La secretaria de Ambiente, Romina Picolotti, por lo visto, parece no llegar a comprender. Hace 15 días, cuando los fuegos se descontrolaron y el humo invadió la ciudad de Buenos Aires, dijo: “Estos incendios son intencionales para engordar más rápido el ganado”. Pero alcanza con una recorrida para entender que está equivocada. Las pasturas, con el objetivo de revitalizar los suelos, se encienden cuando llega la primavera, después de las heladas. Nunca antes del invierno, que es la época en la que más alimento se necesita para el ganado. “Si quemamos -dice Carlos Carnero y se quita el barbijo- las vacas mueren”.
Otras teorías deben ser contempladas. Como por ejemplo la de los bomberos: en la zona del Delta no llueve desde hace 60 días, tampoco hay viento, el pasto está seco, la temperatura es elevada para esta época del año y la humedad es altísima.
(Fuente: Crítica de la Argentina, 24-4-08)