martes, 11 de febrero de 2020

¡FELIZ BREXIT DAY!


Gian De Biase

Libre, February 5, 2020

Hemos visto todo el entusiasmo del pueblo británico, celebrando su salida abrupta de la Unión Europea, que cada día parece más la Unión de Repúblicas Socialistas Europeas, con política destructoras para el campo, leyes tan absurdas como regir la curvatura de los bananos o queriendo usurparle sus funciones poco a poco, a cada uno de los Estado-Nación para pasársela a la burocracia en Bruselas, que poco o nada saben de la realidad de Europa.

Europa fue una en un Cristo.             La única vez que las distintas naciones europeas dejaron de matarse o someterse entre hermanos, fue cuando a través de la Iglesia Católica, formalizada con Constantino como ahora una religión con estructura física y jurídica, ya no solo religiosa, y ya no perseguida, para poder iniciar la labor evangelizadora en todos los pueblos europeos.

Y así fue. Después de mucha sangre, a veces entre hermanos. Muchos mártires que dejaría la Iglesia, y no solo esto, muchos Reyes y Reinas Católicos, y muchísimo más cristianos de a pie, el pueblo llano, dejarían su vida por causa del Amor, la Verdad y el único camino para conseguirlo, que es Nuestro Señor Jesucristo.

Pero para no entrar en diatribas teológicas. La Época cristiana, es decir, los mil años de prosperidad y avance que nos otorgó la Edad Media, que marcó el inicio de una nueva era con la muerte de Dios en la Cruz. Ha sido el momento más pacífico de la Europa unida, que en sus diferencias culturales, se respetaron, porque decidieron creer en el mismo Dios, el verdadero y único.

Los británicos, fueron muy entusiastas de Cristo, incluso, todos recuerdan al Rey Ricardo I de Inglaterra ¡Corazón de León! Que pelearía por defender la Tierra Santa. El cual ante la necesidad de volver a los menesteres de su Reino, la conspiración constante de su hermano Juan y la terquedad del musulmán Saladino, llegó a un acuerdo con este último que garantizó la entrada a los cristianos a la Tierra Santa y una paz de 3 años.

También cuna de grandes intelectuales católicos, como saint and sir Thomas More, mártir de la Iglesia y detractor de la reforma luterana. Quien condenó y persiguió la herejía en Inglaterra como juez y subprefecto de Londres. Incluso llegando a contrariar medidas de Henry VII. Hizo amistad con the King Henry VIII, al cual ayudó a escribir un libro llamado “defensa de los 7 sacramentos”.

Pero al estar Santo Tomás Moro, como es conocido en castellano, contra el matrimonio de Henry VIII, quien quería la nulidad eclesiástica del sacramento del matrimonio, en la búsqueda y capricho de un heredero varón al trono, cosa que su actual esposa, la Reina Catalina de Aragón, no podía concebirle. Fue así como el the King Henry VIII nombra a Thomas More como su canciller durante el período 1529 y 1532, en vista de la demora de los anteriores en conseguir la nulidad de su matrimonio, el cual renuncia un día después que el Clero Católico Inglés, se convirtiera en la iglesia anglicana, con el Rey como Papa.

Al rebelarse en Rey contra la Iglesia Católica, el Papa, el Clero y Dios, consiguió la desaprobación de gran parte de la nobleza británica. La Reina Catalina, fue despojada de sus títulos, reducida a Princesa Viuda de Gales, y su hija, la Princesa de Gales, declarada ilegítima y degradada a lady. Por su parte, Thomas More, fue arrestado por no reconocer al nuevo líder de la nueva iglesia, es decir, a su ex amigo y el Rey. Fue decapitado en Tower Hill el 6 de 1535, a pesar de toda la presión de la Iglesia y sus amigos del resto de Europa. En su ejecución sentenció: “I die being the King’s good servant—but God’s first” (“Muero siendo el buen servidor del Rey, pero de Dios primero”).

Volviendo a la actualidad. No es muy distinto de lo que ocurre. El nacionalismo británico, que se ha sido fuerte. Hoy se encontraba en su punto más débil. Había sido acobardado y dopado por el asambleísmo socialista que emana de la Unión Europea ¡Pero los bretones despertaron! Y decidieron decir ¡No! A la imposición de un montón de burócratas sobre cómo hacer las cosas. Burócratas que no entienden de los británicos, ni de nada.

El Primer Ministro Boris Johnson viene a consolidar y reafirmar lo que dijo el pueblo británico en las urnas ¡No más Europeísmo! Que no es lo mismo a Europa. Ahora que los británicos se sacuden el yugo globalista y socialista de la UE, esperemos que sean capaces también de romper el yugo masónico, con el cual tienen más tiempo lidiando, y mantiene a su país en crisis constantes, como ocurre en gran parte del mundo Moderno, para no decir todas las naciones.

Si los británicos quieren enderezar el rumbo, deben hacerlo a profundidad. Deben replantearse quienes son. Los británicos siempre han sido profundamente nacionalista, pero hace mucho tiempo decidieron darle la espalda a Dios y abrazar la ciencia. Ojalá estos nuevos rumbos, los encausen por el camino de la Verdad, rumbo que jamás han debido haber perdido, como parte del Pueblo de Dios.

La labor histórica del Conservative  Party, de los tories, es hacer el Reino Unido Grande Otra Vez (Make Great Britain Great Again!), eso pasa por un examen de consciencia histórico, para no seguir repitiendo los mismos errores y seguir viviendo, en ciclos constantes de fracasados, que pocas personas han sabido dirigir, a pesar de las diferencias, personas de la historia reciente como sir Wiston Churchill, the baroness Margaret Thatcher and the Queen Elizabeth II, personas que han puesto el Reino y sus subditos primero.

Y con el entristecedor fallecimiento de sir Roger Scruton, uno de los mejores intelectuales del mundo Moderno, y especialmente de los británicos, dejo de brillar y de ser una guía, pero inspirados en su conocimiento y corazón, los británicos pueden y son capaces, de replantearse las cosas. Lo han hecho en el pasado, pero hace 5 siglos no lo hacen. No lo hacen desde que por los caprichos de un Rey cólerido, decidieron darle la espalda a sus hermanos y a su Dios. Hoy tienen la oportunidad de enderezar el rumbo del navío.

¡Feliz Brexit Day! Que solo traiga mayor tranquilidad para todos los británicos, y para todos aquellos, que somos defensores de la sociedad occidental cristiana.

Sobre el autor: Gian De Biase es politólogo y analista internacional.