Datos oficiales: hay
105.249 prófugos que busca la
Justicia
Sus nombres, su
fotografía y el motivo por el que se los busca están registrados en todas las
fuerzas de seguridad. Para la justicia son prófugos. Según la información
provista por el Ministerio de Seguridad a Clarín, los pedidos de capturas
vigentes hasta el viernes 23 eran 105.249 personas.
El dato se desprende
del Registro Nacional de Reincidencia y Estadística Criminal y Carcelaria, que
responde a la Justicia
y a las autoridades policiales cuando necesitan determinar si una persona
dispone de impedimento o restricción legal. El Registro, a su vez, consulta al
SIBIOS (Sistema Federal de Identificación Biometrica para la Seguridad ) que cuenta
con una base de datos, y a la Dirección Nacional de Migraciones.
El número de prófugos
-que incluye a quienes se fugaron de una cárcel o no comparecen al llamado de la Justicia-, varía en
forma constante, aunque de algún modo se mantiene estable desde hace más de una
década.
En 2001, según el
sistema informático INGE, de la División Indice General de la Policía Federal ,
tenía registrados 101.171 prófugos. En 2004, la Policía Bonaerense
había creado la
Unidad Operativa de Ejecución de Capturas para agilizar la
búsqueda de prófugos. En ese momento sólo en la Provincia existían
alrededor de 52.000. (ver facsímiles a la derecha).
En el caso de las
fugas de penales, como la que ocurrió el martes 20 en la cárcel de Ezeiza, la
primera instancia a la que recurre la investigación judicial es la Unidad 50, de inteligencia
penitenciaria.
Esta Unidad concentra
los nombres de familiares y amigos que los visitaron, sus fotos y domicilios, y
se inician las tareas de inteligencia, que incluyen grabaciones telefónicas a
familiares e incluso a otros presos que utilizan el teléfono de la unidad
penitenciaria. La Unidad
funciona como auxiliar de la jurisdicción policial en la que se cometió la
evasión y puede participar de los allanamientos.
“Si la fuga no tiene
impacto mediático, el impulso de búsqueda se mantiene una semana o dos, con
allanamientos, escuchas, inhibición de bienes, análisis de movimientos
bancarios o rastreo de automotores de familiares o amigos que lo hayan visitado
en el penal, y si los resultados son negativos, la intensidad decae y todo lo
actuado queda guardado en el expediente”, refiere a Clarín una fuente del
Servicio Penitenciario.
En los juzgados
existen miles de carpetas en los que el pedido de captura queda archivado como
“no existe domicilio” o “no hay reconocimiento de esta persona”, aunque no
implique que haya perdido vigencia. En algunos casos judiciales, una persona a
la que no le llegó la notificación puede permanecer “prófugo” sin que lo sepa.
Cuando la búsqueda decae, el pedido de captura se mantiene vigente aunque en
forma pasiva.
Queda en los
registros de las fuerzas de seguridad. El prófugo puede permanecer años en esa
instancia, sin que el delito o el llamado de la Justicia hubiese
prescripto.
Clarín, 25-8-13