Héctor Cancino Salas
La aclaratoria
sentencia corre por cuenta del mexicano Alonso Cedeño, experto en marketing
político y ex asesor de Mitt Romney, en tiempos en que algunos políticos se
emocionan demasiado por aparecer masivamente en Twitter y Facebook. Cedeño
recalca para los candidatos que se alegran por su aparición masiva en las
redes: “las menciones y los seguidores no son representativas ni se condicen
con la realidad”.
“Los políticos deben
tener claro que las redes sociales sirven para una cosa: generar comunidad. Lo
que debes hacer entonces, es dar acceso, a través de éstas, a otros contenidos
que el lector no tenga en televisión”.
La aclaratoria
sentencia corre por cuenta del mexicano Alonso Cedeño, experto en marketing
político, redes sociales y diseño de campañas, quien llegó a Chile como
invitado destacado del seminario Internacional de Marketing Político y Diseño
de Campañas, organizado por la Fundación Potencia País. Un arribo que calza con
las repercusiones del debate presidencial que realizó CNN Chile la noche de
este miércoles, en la ciudad de Coquimbo, al centro-norte del país, encuentro
al que la preferida de las encuestas, la ex presidenta Michelle Bachelet, no
asistió.
Algunos creen que la
jugada de Bachelet le traerá una baja en su apoyo, de acuerdo a lo que se pudo
ver en las redes sociales durante el debate presidencial, donde abundaban
comentarios que criticaban la renuncia de Bachelet a dialogar, a debatir ideas.
Sin embargo, Cedeño es claro en ponderar estos efectos, porque a su juicio es
una lamentable confusión o error, en el que recaen algunos de sus colegas e
incluso pseudo expertos electorales que afloran, pretender homologar un millón
de likes con un millón de votos. “Con las redes sociales no se pueden ganar las
elecciones, sin embargo, no por eso dejan de ser una herramienta
importantísima, pues te ayudan a transmitir el mensaje y a movilizar a la
población”, aclara.
Cedeño, en
conversación con AméricaEconomía.com, reconoce que las redes sociales
posibilitan una gran gama de interacciones. Para nadie es un misterio que al
comentar opiniones o mostrando la aprobación a un contenido con un “me gusta”,
hoy por hoy se ha elevado a estas redes a verdaderos centros de escrutinio
público. No obstante, ex experto es tajante al desmentir que exista una
relación causa-efecto entre la popularidad que pueda tener un candidato en
estas redes, y las intenciones reales que tendrán los electores el día de la
votación.
No obstante, el caso
de Enrique Peña Nieto, presidente de México, a juicio de Cedeño funciona para
hablar de la ayuda que sí prestan las redes sociales: la construcción de
comunidad.
“(Peña Nieto) Tenía
todo un segmento dedicado en que la esposa del candidato -con su telefóno-
tenía como misión grabar lugares donde sólo ella podía estar. En la intimidad
de la recámara; cuando se arreglaba o entraba al auto, el backstage. Ella lo
registraba todo para replicarlo y compartirlo en las redes con más personas”,
rememora Cedeño, ex asesor para las elecciones presidenciales del empresario y
político estadounidense Mitt Romney.
Enfrentar una campaña
Desde que Barack
Obama irrumpiera en su campaña presidencial de 2008, el marketing político
cambió. No en su esencia, pero sí en la manera de llegar a la gente. El uso de
las nuevas tecnologías y medios sociales posibilitó una carretera de tres
pistas: aérea (radio y tv), terrestre (impresos y personales) y digital.
Por eso es que el uso
de este último recurso se volvió indispensable, pues cada día más gente se
vuelca de la televisión a internet, y pese a que pudiese existir un rechazo a
los contenidos de propaganda política que son viralizados en la web, como
afirma Cedeño, “ese rechazo no es mayor al que también existe por la exposición
de estos mensajes en televisión o en otros medios”, por lo que hay público para
exponer publicidad o contenido político y hay público que también hace
seguimiento a estos mismos.
Otro aspecto que se
debe tener en profunda consideración es olvidarse del líder o candidato
imbatible e infranqueable. Al momento de presentarse al público y ante los
contendores, esa imagen con un discurso triunfalista hace más propenso a los
ataques, pero por sobre todo, como agrega Cedeño, te hace lucir lejano y
distante de la población, sus necesidades o inquietudes.
“No hay líderes
imbatibles en términos de redes y medios digitales, tampoco hay arquetipos
definidos; todo está sujeto a un escrutinio cada vez mayor, es una politica
totalmente vigilada y transparente, por lo que el que se quiera presentar en un
pedestal, va a salir muy lastimado”, advierte.
Por el contrario, el
aspecto esencial y la clave de una campaña exitosa es despertar emociones.
Cedeño no duda un instante en apuntar a este factor como motivante y
movilizante; con sentimientos muy potentes -como el amor o el miedo-, la gente
puede verse cautivada.
Una seducción que
Cedeño destaca que debe ser el principal objetivo de una campaña para
elecciones como las que vienen en Chile, con una nueva dinámica: el voto
voluntario.
“Eso cambia
totalmente las cosas y te obliga a trabajar más, pues tienes un doble desafío:
primero que vayan a votar, y luego que lo hagan por ti”. Para éso, el estratega
político cuenta que la clave está en interesarlos, presentarles algo atractivo
a los votantes, con propuestas diferenciadoras para que vayan a votar. Una
estrategia que lo hace recordar el éxito que tuvo el conocido programa de
televisión American Idol, que llegó a registrar 100 millones de votos, “¡sólo
por alguien que cantaba! Eso es emocionar y motivar a las personas”.
América Economía
InformadorPúblico,
11-13-13