“Será 2008 otro año más sin una ley que ayude a un mejor reparto de la torta impositiva que, cada vez con más fuerza, se queda en los bolsillos nacionales. Será 2008 otro año más con las provincias en peregrinación hacia la Casa Rosada en busca de los otros fondos, los que ayudan a que la maltrecha ley de coparticipación federal sea un poco más justa en la participación.
Se cumplirá este año el aniversario 11 desde que debió haberse instrumentado una vieja manda de la Constitución sancionada en 1994: redactar una nueva ley de coparticipación federal. Pero hasta ahora, y como ocurre desde hace varios años, no hay signos de que en la Argentina se produzca un debate sobre el asunto.
Mientras tanto, la división y el reparto de los impuestos coparticipables vive en un laberinto fiscal cuya complejidad es la principal característica. Un verdadero laberinto.
En diciembre de 2007, las transferencias automáticas de recursos nacionales a las provincias -que son las que se realizan solas, a través del Banco Nación y se despachan diariamente- ascendieron a 5210,7 millones de pesos, de acuerdo con los datos que surgen de un informe elaborado por Economía & Regiones.”
“Más allá del crecimiento nominal del dinero que reciben las provincias en concepto de impuestos, las jurisdicciones han ido perdiendo terreno frente a la Nación.”
“El descalabro impositivo ha llegado, incluso, a que no se cumpla con el mínimo que la ley establece para que sea girado a las provincias.”
“Así las cosas, desde 2002 hasta la fecha, las provincias resignaron a favor de la Nación 9390 millones de pesos, equivalente a una pérdida mensual promedio de $ 134 millones en concepto de transferencias automáticas de recursos coparticipables.
Durante el año que viene la porción que quedará en poder de la Nación de la torta impositiva será mayor ya que con la suba de las retenciones (a algunas exportaciones de granos y a los combustibles especialmente), que no son coparticipables, los recursos fiscales estarán más centralizados aún, opinó el economista Guillermo Giussi, de Economía & Regiones.”
(La Nación, Economía, 13-1-08)
Se cumplirá este año el aniversario 11 desde que debió haberse instrumentado una vieja manda de la Constitución sancionada en 1994: redactar una nueva ley de coparticipación federal. Pero hasta ahora, y como ocurre desde hace varios años, no hay signos de que en la Argentina se produzca un debate sobre el asunto.
Mientras tanto, la división y el reparto de los impuestos coparticipables vive en un laberinto fiscal cuya complejidad es la principal característica. Un verdadero laberinto.
En diciembre de 2007, las transferencias automáticas de recursos nacionales a las provincias -que son las que se realizan solas, a través del Banco Nación y se despachan diariamente- ascendieron a 5210,7 millones de pesos, de acuerdo con los datos que surgen de un informe elaborado por Economía & Regiones.”
“Más allá del crecimiento nominal del dinero que reciben las provincias en concepto de impuestos, las jurisdicciones han ido perdiendo terreno frente a la Nación.”
“El descalabro impositivo ha llegado, incluso, a que no se cumpla con el mínimo que la ley establece para que sea girado a las provincias.”
“Así las cosas, desde 2002 hasta la fecha, las provincias resignaron a favor de la Nación 9390 millones de pesos, equivalente a una pérdida mensual promedio de $ 134 millones en concepto de transferencias automáticas de recursos coparticipables.
Durante el año que viene la porción que quedará en poder de la Nación de la torta impositiva será mayor ya que con la suba de las retenciones (a algunas exportaciones de granos y a los combustibles especialmente), que no son coparticipables, los recursos fiscales estarán más centralizados aún, opinó el economista Guillermo Giussi, de Economía & Regiones.”
(La Nación, Economía, 13-1-08)