París. La agricultura
y sus grandes actores a nivel mundial protagonizan una novela sin fin que
involucra la salud de las personas y la capacidad de producir alimentos. Ayer,
se conoció un nuevo capítulo.
Resulta que el Alto
Consejo de Biotecnologías de Francia (HCB) desautorizó ayer las conclusiones de
un estudio francés que señalaba la toxicidad en un maíz transgénico de
Monsanto, aunque al mismo tiempo se pronunció por una evaluación de largo plazo
“independiente” de ese organismo genéticamente modificado (OGM).
En su dictamen,
solicitado por el Gobierno francés, el HCB estimó que el estudio de Gilles-Eric
Séralini, investigador de la Universidad de Caen, no demuestra “causalidad”
entre los tumores que desarrollaron muchas de sus ratas de laboratorio y “el
consumo de maíz NK603”. “El dispositivo experimental puesto en marcha es
inadaptado para los objetivos del estudio”, señalaron los miembros de este
organismo, creado en 2008 para asistir a los poderes públicos en la toma de
decisiones sobre biotecnologías. Criticaron en particular el armazón
estadístico que soporta las conclusiones.
Por eso insistieron
en que el trabajo de Séralini “no cuestiona las conclusiones de las
evaluaciones precedentes de este OGM”, en alusión a la autorización del NK603.
La Voz del Interior,
23-10-12