Que se haya pensado nacionalizar parte de la banca de los EE.UU., decisión que baraja la Casa Blanca, es un dato ilustrativo de la extrema gravedad del colapso económico que está arrasando sin piedad con dogmas y principios que han sido considerados las piedras angulares del libre mercado.
En una columna exclusiva para Clarín, el jefe del FMI, Dominique Strauss-Kahn, dice ahora que "algún tipo de garantía pública sobre las responsabilidades del sistema financiero es inevitable", extendiendo esta intervención a todos los aspectos del negocio bancario. Cuidándose en utilizar conceptos como "nacionalización" o "estatización", Strauss añade que este tipo de acciones debe ser "temporal" y otorgar garantías para la plata de los contribuyentes que se usará para comprar acciones de entidades en problemas.
Pide coordinación internacional para que nadie se aproveche de la situación, atrayendo dinero de otras plazas con menor cobertura, y teme por costos que tendrá la crisis en los países emergentes. Cree necesario anunciar que el FMI está listo para "ayudar" a esos países con préstamos. No alude a las condiciones para esa financiación ni a sus fundamentos, toda vez que el colapso también ha dañado la base de la crítica militante contra la heterodoxia económica.
La mala praxis debería ser punida. La paradoja es que los pirómanos ofrecen ahora sus servicios de bomberos, sin admitir la culpa del incendio.
(Clarín, 10-10-08)