viernes, 30 de abril de 2010

EL PAPA DESTACA EL VALOR DE LA MÚSICA EN EL PROCESO EDUCATIVO DE LA PERSONA



Benedicto XVI destacó el alto valor del estudio de la música en el complejo proceso educativo de la persona.
Lo hizo este jueves tras el concierto homenaje que el presidente de la República italiana Giorgio Napolitano ofreció al Papa y a los sacerdotes en la sala Pablo VI del Vaticano, con motivo del quinto aniversario de su elección como Pontífice.

“El estudio de la música reviste un alto valor en el proceso educativo de la persona, ya que produce efectos positivos en el desarrollo del individuo, favoreciendo el crecimiento humano y espiritual”, aseguró el Pontífice.

El Papa reconoció que “en el contexto social actual, cualquier obra de educación parece volverse siempre más ardua y problemática”.

“A menudo entre padres y profesores se habla de las dificultades que se encuentran a la hora de transmitir a las nuevas generaciones los valores básicos de la existencia y de un recto comportamiento”, explicó.

“Esa situación problemática atañe tanto a la escuela como a la familia y a los diversos organismos que se ocupan de la formación”, continuó.

Como respuesta, “la música es capaz de abrir las mentes y los corazones a la dimensión del espíritu y lleva a las personas a levantar la mirada hacia la altura, a abrirse al bien y a la belleza absoluta, cuya fuente última es Dios”, dijo el Papa.

“La alegría del canto y de la música son, además, una invitación constante para los creyentes y los hombres de buena voluntad a comprometerse para dar a la humanidad un porvenir lleno de esperanza”, afirmó.

Por otra parte, continuó Benedicto XVI, “el deber de no tocar solos, sino de hacer que los diversos 'colores' de la orquesta, aun manteniendo sus características propias, se fundan” y “la búsqueda común de la mejor expresión, todo esto constituye un ejercicio formidable, no sólo en ámbito artístico y profesional, sino en el ámbito humano en general”.

En su discurso, el Papa destacó que “los jóvenes, aunque vivan en contextos diversos comparten la sensibilidad a los grandes ideales de la vida, pero encuentran muchas dificultades para vivirlos”.

“No podemos ignorar sus necesidades y expectativas, ni tampoco los obstáculos y amenazas que encuentran”, advirtió.

Según Benedicto XVI, los jóvenes “sienten la necesidad de acercarse a los valores auténticos como el carácter central de la persona, la dignidad humana, la paz, la justicia, la tolerancia y la solidaridad”.

“Buscan también, a veces de forma confusa y contradictoria, la espiritualidad y la trascendencia para encontrar equilibrio y armonía”, añadió.

El Santo Padre apreció la larga experiencia de la Escuela de Música de Fiesole, cuya orquesta interpretó ayer obras de Giovanni Battista Sammartini, Wolfgang Amadeus Mozart y Ludwig van Beethoven, y agradeció el concierto a Napolitano.

Concluyó su discurso pidiendo a todos que rezasen por él para que “al comienzo del sexto año de su pontificado pueda cumplir siempre mi ministerio como quiere el Señor”.

Por su parte, el presidente italiano destacó que este concierto era como una “ofrenda de serenidad” en un contexto no “fácil” e incluso “áspero”, en una alocución que dirigió a los asistentes antes del concierto.

Napolitano dijo seguir con “discreción” y “respeto” la manera como el Papa ejerce diariamente su “alta misión”.

Y afirmó que el concierto es la expresiónde su “proximidad intensa y afectuosa” y la de “todo el pueblo italiano”.

El presidente también mostró su “consideración” por la contribución a la “búsqueda del bien y de la concordia” y el compromiso “espiritual y social de los sacerdotes que trabajan en Italia”.

También destacó la preocupación del Papa por el progreso de Italia y por las dificultades y las crisis “sin resolver” como la del “proceso de paz” en Oriente Medio.

Antes del concierto, el Papa y el presidente Napolitano mantuvieron un encuentro “en un clima de gran cordialidad”, informó la presidencia de la República Italiana.

Abordaron “las principales cuestiones de la actualidad internacional” y se detuvieron especialmente en la cuestión de Oriente Medio.

El Papa evocó la Asamblea especial del Sínodo de los obispos para Oriente Medio que se celebrará en el Vaticano del 10 al 24 de octubre de 2010.

Napolitano ofreció al Papa la nueva edición en italiana del Tratado del futuro papa Piccolomini sobre Europa (De Europa, 1453), como muestra de su aprecio por los esfuerzos del Papa “para hacer progresar una visión correcta de Europa”.

CIUDAD DEL VATICANO, viernes 30 de abril de 2010 (ZENIT.org).-