lunes, 26 de agosto de 2013

DATOS PREOCUPANTES



Datos oficiales: hay 105.249 prófugos que busca la Justicia

Sus nombres, su fotografía y el motivo por el que se los busca están registrados en todas las fuerzas de seguridad. Para la justicia son prófugos. Según la información provista por el Ministerio de Seguridad a Clarín, los pedidos de capturas vigentes hasta el viernes 23 eran 105.249 personas.

El dato se desprende del Registro Nacional de Reincidencia y Estadística Criminal y Carcelaria, que responde a la Justicia y a las autoridades policiales cuando necesitan determinar si una persona dispone de impedimento o restricción legal. El Registro, a su vez, consulta al SIBIOS (Sistema Federal de Identificación Biometrica para la Seguridad) que cuenta con una base de datos, y a la Dirección Nacional de Migraciones.

El número de prófugos -que incluye a quienes se fugaron de una cárcel o no comparecen al llamado de la Justicia-, varía en forma constante, aunque de algún modo se mantiene estable desde hace más de una década.

En 2001, según el sistema informático INGE, de la División Indice General de la Policía Federal, tenía registrados 101.171 prófugos. En 2004, la Policía Bonaerense había creado la Unidad Operativa de Ejecución de Capturas para agilizar la búsqueda de prófugos. En ese momento sólo en la Provincia existían alrededor de 52.000. (ver facsímiles a la derecha).

En el caso de las fugas de penales, como la que ocurrió el martes 20 en la cárcel de Ezeiza, la primera instancia a la que recurre la investigación judicial es la Unidad 50, de inteligencia penitenciaria.

Esta Unidad concentra los nombres de familiares y amigos que los visitaron, sus fotos y domicilios, y se inician las tareas de inteligencia, que incluyen grabaciones telefónicas a familiares e incluso a otros presos que utilizan el teléfono de la unidad penitenciaria. La Unidad funciona como auxiliar de la jurisdicción policial en la que se cometió la evasión y puede participar de los allanamientos.

“Si la fuga no tiene impacto mediático, el impulso de búsqueda se mantiene una semana o dos, con allanamientos, escuchas, inhibición de bienes, análisis de movimientos bancarios o rastreo de automotores de familiares o amigos que lo hayan visitado en el penal, y si los resultados son negativos, la intensidad decae y todo lo actuado queda guardado en el expediente”, refiere a Clarín una fuente del Servicio Penitenciario.

En los juzgados existen miles de carpetas en los que el pedido de captura queda archivado como “no existe domicilio” o “no hay reconocimiento de esta persona”, aunque no implique que haya perdido vigencia. En algunos casos judiciales, una persona a la que no le llegó la notificación puede permanecer “prófugo” sin que lo sepa. Cuando la búsqueda decae, el pedido de captura se mantiene vigente aunque en forma pasiva.

Queda en los registros de las fuerzas de seguridad. El prófugo puede permanecer años en esa instancia, sin que el delito o el llamado de la Justicia hubiese prescripto.


Clarín, 25-8-13