El rabino Yehuda Levin, portavoz de la Unión de Rabinos Ortodoxos de Estados Unidos y Canadá, visitó a altos miembros de la Curia Romana para lograr el apoyo de la Iglesia en su oposición a una “marcha del orgullo gay” que tendrá lugar en Jerusalén a finales de este año.
Espera que el Vaticano y el nuncio apostólico en Israel puedan ayudarle a crear una coalición con otras religiones y denominaciones para bloquear la marcha.
La información fue difundida por la agencia Zenit, de Roma, en una nota firmada por Edward Pentin, y traducida del inglés por Justo Amado.
Neoyorkino sensato y de lenguaje directo -dice la nota-, Levin tiene un celo misionero por defender la causa provida. Cree firmemente en que, cuando se trata de las relaciones judíos-católicos, defender la vida y la familia debería sobreponerse a controversias como la negación del Holocausto hecha por el obispo lefebvrista Richard Williamson.
"Se están dando en nuestros hijos casos de Sida moral -dice Levin, padre de nueve hijos-. No digo que no haya lugar para eso [la discusión sobre Williamson] sino que deberíamos preguntarnos ¿Qué podemos hacer para salvar bebés y salvar las mentes de nuestros hijos sabiendo lo que está bien y lo que está mal en temas de vida y familia?".
En la actual controversia Levin da su pleno respaldo a Benedicto XVI. "Hay gente que dice que el Papa Benedicto es antisemita e insensible. Esto es ridículo", dice. "Él [el Papa] tiene un largo camino de décadas de antinazismo y simpatía por los judíos". Levin también dice que entiende lo que el Papa está intentando hacer tendiendo la mano a los tradicionalistas porque ellos tienen algunas "cosas muy importantes" que aportar al catolicismo.
"Lo apoyo totalmente. ¿Por qué? Porque entiendo todo el cuadro, que es que la Iglesia católica tiene un problema con la extrema izquierda que está haciendo un daño inmenso a la fe". La izquierda, dice Levin, "está ayudando a destruir y corromper los valores de la Iglesia y esto tiene un efecto cascada en todas las comunidades religiosas del mundo". Apunta que una Iglesia de 1.250 millones de miembros no puede ser fácilmente ignorada. "Cuando usted estornuda -advierte-, los demás nos resfriamos, porque nos afecta lo que ocurre".
El rabino Levin también pide perdón por la reacción de algunos de sus compañeros judíos. "Mis chicos no han actuado con gran sofisticación", dice. "Si él [el Papa] inadvertidamente incluye a alguien que es importante en dicho movimiento y que dice cosas extrañas, ¿es ésta una razón para tirar al bebé con el agua del baño y comenzar en seguida a condenar al Papa Benedicto?", pregunta. "En modo alguno".
El rabino Levin, que todos los años participa en la Marcha por la Vida en Washington, tiene poco tiempo para la nueva administración de los Estados Unidos. Advierte acerca de la "obamificación" de la sociedad, es decir, los esfuerzos del presidente Obama por lograr un consenso en el debate del aborto.
Obama, dice "no lo está consiguiendo". Una mujer no puede estar "un poquito embarazada", ni es posible estar de acuerdo un "poquito con el matrimonio homosexual" y luego estar en contra del matrimonio homosexual. "No puedes ser todas las cosas para toda la gente", dice el rabino Levin. "Él [Obama] está prostituyendo los valores y, como estadounidense, me siento ofendido. Cree que somos mudos".
Fuente AICA
(www.diario7.blogspot.com, 17-2-09)