A los 99 años,
falleció el domingo pasado el doctor Marcelo Sánchez Sorondo, analista
político, abogado, periodista y personalidad destacada de la vida cultural
argentina.
Era representante del
nacionalismo más tradicional, y fundó y dirigió tres periódicos: Nueva Política
(1940), Azul y Blanco (1956) y Segunda República (1961).
Fue profesor de
Derecho Constitucional y director del Instituto de Ciencias Políticas de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos
Aires, casa de estudios donde se graduó a los 23 años. Nunca ocupó cargos
públicos. Siguiendo los pasos de su padre -Matías Sánchez Sorondo, ministro del
Interior de José Félix Uriburu-, fue ideólogo e inspirador del Movimiento
Revolucionario Nacional.
En 1973, fue
candidato a senador por el justicialismo en la Capital. En las
elecciones de ese año, el peronismo arrasó, pero él perdió contra Fernando de la Rúa , un joven por entonces
casi desconocido, que se convertiría luego en amigo personal. Perón acusaba a
los nacionalistas de "piantavotos", pero fue por influencia de Héctor
Cámpora que Sánchez Sorondo fue candidato. Según él mismo contó, tenía con
Cámpora una muy buena relación.
A lo largo de su vida
pública, dos veces rechazó embajadas y tres veces fue a la cárcel por sus
opiniones políticas. Una de ellas, en 1955, cuando fue a defender la Catedral de Buenos Aires.
Su hijo Marcelo es hoy arzobispo, y canciller de la Academia Pontificia
de las Ciencias Sociales. El Papa lo nombró hace un año asesor en la Pontificia Comisión
para América Latina.
Marcelo Sánchez Sorondo
había nacido en Buenos Aires, en una casona de Florida al 500, frente al
desaparecido edificio del Jockey Club, el 17 de septiembre de 1912. En sus
lecturas juveniles descubrió al monárquico Charles Maurras, pero quedó
deslumbrado por el escritor nacionalista francés Maurice Barrès. Lo fascinó
Benito Mussolini y se declaró admirador de Francisco Franco, a quien le
elogiaba la reconstrucción de España después de la Guerra Civil y
definía como el mejor gobernante que tuvo España desde el reinado de Carlos
III.
De prosa elegante,
fue autor de La revolución que anunciamos, Teoría política del federalismo y La
crisis del régimen, entre otras obras, y tradujo del francés Pensamientos, de
Charles Peguy. Fue, además, corresponsal de LA NACION en España durante
postrimerías de la
Guerra Civil.
En sus últimas
entrevistas, Sánchez Sorondo lamentaba la desaparición de la clase dirigente
tradicional de la Argentina
y opinaba que el país necesitaba encarar la reconstrucción de su sistema
político de partidos. Para eso, exhortaba a que se crearan fuerzas nuevas que
se identificaran con las raíces históricas del país.
Opinaba, no obstante,
que la globalización no era un obstáculo para que cada país ejerciera
plenamente su soberanía. Al contrario, creía que en algunas circunstancias la
vivencia real de la soberanía podía resultar favorecida por el proceso de
mundialización. Buena parte de su pensamiento político está contenido en su
libro La Argentina
por dentro, publicado en 1987..
La Nación, 27-6-12