jueves, 28 de abril de 2011

LA REFUNDACIÓN DE EUROPA



¿ comienza por Hungría?

Una golondrina no hace primavera, pero un Estado europeo, y no de los menores, que se pone una Constitución euro compatible que respeta ya sea la Carta europea de los derechos fundamentales, ya sea la Declaración universal de los derechos del hombre, es un ejemplo a seguir.


El lunes 18 de abril de 2011, conforme con los compromisos del primer ministro Viktor Orban, cuando en abril de 2010 venció en manera sorprendente las elecciones políticas (2/3 de los asientos a la Cámara de diputados), la Constitución húngara fue modificada en el espíritu y en la letra. El texto de 1990, adoptado enseguida de la caída del Muro di Berlín, se juzgo demasiado liberal y caracterizado aún por residuos comunistas.
El poder fue repartido entre los tres principales partidos políticos:
El Fidesz, partido de centro derecha, cuyos representantes en el Parlamento europeo hacen parte del Partido Popular Europeo.
El partido socialista, desacreditado completamente después de la desastrosa gestión del Primer ministro Ferenc Gyurcsany, quien había mentido sobre el déficit del balance de la entidad del Estado, situación que en el 2008 lo había llevado a pedir al fondo Monetario Internacional una ayuda de 20 millones de euros para salvar el País de la bancarrota.
El partido Jobbik, de extrema derecha, que tiene como objetivo la defensa de los valores y de la identidad de Hungría.


La nueva Constitución propuesta por el Premier y por el Fidesz fue aprobada con 262 votos contra 44 y una abstención. El texto fue aprobado por el Presidente de la República húngara, Pal Schmitt, el pasado 25 de abril y entrará en vigor el 1 de enero de 2012. Durante el debate en aula la oposición no expreso ninguna intervención. Lo que no le impidió sostener hasta ahora esta fundamental nueva ley a los opositores .


¿Cuáles son los cambios de la Constitución?:
1- El primero hace referencia a las raíces cristianas de Hungría. El Preámbulo dice, en efecto, que «La Constitución se inscribe en la continuidad de la Santa Corona» y recuerda «el roll del cristianismo» en «su historia milenaria ».
Uno se pregunta por las reacciones negativas a este texto, dado que al momento de la redacción del Tratado Constitucional de la Unión Europea, todos los países miembros, aprobaron la referencia a nuestra heredad cristiana, entre otros Francia. La petición europea, promovida por la Fondation de Service politique con algún diputado europeo obtuvo en el 2004, 1,4 millones de firmas y fue sostenida alrededor de 60 asociaciones en representación de 50 millones de adheridos. Un primado en la historia europea. Esta petición fue registrada por la Comisión de peticiones, pero la Comisión europea no se digno darle curso como debe ser por lo general, cuando las peticiones son registradas.
La referencia a las raíces cristianas no es una cuestión de opinión, sino una verdad histórica. Se debe recordar que la nación húngara se organizó a partir del bautismo de San Esteban, coronado rey de Hungría, al punto que quien detiene la corona detiene también el poder. Es este el motivo por el cual la Corona de San Esteban se encuentra hoy en el Parlamento húngaro, que les da la legitimidad para hacer las leyes.


2- La segunda modificación hace referencia a la unión entre dos personas: «La Constitución protege la institución del matrimonio, considerado como la unión natural entre un hombre y una mujer y como el fundamento de la familia».
Esta referencia reprende, en su espíritu, la Declaración universal de los derechos del hombre que, no obstante las presiones para introducir la unión entre dos personas del mismo sexo, permanece un texto de referencia para todos los Estados. La nueva Constitución húngara no llama en cuestión la unión entre personas del mismo sexo y no le considera equivalente al matrimonio.


3- La tercera modificación hace referencia a la vida de todos los seres humanos antes de nacer: «Desde el momento de la concepción, la vida merita ser protegida como un derecho humano fundamental» y «la vida y dignidad son inviolables », retomando en un cierto modo el primer artículo de la Carta europea de los derechos fundamentales: «la dignidad humana es inviolable. Ella debe ser respetada y protegida».
Algunos se han indignado de este retorno al orden moral. ¿Debemos deducir que el orden humano es un orden amoral?, ¿La nueva Constitución húngara es euro compatible? se preguntan los opositores. Si no lo fuera, quisiera decir a continuación que todos los textos de referencia serían letra muerta, considerado que la Unión europea se construyó a partir del respeto de los derechos del hombre cuya universalidad esta expresada en la Declaración de los derechos del hombre de 1948, reconocida como patrimonio común de la humanidad, y no sobre derechos abstractos y subjetivos reivindicados sin referencia a un patrimonio común.
Es verdad, la decisión pertenece a los legisladores. Pero estos votan en nuestro nombre. Callar sería por nuestra parte un acto de irresponsabilidad. Las leyes nos preocupan a todos. Es nuestro deber decirle a los diputados y senadores que respetemos nuestros principios fundamentales.

Élizabeth Montfort
Diputada al Parlamento Europeo
Portavoz de la Fondation de Service Politique (París)

(Fuente : www.libertepolitique.com. Traducción y redacción a cargo de Benedetta Cortese)