sábado, 3 de enero de 2009

Holanda: ¿fin de las drogas blandas?


Por Inder Bugarin

Tras décadas de remar contra el mundo entero por su tolerante política de consumo de drogas, Holanda finalmente cede ante la presión internacional, luego de prohibir el consumo de los hongos alucinógenos y endurecer su política respecto a los puntos de venta de las llamadas drogas blandas como la marihuana y el hachís.

"Está cambiando seriamente la política de drogas, ya no es una basada en la convicción de reducir el daño del consumo tanto como sea posible, sino una fundamentada en ideologías conservadoras", dice a BBC Mundo Paul van Oyen, Secretario de la Asociación de Consulta Rural para las Smart Shops (VLOS).

El producto estelar de estas tiendas o Smart Shops son los hongos alucinógenos, las primeras "víctimas" de esta nueva política que ha decidido prohibir su venta a partir de esta semana.

"Lo que ocurrirá es que el mercado legal será reemplazado por el ilegal, poniendo en riesgo a los usuarios, porque no tendrán un producto controlado, de buena calidad y mucho menos acceso al experto que les explique como usarlo", agregó Van Oyen.

La legislación sobre drogas no permitía la venta de hongos secos, aunque sí de los frescos, pero luego de que una joven francesa de 17 años se suicidara a finales de marzo del 2007 en Ámsterdam, el Ministerio de Salud decidió suspender su circulación.

La responsable de la política en materia de drogas por el Partido Democristiano, la diputada Cisca Joldersma, una de las principales figuras promotoras del embargo, dijo en su momento a BBC Mundo que era necesario evitar que estos productos estuvieran disponibles entre la sociedad como si fueran chocolates.

"Hay un riesgo por su consumo y eso es precisamente lo que dice nuestra Ley de Opio, que si una sustancia es peligrosa para la salud debe ser prohibida por ley", declaró Joldersma.

¿Amenaza?

La decisión de suspender la venta de hongos frescos no fue una acción aislada, ilustra claramente la tendencia hacia el endurecimiento de la política de drogas, según los analistas.

Y es que fue adoptada por el Ministerio de Salud sin contar con el apoyo explícito de la comunidad científica.

Harald Wychgel, experto del prestigioso Instituto holandés para la Salud Mental y las Adicciones (Trimbos), reconoce que el consumo de cualquier sustancia que altera el comportamiento de las personas representa un peligro, pero el uso de "hongos mágicos" representa un riesgo aceptable en comparación con drogas como la cocaína o la heroína.

"Ciertamente este tipo de sustancias causan un efecto en la salud y modifican el comportamiento de la gente, pero no pueden considerarse como drogas en toda la extensión de la palabra", afirma el experto.

"Además si hablamos de nuestra Ley del Opio, tenemos siempre que las drogas duras son sustancias que representan un riesgo inaceptable y mucho más peligrosas que este tipo de sustancias".

Bajo fuego

De manera paralela a la prohibición de los "hongos mágicos", las autoridades también están tomando medidas contra los llamados coffee shops.

Como parte del Proyecto 1012, diseñado por la alcaldía de Ámsterdam para darle una imagen mejorada a la ciudad, tienen previsto cerrar 43 de los 228 coffee shops que operan en la urbe.

Pero no será una decisión impositiva, simplemente aplicarán la ley, ya que los 43 establecimientos se encuentran a menos de 250 metros de una escuela, lo cual es una violación a la política de drogas que se remonta a 1972.

Entre los coffee shops que eventualmente cerrarían sus puertas, está el legendario Bulldog, el cual fue fundado en 1985 y se ha convertido en un símbolo de este tipo de establecimientos.

Fuera de Ámsterdam, también libran una batalla los coffee shops localizados en las ciudades fronterizas con Bélgica y Alemania.

Varías municipalidades, como la de Terneuzen, situada al sur y a una hora de Bruselas y a menos de tres de París, han tomado incluso la decisión de cerrar éste tipo de cafés para frenar la llegada diaria de miles de consumidores de drogas de origen extranjero.

El alcalde de la ciudad de Maastricht, Gerd Leers, ha replicado a sus colegas diciendo que la prohibición no disminuirá el consumo, por el contrario, aumentará el número de traficantes ambulantes y la situación quedará fuera del control de las autoridades.

www.politicaydesarrollo.com.ar, 02-Jan-2009