viernes, 12 de julio de 2013

EL ASESINATO DE "EL LAUCHÓN" Y LA GUERRA ENTRE LA INTELIGENCIA K Y LA CIA



 Guillermo Cherashny

Paradójicamente, al mismo tiempo que la presidente decía días atrás que le corría el frío por la espalda por el espionaje de la CIA en la Argentina, sectores de inteligencia ligados al gobierno iniciaron una guerra que puede traer graves consecuencias. Si bien CFK acusó a la CIA, en realidad debió referirse a la menos popular National Security Agency (NSA), un cuerpo selecto que viene creciendo desde el atentado contra las torres gemelas y que el año pasado inauguró un gran centro de almacenamiento de datos. 

El caso es que la presidente estaría bastante disgustada con la SI (Secretaría de Inteligencia) debido al apoyo que ésta le presta al fiscal Alberto Nisman, que criticó severamente el Memorándum de Entendimiento con Irán. A esto se le sumó la declaración del Congreso de los EEUU criticando al gobierno por impedir el viaje de Nisman a ese país. 
En este contexto es que la SIDE paralela montada por el Jefe del Estado Mayor del Ejército, general César Milani, en combinación con el jefe de la bonaerense comisario general Hugo Matzkin, habrían puesto en marcha una operación para anular al mítico Antonio Stiusso. Éste es el jefe de contrainteligencia de la SI, cuyo poder se mantiene gracias a que conserva las escuchas telefónicas de altas figuras del poder. 

Stiusso tiene estrechas relaciones con varias agencias de EEUU y trabajó durante diez años haciendo inteligencia en la Triple Frontera sobre el Hezbollá y otros grupos terroristas. Por su parte, Matzkin no responde al gobernador Daniel Scioli sino al Secretario de Seguridad, teniente Sergio Berni. No se descarta que el agente de la SIDE Pedro Antonio Viale, alias “El Lauchón”, asesinado en La Reja, Moreno, hiciera algunos negocios con terrenos fiscales con beneficio personal. Pero la irrupción violenta del Grupo Halcón de la bonaerense en su domicilio volteándole la puerta de ningún modo podría atribuirse a una confusión. 

El dueño de casa salió armado y dijo: “chapa, chapa”, que es la forma por la cual se identifican las fuerzas en los enfrentamientos para evitar el fuego amigo. Sin embargo, el Grupo Halcón disparó directamente contra “el Lauchón”, cometiendo sin duda alguna un homicidio. 

Semejante alevosía no se justifica por la existencia de una causa judicial sobre narcotráfico que tramita el juez federal de Tres de Febrero Juan Manuel Cultota. Este sangriento episodio podría generar una cadena de respuestas por parte de la SI y también de la inteligencia americana, que ve con preocupación el giro chavista de Milani, destinado tal vez a hacer puntos con la presidente.

Una historia de escándalos

Otra interpretación del episodio, por cierto mucho menos verosímil, es que la bonaerense cometió en este caso un error fatal, parecido al de la masacre de Ramallo en 1999, al final de la gobernación de Eduardo Duhalde. Entonces, el Grupo Halcón abrió fuego sobre un grupo de asaltantes que huían de un banco con sus rehenes, matando a tres de ellos. También merece recordarse el fiasco del caso Candela, que hizo que Matzkin terminara abucheado por la gente. El caso de El Lauchón es más grave, porque desata un virtual estado de guerra con el organismo de inteligencia más importante del Estado.

Fuentes confiables aseguran que el fiscal de la causa acusaría al juez Culotta de haber actuado a sus espaldas ordenando el allanamiento al domicilio de El Lauchón. Ayer se consideraba inminente la detención de algunos integrantes del grupo Halcón por no seguir los procedimientos del reglamento. El juez no sólo no avisó al fiscal el allanamiento sino que los efectivos de la bonaerense no intimaron por megáfono como correspondía y optaron por voltear la puerta y asesinar a un agente de inteligencia que gritó: “chapa, chapa” para que no dispararan. Ayer se esperaba algún tipo de represalias en la guerra secreta que acaba de empezar.


InformadorPúblico, 12-7-13