sábado, 30 de junio de 2012

FALLECIÓ UN PATRIOTA





A los 99 años, falleció el domingo pasado el doctor Marcelo Sánchez Sorondo, analista político, abogado, periodista y personalidad destacada de la vida cultural argentina.

Era representante del nacionalismo más tradicional, y fundó y dirigió tres periódicos: Nueva Política (1940), Azul y Blanco (1956) y Segunda República (1961).

Fue profesor de Derecho Constitucional y director del Instituto de Ciencias Políticas de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, casa de estudios donde se graduó a los 23 años. Nunca ocupó cargos públicos. Siguiendo los pasos de su padre -Matías Sánchez Sorondo, ministro del Interior de José Félix Uriburu-, fue ideólogo e inspirador del Movimiento Revolucionario Nacional.

En 1973, fue candidato a senador por el justicialismo en la Capital. En las elecciones de ese año, el peronismo arrasó, pero él perdió contra Fernando de la Rúa, un joven por entonces casi desconocido, que se convertiría luego en amigo personal. Perón acusaba a los nacionalistas de "piantavotos", pero fue por influencia de Héctor Cámpora que Sánchez Sorondo fue candidato. Según él mismo contó, tenía con Cámpora una muy buena relación.

A lo largo de su vida pública, dos veces rechazó embajadas y tres veces fue a la cárcel por sus opiniones políticas. Una de ellas, en 1955, cuando fue a defender la Catedral de Buenos Aires. Su hijo Marcelo es hoy arzobispo, y canciller de la Academia Pontificia de las Ciencias Sociales. El Papa lo nombró hace un año asesor en la Pontificia Comisión para América Latina.

Marcelo Sánchez Sorondo había nacido en Buenos Aires, en una casona de Florida al 500, frente al desaparecido edificio del Jockey Club, el 17 de septiembre de 1912. En sus lecturas juveniles descubrió al monárquico Charles Maurras, pero quedó deslumbrado por el escritor nacionalista francés Maurice Barrès. Lo fascinó Benito Mussolini y se declaró admirador de Francisco Franco, a quien le elogiaba la reconstrucción de España después de la Guerra Civil y definía como el mejor gobernante que tuvo España desde el reinado de Carlos III.

De prosa elegante, fue autor de La revolución que anunciamos, Teoría política del federalismo y La crisis del régimen, entre otras obras, y tradujo del francés Pensamientos, de Charles Peguy. Fue, además, corresponsal de LA NACION en España durante postrimerías de la Guerra Civil.

En sus últimas entrevistas, Sánchez Sorondo lamentaba la desaparición de la clase dirigente tradicional de la Argentina y opinaba que el país necesitaba encarar la reconstrucción de su sistema político de partidos. Para eso, exhortaba a que se crearan fuerzas nuevas que se identificaran con las raíces históricas del país.

Opinaba, no obstante, que la globalización no era un obstáculo para que cada país ejerciera plenamente su soberanía. Al contrario, creía que en algunas circunstancias la vivencia real de la soberanía podía resultar favorecida por el proceso de mundialización. Buena parte de su pensamiento político está contenido en su libro La Argentina por dentro, publicado en 1987..

La Nación, 27-6-12