LOS CATÓLICOS NO
PUEDEN DESINTERESARSE DE LA
POLÍTICA
La humildad y el amor
son dos elementos esenciales para quien gobierna, y los ciudadanos sobre todo
si son católicos, no pueden desinteresarse de la política. Es lo que dijo el
papa Francisco durante la misa de la mañana del lunes en Santa Marta, invitando
a rezar también por las autoridades.
El evangelio del
centurión que le pide con humildad y confianza la curación del siervo y la
epístola de san Pablo a Timoteo con la invitación a orar por los gobernantes,
han dado pie al papa para reflexionar sobre el servicio de la autoridad. Quien
gobierna –afirma Francisco "debe amar a su pueblo", porque "un
gobernante que no ama, no puede gobernar: al máximo podrá disciplinar, poner un
poco de orden, pero no gobernar". El papa piensa en David "y cómo
amaba a su pueblo", por lo que después del pecado del censo dice al Señor
que no lo castigue al pueblo sino a él. Por lo tanto, "las dos virtudes de
un gobernante" son el amor por la gente y la humildad.
"¡No se puede
gobernar sin amor al pueblo y sin humildad! Y cada hombre, cada mujer que debe
tomar posesión de un servicio público, debe hacerse estas dos preguntas: ‘¿Amo
yo a mi pueblo, para servirle mejor? ¿Soy humilde y escucho a los otros, los
diferentes puntos de vista, para elegir el mejor camino?’. Si no se hacen estas
preguntas, su gobierno no va a ser bueno. El gobernante, hombre o mujer, que
ama a su pueblo es un hombre y una mujer humilde".
Por otro lado, san Pablo
exhorta a los gobernados a elevar oraciones "para todos los que están en
el poder, para que puedan llevar una vida tranquila y apacible”. Los ciudadanos
no pueden desinteresarse de la política:
"Ninguno de
nosotros puede decir: ‘Pero yo no tengo nada que ver con esto, ellos son los
que gobiernan...’. No, no, yo soy responsable de su gobierno y tengo que hacer
lo mejor para que gobiernen bien y debo hacer lo mejor por participar en la
política como pueda. La política --dice la Doctrina Social de
la Iglesia--
es una de las formas más elevadas de la caridad, ya que es servir el bien
común. Yo no puedo lavarme las manos, ¿eh? ¡Todos tenemos que dar algo!".
Hay un hábito
–explica el papa--, que consiste en solamente hablar mal de los gobernantes y
chismear acerca de "las cosas que no van bien", y añade que "y
si escuchas los programas de televisión, solo golpean, golpean; lees el
periódico y atacan... siempre lo malo, ¡siempre en contra!". Tal vez,
"el gobernante es sí, un pecador, al igual que David lo era, pero tengo
que contribuir con mi opinión, con mi palabra, incluso con mi correción",
porque "¡todos debemos participar del bien común!". Y si "tantas
veces hemos oído: ‘un buen católico no debe inmiscuirse en la política’ esto no
es cierto, esa no es una buena vía" advirtió.
"Un buen
católico se entromete en la política, dando lo mejor de sí, para que el
gobernante pueda gobernar. Pero, ¿qué es lo mejor que podemos ofrecerles a los
gobernantes ? ¡La oración! Es eso que Pablo dice: ‘Oración por todos los hombres
y para el rey, y para todos los que tienen autoridad’. ‘Pero, padre, esa es una
mala persona, debe irse al infierno...’. ‘Ora por él, ora por ella, para que
pueda gobernar bien, ¡para que ame a su pueblo, para que sirva a su pueblo,
para que sea humilde!’. ¡Un cristiano que no ora por sus gobernantes no es un
buen cristiano!. ‘Pero, padre, ¿cómo orar por este? Es una persona que no está
bien...’. ‘¡Reza para que se convierta!'. Pero orar... Y esto no lo digo yo, lo
dice san Pablo, la Palabra
de Dios".
Por lo tanto
--concluye el papa, "demos lo mejor de nosotros mismos, ideas,
sugerencias, lo mejor; pero sobretodo lo mejor es la oración. Oremos por los
gobernantes, para que gobiernen bien, para que lleven a nuestro país, a nuestra
nación hacia adelante y también al mundo, que haya paz y bien común".
(Traducido y adaptado
por José A. Varela del texto original de Radio Vaticana)
Fuente: Argentinos
Alerta
LosPrincipios.org,
18-7-13