jueves, 27 de noviembre de 2008

Argentina: masonería y Carta de la Tierra


Por Juan C. Sanahuja

El 6 de noviembre, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, sancionó la ley de adhesión de la Ciudad de Buenos Aires a la Carta de la Tierra, a propuesta del jefe de gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri.
Los 33 diputados que votaron por convertir en ley el proyecto fueron: Abbas, Néstor (PRO); Alegre, Gabriela (Diálogo por Buenos Aires); Araujo, Carlos (PRO); Asinelli, Christian (Frente para la Victoria); Bello, Alicia (Frente para la Victoria); Cabandié, Juan (Frente para la Victoria); Cantero, Fernando (Autonomía con Igualdad); Centanaro, Ivana (Frente para la Victoria); D'Angelo, Julián (Partido Socialista); de Anchorena, Teresa (Coalición Cívica); de Andreis, Fernando (PRO); Destéfano, Roberto (PRO); Epszteyn, Eduardo (Diálogo por Buenos Aires); Fernández, Raúl (Encuentro Progresista); González, Alvaro (PRO); Hourest, Martín (Igualdad Social); Ibarra, Aníbal (Diálogo por Bs. As.); Ingaramo, Gerardo (PRO); La Ruffa, Silvia (Frente para la Victoria); Lubertino, Mónica (PRO); Maffía, Diana (Coalición Cívica); Martínez Barrios, Diana (PRO); Morales Gorleri, Victoria (PRO); Olivera, Enrique (Coalición Cívica); Rabinovich, Alejandro (Autonomía con Igualdad); Ritondo, Cristian (PRO); Rodríguez Araya, María Eugenia (PRO); Ruanova, Gonzalo (Diálogo por Buenos Aires); Santilli, Diego (PRO); Smith, Guillermo (Coalición Cívica); Tamargo, Avelino (PRO); Varela, Marta (PRO); Zago, Oscar (PRO).

No cabe duda que el PRO, partido del jefe de gobierno Mauricio Macri, se muestra cada vez más dócil a los dictados del nuevo orden mundial: cómplice en el avance de los proyectos abortistas y sumiso al lobby gay. Hubiera sido extraño que no tomase postura a favor de instrumentos para la reingeniería anticristiana de las religiones como la Carta de la Tierra.

Masonería y Carta de la Tierra
Para cualquiera de nuestros lectores debería haber sido indudable que la masonería, estaba comprometida con el proceso Carta de la Tierra, especialmente en los países en que éste se está desarrollando con intensidad: Argentina, México, España, etc. Téngase también en cuenta que la llamada “teología de la liberación” abandonó su prédica instando a la lucha armada y cambió su discurso por soflamas eco-indigenistas, que hacen de la Carta de la Tierra una bandera. Los ejemplos más evidentes se presentan en Ecuador y Chile, y todo lo que subvierta a la Iglesia por dentro -como los “liberacionismos”- interesa positivamente a la masonería.
Presentamos ahora un documento que confirma lo que cualquier lector avisado suponía.

El 27 de marzo de 2006, el Gran Maestre de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, Sergio Héctor Nunes, dirigió a sus cofrades la Carta Antártica de la Masonería Argentina. (Nunes fue gran maestre hasta junio 2008, fecha en que le sucedió Angel Jorge Clavero).
La Carta Antártica lleva por subtítulo “un nuevo paradigma para el siglo que comienza”, y se refiere a la crisis del agua potable, que aunque tendrá seguramente algún fundamento real, es otro caballito de batalla del progresismo anticristiano.

Dicen algunos párrafos de la Carta Antártica:
“La Carta de la Tierra y el Desarrollo Sostenible” (…)
“Los fundamentos éticos del modelo de Desarrollo Sostenible se encuentran plasmados en la Carta de la Tierra”.
“La versión actual de la Carta de la Tierra es parte del movimiento de ética global a nivel mundial, el cual busca la forma de identificar objetivos comunes y valores compartidos que trascienden las fronteras culturales, religiosas y nacionales”.
“Sus antecedentes históricos, datan desde los primeros años de la formación de la ONU en 1945, en la búsqueda de la paz, el desarrollo equitativo y la protección de los derechos humanos. En la Conferencia de Estocolmo sobre desarrollo Humano en 1972, la seguridad ambiental pasó a ser la cuarta preocupación principal de la ONU”.
“Con posterioridad las sucesivas conferencias internacionales edificaron, en forma progresiva, el bagaje conceptual del Desarrollo Sostenible:
“La Carta Mundial para la Naturaleza (1982) una declaración progresista para su tiempo, de principios ecológicos y éticos”.
“El Informe ‘Nuestro Futuro Común’ -también conocido como informe Bruntland- emitido como resultado del trabajo de la Comisión Mundial de la ONU para el Medioambiente y el Desarrollo (1987), donde por primera vez se define el concepto de Desarrollo Sostenible o Sustentable: ‘Aquel tipo de desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones venideras a satisfacer sus propias necesidades’. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medioambiente y Desarrollo -Cumbre de la Tierra, de Río de Janeiro de 1992-, donde además de emitir la ‘Agenda 21’, se asumió el desafío de redactar la ‘Carta de la Tierra’. En la ‘Declaración de Río 92’ se hace mención a los principios básicos para alcanzar el Desarrollo Sostenible”.

“La Carta de la Tierra se encuentra además influenciada por la nueva visión mundial científica, incluyendo los descubrimientos de la cosmología contemporánea, la biología evolutiva, la física y la ecología. Se inspira en la sabiduría de las religiones del mundo y las tradiciones filosóficas ancestrales. Además, refleja el pensamiento de los grupos y organizaciones vinculados con la defensa de los derechos humanos, igualdad de género, la sociedad civil, el desarme y la paz (…)”

“Es por eso que nuestra Orden ha suscrito el Tratado (n. de la r.: la Carta de la Tierra) que impulsa la Organización Green Cross, dirigida por Mihail Gorbachov, para lograr el reconocimiento del acceso al agua como un Derecho Humano. La Masonería Argentina se encuentra en un país bendito en cuanto a este recurso, pero no todos los países del mundo tienen esta fortuna. Ahora es el momento de actuar preservando la naturaleza. Llamamos a la conciencia planetaria desde aquí: desde el sur del sur. Preservemos para hoy y las futuras generaciones”.

Según fuentes de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones trabajan en Argentina: en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 68 logias; en la Provincia de Buenos Aires, 14 logias; y en el interior del país, 59 logias.
Para más datos sobre la Carta de la Tierra, vid. Juan C. Sanahuja, El Desarrollo Sustentable. La Nueva Ética Internacional, Ed. Vórtice, Buenos Aires 2003


NOTICIAS GLOBALES, 27 noviembre 2008