Con la excusa de presentar su tercer libro, Celebrar la diferencia, el rabino Sergio Bergman recorre por estos días el país con la intención de incentivar a la gente para que participe en política. “Si nosotros, que estábamos tan cerca del cielo, nos metimos en el barro, no queda absolutamente ningún sector que no se tenga que comprometer”, apuntó.
–¿En qué consiste la catequesis cívica?
–Es un círculo virtuoso. Al habitante hay que despertarlo para que sea ciudadano. Y luego, el ciudadano debe hacerse representante. Una vez que te despertás, tenés que participar, no hay margen. La catequesis cívica está en un primer estadio, que consiste en recorrer el país, porque estamos comprometidos con un proyecto federal. Yo nací en Buenos Aires y vivo en la Capital, y te puedo confirmar que de Buenos Aires no va a salir nada bueno. Viven en la realidad de otro país. Todo este trabajo tiene que empezar desde las provincias.
–¿Hay política más allá de los partidos?
–Hay política antes de los partidos. Hay que explicarle a la gente que, como ciudadano, la única participación no es la mínima imponible de votar cada dos años. Que hay muchas formas de participación real que empieza por que uno se involucre en el espacio argentino que es. Pero además tenemos la obligación de promover la construcción de otras alternativas. Porque si los argentinos somos tan creativos en lo privado, ¿por qué no podemos inventar nuevas maneras de participar, nueva política partidaria?
–Entonces, en ese panorama, ¿usted se postularía?
–Por supuesto. Es la consecuencia lógica de lo que estoy diciendo. Pero primero se tiene que anotar la gente. No voy a ir para que me dejen solo.
La Voz del Interior, 14-11-09