe  un sistema que cuide “preventivamente” el comportamiento o “compliance”  moral de los funcionarios, materia  que hoy se cuida con mucho celo en las empresas; es decir para que el Estado sea una organización moralmente sustentable en el tiempo.

Resumiendo se podría decir que hoy los conceptos de POLITICA y ESTADO viven inmersos en una confusa maraña semántica; Que El SISTEMA POLITICO PARTIDARIO es anacrónico y perjudicial y que el estudio y manejo del ESTADO dista mucho de ser profesional. ¡POBRE ESTADO¡
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(x)Articulo cedido a la Voz del Interior- Cdba, para su publicación.