miércoles, 19 de diciembre de 2012

EL CATÓLICO EN LA POLÍTICA






Se ha publicado la segunda edición aumentada de este libro venturoso, del Arzobispo Giampaolo Crepaldi. Esta nueva edición (Cantagalli, Siena 2012) contiene una nueva introducción ampliada y dos apéndices, entre los cuales se encuentra el artículo sobre los principios no-negociables publicados por mons. Crepaldi en “El Foglio” el mes de julio del 2011.

La introdución debe considerarse como un verdadero ensayo dedicado a los principios no-negociables. El autor examina las principales objeciones hechas a la primera edición del libro y aprende de él – sea de las críticas o de las discusiones occurridas en las numerosas presentaciones públicas. La mayor parte de las observaciones críticas sucedieron precisamente a causa del tema de los principios no-negociables, una verdadera piedra de tropiezo para la cultura católica de hoy en día y también un signo de contradicción. La introducción, como se ha dicho ya, es un verdadero ensayo sobre este tema y, sería deseable que el obispo Crepaldi desarrollase el tema más a fondo escribiendo un libro solo sobre los principios no-negociables.

¿Pero debido a que razón la crítica se ha centrado principalmente en este punto? Mons. Crepaldi cree que la razón se debe al hecho que sobre los principios no-negociables existen muchos malentendidos y aspectos por aclarar. El primero consiste en no considerarles “principios” sino “valores”. Sin duda alguna son consideraros también como valores: la vida, la familia, la libertad a la educación, estos son sin duda grandes valores. Pero no sólo son valores, son principios; es decir, son luces, criterios, directrices. No son solamente temas individuales, de mucha importancia, sino que indican la arquitectura de la sociedad, dan la prioridad, exprimen las instancias que hay que aplicar en muchos campos de la acción política o administrativa. El hecho que estén presentes o no en una agenda política no es solo una cuestión importante, en el sentido que carecen de algunos puntos, sino que tiene una importancia estratégica: falta la dirección correcta.

Mons. Crepaldi, sin quitar nada al significado bioético del tema de la vida o de la familia, por ejemplo, hacer notar que la defensa de la vida o de la familia tiene un significado principalmente social, que tiene que ver con la casa, la fiscalidad, la educación, el bienestar, la política de la juventud y etc. Por lo tanto, no son temas particulares sino opticas generales sobre el desarrollo de la sociedad.

Dice el autor que este punto es muy importante porque los que se inspiran en los principios no-negociables son a menudo acusados de no tener una visión política de conjunto, sino de hacer peticiones individuales sobre el tema del aborto, sobre el reconocimiento de las parejas del mismo sexo o sobre otros temas especiales. No son así las cosas; en cambio, debemos considerar los principios no-negociables, no como temas individuales de la agenda política sino como directrices generales con repercusiones en todos los aspectos de la vida social y política. Sin tenerlos presentes, acaecerá un empobrecimiento general de nuestra vida comunitaria.

El Arzobispo mons. Crepaldi sabe muy bien que sobre estos argumentos se esta llevando acabo una dura batalla de civilización. Sabe que el motivo no es solo político, sino teológico. La importancia de los principios no-negociables se debe a su relación con “la naturaleza”  y en particular con “la naturaleza humana”. Aquél que la niega o subestima, de hecho, abre las puertas al desmoronamiento progresivo del concepto de la naturaleza humana. No se trata solo de una visión diferente del hombre. Se trata de impedir o permitir la relación con el Creador. Por esta razón, no es solo un problema político sino también teológico. Aquel que niega los principios no-negociables, en el fondo no quiere que exista un puesto para Dios en el mundo: aquel que los afirma y los defiende, lucha para que exista un puesto para Dios en el mundo. La disputa está en su nivel máximo.

Esta nueva edición se ha centrado fundamentalmente en los principios no-negociables, pero esto no tiene que hacer olvidar la estructura articulada del libro, que se divide en diez capítulos dedicados a los principios y otros diez capítulos dedicados a los contenidos. El lenguaje es claro, los ejemplos son eficaces, el tono es convincente. El católico que se encuentra en la  política puede encontrar aquí un marco completo para definir mejor su trabajo de acuerdo a la visión de la Iglesia y de la recta razón.

Stefano Fontana


Osservatorio Internazionale Cardinale Van Thuân, 19-12-12