Ricardo García Villalobos.
Los tribunales agrarios han podido constatar que los cárteles de la droga mantienen el control en algunas zonas sin que las autoridades asuman medidas para frenar esta amenaza. "La delincuencia organizada se está apoderando del campo mexicano, y no siento que exista una política de Estado para apoyarlo como tema de seguridad nacional", dijo García Villalobos.
Un número no determinado de campesinos ha sido detenidos acusados de tener cultivos ilícitos, pero según García Villalobos, todos ellos han respondido que no fomentan este tipo de prácticas y que sólo "prestan la tierra para que ahí se siembre, que no consumen nada de lo que ahí se produce, sino que se lo llevan" los presuntos narcotraficantes.
"Esta situación ha generado que en alrededor de 30 por ciento de los terrenos del campo mexicano convivan cultivos de productos legales con plantíos de marihuana y amapola", insistió el magistrado, durante su intervención en el seminario sobre Seguridad Jurídica en la Inversión, Compra y Participación en Tierras Ejidales y su Ordenamiento en Materia Ambiental.
"La siembra siempre es mixta: no hay cultivos puramente de marihuana o de amapola, siempre están entreverados", acotó García Villalobos, al reiterar que esta realidad es el resultado del "abandono" del Estado al sector agrario al no entenderlo como un asunto de seguridad nacional.
El narcotráfico constituye un problema de seguridad en el campo desde hace muchos años. Se dejó crecer por la corrupción y ahora ha querido tomar esos espacios que dejó el Estado, insistió García Villalobos en el seminario organizado por la Barra Mexicana Colegio de Abogados.
El magistrado insistió en que todo ello también es consecuencia del incremento de la pobreza rural que ha llevado a la población a situaciones delictivas "catastróficas" como sucede en algunos estados donde los campesinos alquilan sus tierras a los cárteles de la droga para subsistir.
Los cárteles de la droga se han convertido en una de los principales fuentes financieras de los productores agrarios que, en plena crisis económica, han tenido que recurrir a otras alternativas para poder adquirir semillas y material para mantener sus cultivos, alertó García Villalobos.
Los narcotraficantes "entregan la semilla de las plantas no lícitas, y muchas veces esto facilita que los campesinos puedan adquirir otro tipo de semillas para otro tipo de productos; por eso digo que la siembra siempre es mixta: no hay cultivos puramente de marihuana o de amapola, siempre están entreverados", comentó.
Así, el presidente del TSA aclaró que aunque no se puede hablar de una financiación como tal, el crímen organizado "sí hace una derrama obviamente en el campo". "Hay una especie de sustitución" del Estado por parte del narcotrafico que da "seguridad y hasta armas" a los campesinos, alertó.
Para los magistrados es necesario que el Estado tome cartas en el asunto y recupere el poder que ha perdido en las zonas rurales, no sólo para frenar la expansión de los cultivos de droga, sino también, para reactivar el sector productivo agrario que comenzó a "desarticularse" en los años setenta, afirmó García Villalobos.
"La verdad es que se requiere de un esfuerzo adicional del Estado para volver a establecer una estrategia completa", insistió al alertar el 40 por ciento de los productos de primera necesidad que se consumen en México son importados.
"Si no entendemos que la autosuficiencia alimentaria es la producción suficiente de alimentos y no su actual disposición en anaqueles, cuando los exportadores nos corten el suministro nos pondrán prácticamente de rodillas", subrayó.
Newsletter del Siglo XXI, 17-2-10
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