Los jóvenes y adolescentes tienen sus lugares de encuentro. Para algunos hay lugares claves para ello, el Abasto o la Plaza Rodríguez Peña, donde se agrupan vestidos de una manera llamativa en un mismo estilo.
Son las llamadas tribus urbanas, y se refieren a los fenómenos de bandas, pandillas o agrupaciones de jóvenes que comparten códigos y hábitos comunes y vestimenta distintiva que los caracteriza diferenciándolos de otros grupos.
En nuestra ciudad encontramos a los floggers, emos, góticos, cumbieros, raperos, gothic lolitas, rastamanes, rollingas, antifloggers, entre otros. Algunos quieren ser vistos y disfrutan ser reconocidos entre sus pares, a través de la exposición en la web, y otros quieren pasar desapercibidos.
Algunos jóvenes que atraviesan la adolescencia, etapa tan compleja, tienen necesidad de amparo emocional que sienten que no encuentran en su familia, con sus padres y buscan ese amparo entre pares con quienes se sienten acompañados para transitar este período pleno de dilemas existenciales, donde la crisis de la identidad se hace sentir inevitablemente. Transitar este pasaje de lo infantil a la adultez, desde los cambios corporales, la sexualidad, los afectos y todo lo que concierne a elaborar su proyecto de vida, es un tiempo de acontecimientos irreversibles para los que no hay un manual de instrucciones a seguir. Las respuestas tienen que ser para cada uno, en una búsqueda personal, donde cada uno irá resolviendo su crisis subjetiva, ya que no hay sólo una respuesta, una única verdad sino que hay verdades para cada quien.
Puede parecer paradójico que en la búsqueda de la propia identidad se afilie a grupos con características de tanta uniformidad. Pero la tribu representa para el joven un grupo de pertenencia, donde siente que encuentra ese cobijo emocional del que carece. Integrarse en un grupo es una manera de sociabilizar, de compartir una cierta ética y estética. Es casi una necesidad en este período el ser parte de una comunidad, el tener un espacio para identificarse y donde obtener un reconocimiento social.
Pueden pertenecer a clases sociales diferentes pero se agrupan con intereses comunes, por la estética, por el tipo de música, buscando diferenciarse del statu quo. Cada grupo tiene un look distintivo en su vestimenta y peinados, con códigos de lenguaje y jerga propia, además de sus propios valores, sus rituales, sus experiencias y su territorialidad.
En esta época de profundos cambios en la sociedad, donde las instituciones están perdiendo su autoridad y prestigio, se hace más compleja la búsqueda de modelos referentes, caídos los tradicionales, surgen nuevas formas de organización social, multiplicadas. Si bien las bandas y agrupaciones no son una novedad ya que comenzaron a surgir hace décadas, en la del 50 con los Teddy Boys, en la del 60 los hippies, los punk en los 80, ahora nos encontramos con una diversificación de ellas, con la dinámica de los tiempos que corren y con el papel preponderante de la tecnología e internet.
Clarín, Aurora Kochi, Diciembre 19, 2008