El gobierno brasileño
movilizó tropas militares para obstruir el abastecimiento de armas a bandas
delictivas de las ciudades de San Pablo y Río de Janeiro.
Así lo anunció ayer
la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, luego de una semana en la que se
hicieron más violentas las protestas callejeras y los desórdenes, reclamando
por presuntos asesinatos y torturas por parte de las fuerzas de seguridad. El
Gobierno dice que en muchas ocasiones las movilizaciones están originadas por
infiltrados del crimen organizado que reciben armas de bandas mafiosas cuyos
líderes están presos.
Una vez conocida la
decisión oficial, la Orden
de Abogados de Brasil alertó sobre el riesgo de imponer restricciones “inconstitucionales”
a los manifestantes.
“Creamos el Plan
Estratégico de Fronteras para ayudar a la seguridad pública, articulándonos con
el Ministerio de Defensa, el Ejército, la Marina , la Fuerza Aérea , las
policías federal y estaduales, porque nuestras fronteras son muy porosas”, dijo
Rousseff.
El gobierno federal
recibió informaciones de los servicios de inteligencia de las policías de San
Pablo y Río de Janeiro en los que se consigna que habría un vínculo entre las
movilizaciones violentas de las últimas semanas y organizaciones delictivas.
Brasil registró
50.810 asesinatos en 2012, lo que representa un incremento del 7,6 por ciento
frente a 2011, de acuerdo con un informe elaborado por las secretarías de
seguridad de los 27 estados de la Federación. Según los números del Forum Brasileño
de Seguridad Pública, el país tiene una tasa de 25,8 asesinatos cada 100 mil
habitantes y el índice más alto corresponde al estado de Alagoas, en la región
nordeste, con 61,8 casos cada 100 mil.
Resultados
Los anuncios se
realizaron tras una sorpresiva reunión de gabinete en la que exigió a 15
ministros más rápidos resultados en los planes de gobierno.
El año próximo será
clave para Dilma Rousseff y el Partido de los Trabajadores (PT), por dos
grandes circunstancias: el Mundial de Fútbol, que se hará entre junio y julio,
y las elecciones presidenciales, que concretarán en octubre.
En caso de que decida
disputar las elecciones presidenciales, Rousseff tan sólo podrá participar en
ceremonias oficiales de inauguración de obras hasta junio de 2014, para no
violar la ley electoral.