martes, 11 de noviembre de 2008

Menos vacas, menos carne


Hugo Luis Biolcati

Imagine una terminal automotriz que todos los meses da de baja una línea de producción. Tarde o temprano dejará de producir autos. Esto es lo que está ocurriendo en el sector ganadero. A diario, los productores que se dedican a la cría se deshacen de sus vacas, ya que los costos de producción superan los ingresos. Producir un kilogramo de ternero tiene un costo que ronda los cuatro pesos, cuando se vende a sólo tres.
La producción de carne en la Argentina está en estado de emergencia. Las hembras se encuentran en pleno proceso de liquidación y sin la fábrica de terneros, en el futuro, no vamos a tener carne. Vamos a pasar de ser uno de los principales exportadores a importadores. Y no olvidemos que importarla es más caro que producirla, ya que los productores nacionales son altamente competitivos.
En los últimos años se desaprovechó la gran oportunidad que nos brindó el mercado internacional y perdimos la confianza de nuestros clientes, como abastecedores de un producto que históricamente ha sido y es reconocido por su calidad diferenciada.
Hoy nos encontramos dentro del ranking mundial disputando el sexto puesto con nuestro vecino Uruguay, cuando nuestro territorio es 15 veces mayor y nuestro stock es cinco veces superior.
En apenas tres años se impusieron pesos mínimos de faena, se aumentaron los derechos de exportación, se suspendieron las exportaciones, se distorsionó el Mercado de Liniers, se crearon los ROE (permisos para exportar), se establecieron precios sugeridos, se cuotificaron las exportaciones y se crearon los encajes productivos a la industria. Todas estas medidas perjudicaron al productor, al mantener congelado el precio del ganado en pie, sin beneficiar al consumidor, que por el contrario vio incrementarse a diario el precio de la carne en la góndola.
La carne es el producto más preciado por los argentinos y no podemos permitir que desaparezca. Si no actuamos hoy, no tendremos carne mañana.

(Extractado de la Nación, 11-11-08)

[El autor es presidente de la Sociedad Rural Argentina]