Por Héctor GIULIANO
(15.4.2014).
Un viejo refrán dice
que el éxito más grande del Demonio es habernos hecho creer que no existe.
Con el problema de la Deuda Pública
perpetua pasa algo parecido.
Esta advertencia es
importante en momentos que, como producto de la nueva Crisis de Deuda de este
verano 2014, la administración Kirchner marcha a pasos acelerados hacia una
nueva ola de endeudamiento de la
Argentina.
Lo hemos dicho mil
veces: el que no entiende esto no sabe nada de Finanzas, de Economía y de
Política.
El ocultamiento de
esta realidad es la clave del comportamiento real – no del discursivo – de los
gobiernos de turno; y el de los Kirchner no sólo no ha sido una excepción a
esta regla sino que ha sumado el agravante de su hipocresía: decir una cosa y
hacer lo contrario.
La negación del
problema determinante de la
Deuda viene a caballo de tres falacias de base:
1. LA MENTIRA DEL
DESENDEUDAMIENTO PÚBLICO.
No es cierto que la Argentina se esté
des-endeudando: la deuda oficial – que a mediados del 2005 era de unos 147.000
MD (Millones de Dólares) – hoy es de 213.000 MD (según los últimos datos
disponibles, al 30.9.13), que se eleva a los 300.000 MD sumando los intereses a
pagar (72.000 MD) y el pago faltante de los cupones PBI (unos 15.000 MD).
La administración
Kirchner ha privilegiado el pago a los Acreedores Privados – externos e
internos – y a los Organismos Financieros Internacionales (FMI, Banco Mundial,
BID y CAF) a costa de desfinanciar al Estado: el 60 % de las obligaciones del
Gobierno Central son ahora con organismos del propio Sector Público.
Pero esta deuda con
terceros traspasada al Estado es impagable y ha desquiciado las Finanzas
Públicas: la ANSES
se encuentra desfinanciada porque tiene el 62 % de la plata de los jubilados
metida en títulos públicos, el Banco Central (BCRA) ha sido descapitalizado
porque las reservas internacionales se usaron para el pago de deuda externa
(más de 30.000 MD) y se dio total permisividad para la salida masiva de
capitales (90.000 Md durante la “década ganada”), el Banco Nación (BNA) tiene
la mitad de su cartera de créditos prestada al Estado en lugar de destinar esos
fondos a la actividad productiva de PYMEs y grandes empresas; y toda una serie
de organismos nacionales tienen títulos de corto plazo colocados y renovados
compulsivamente por la
Tesorería.
Todas estas
obligaciones oficiales no tienen capacidad demostrada de repago.
Cuando el gobierno
Kirchner – hoy a coro de los economistas locales y extranjeros del
establishment – dice que el país se está des-endeudando ello quiere decir que
después de haber privilegiado incondicionalmente el pago de la mayoría de la
deuda externa o deuda con terceros, ya no toma en cuenta la deuda pública
interna o deuda intra-Estado porque no piensa pagarla, pasándole así la carga de
sus obligaciones domésticas impagables al Pueblo Argentino.
2. LA DESVIRTUACIÓN DEL
CONCEPTO DE CONFIANZA.
Desvirtuar significa
quitar la virtud o sustancia de una cosa; en este caso, de una palabra: la
palabra Confianza, que es la fe o esperanza que se tiene en alguien o en algo.
Este término - lo
mismo que el estribillo servil del Partido de la Deuda acerca de “honrar los
compromisos externos” - conlleva una engañosa y equívoca asociación entre
supuesta confianza de los acreedores y real capacidad de pago del Estado; cosa
que no existe.
Y en esto reside la
clave de la trampa de la deuda dentro del Sistema de Deuda Perpetua lo rige,
porque los capitales financieros y la banca internacional no apuestan
precisamente a una capacidad de repago de los países deudores, como el nuestro
sino, por el contrario, a su segura insolvencia, de modo que – cumpliendo la
lógica final de la Usura
– el deudor (en este caso, el país) no pueda pagar sus deudas y así nunca deje
de ser deudor.
De esta manera se
garantiza la refinanciación permanente de las acreencias y la toma de nuevas
deudas.
3. LA TRAMPA DE LA DEUDA PERPETUA.
Cumplido el paso
anterior, la instrumentación del Sistema de la Deuda se simplifica conceptual y fácticamente.
Sólo resta agregarle
el absurdo principio generalizado de que “no hay problema en tomar deuda sin
capacidad de repago mientras se puedan pagar los intereses y refinanciar
permanentemente el capital o principal de las obligaciones”.
Esto es, que la Deuda Pública pasa a
ser no una fuente de financiamiento excepcional sino una fuente normal y
estructural en la financiación del Estado.
Se trata, por ende,
de un mecanismo no reversible.
Para que estas tres
falacias concurran en función del Sistema de la Deuda Perpetua
deben violarse – en letra y espíritu – los Deberes y Obligaciones de los
Funcionarios Públicos superiores intervinientes, el sentido de la Ley 24.156 de Administración
Financiera del Estado y la lógica del Presupuesto Nacional, en cuanto reemplaza
el superávit fiscal por el déficit cubierto con más deuda.
Es la forma en que la Deuda opera como instrumento
de dominio de los Pueblos y los Estados.
EL ROL DEL BANCO
CENTRAL.
La institución clave
a partir de la cual se articula el sistema de endeudamiento público es el Banco
Central (BCRA): dime qué Política Monetaria, Cambiaria y Financiera tienes y yo
te diré que Política Económica debes aplicar.
El esquema
tradicionalmente ha funcionado así y el sistema de la Deuda es viable siempre y
cuando las políticas llevadas a cabo desde el BCRA – las propias o las de quien
escriba el libreto – garanticen el cumplimiento de sus condiciones.
Después de un
prolongado período de enmascaramiento durante la década K la nueva crisis de
Deuda del verano 2014 ha forzado al gobierno a blanquear parte de su realidad
financiera y adoptar medidas de emergencia para salvar el default técnico y
volver a endeudarse en el Mercado de Capitales de acuerdo con la Hoja de Ruta Boudou:
a) Fin del “período de gracia” fáctico de
la deuda remanente en default, con los holdouts, los reclamos ante el CIADI y
las deudas con los países del Club de París.
b) Agotamiento de los fondos de la Deuda intra-Estado para
sostener los pagos preferenciales de la deuda con terceros (organismos
financieros internacionales y acreedores privados) que le permitieron a la
presidenta jactarse de ser una “pagadora serial” abonando casi 174.000 MD bajo
su gestión (cifra que, por otra parte, no está demostrada en ninguna parte
porque el gobierno no ha dado información desagregada alguna al respecto). Es
decir, apelación ante los acreedores por su extra-ordinario cumplimiento de las
obligaciones de pago, sin someterlas a las investigaciones correspondientes por
ilegitimidad ni financiarlas con recursos genuinos o excedentes sino a costa de
re-estructurarlas totalmente y asumir nuevas deudas.
c) Regreso de la Argentina a los Mercados
Internacionales de Capital, que en buen romance significa volver a endeudarse,
esto es: haber pagado sistemáticamente a los acreedores empapelando al Estado
con deuda impagable para “desagotar” parte del stock y luego volver a colocar
más Deuda Externa. Algo así como decir que después de haberle “pasado el
muerto” de bonos inejecutables a las finanzas administradas por el Estado
(dinero de los jubilados, reservas del BCRA, desvío de créditos del BNA, etc.)
el gobierno Kirchner sale a pedir más plata sin tener solvencia ni liquidez
para sostenerla, como no sea tomando en el futuro más deuda para ello.
Después de las
Elecciones de 2013 – PASO en Agosto y Parlamentarias en Octubre – los nuevos
funcionarios designados en Noviembre, la terna Capitanich-Kicillof-Fábrega,
encara primero una aceleración gradual y luego un salto devaluatorio en Enero
de este año con tres medidas básicas:
1. Macro-devaluación de un 20 %, llevando
el dólar oficial a 8 $ y tratando de recomponer una suerte de “tablita
cambiaria” devaluación-inflación para garantizar no sólo la estabilidad de
precios sino el pago de los actuales y futuros servicios de intereses de la Deuda.
2. Fuerte aumento de las Tasas de Interés
elevando la remuneración de las Lebac/Nobac - que fijan el piso de las tasas de
Mercado - al 30 % anual, lo que sirve a la vez para atraer nuevamente el
negocio especulativo de los capitales financieros internacionales que lucran
con el arbitraje entre tipos de cambio y tasas de interés.
3. Aumento de la contracción monetaria,
absorbiendo el BCRA – vía Lebac/Nobac – el dinero emitido para comprar reservas
y para dar Adelantos Transitorios al Tesoro.
Esto último hace que
hoy – según cifras al 31.3.14 - el monto de las letras/notas del BCRA (178.000
M$, equivalentes a 22.200 MD) es comparativamente la mitad de la Base Monetaria
(349.000 M$ ≡ 43.600 MD) o, dicho en otros términos, que por cada 2 $ emitidos
el BCRA tiene retenido uno pagando un 30 % de interés.
La relación es
igualmente grave para el ratio Reservas/Base Monetaria, que actualmente es de
0.62 dólares por cada peso (27.000/43.600 MD).
En su último Informe
sobre el Estado Patrimonial del BCRA, el Dr. Carlos Ragonesi – de la Fundación Buenos
Aires XXI – observa que las reservas internacionales han caído unos 3.600 MD
durante el primer trimestre de 2014, que después de la macro-devaluación de
Enero existe nuevamente una tendencia a la revalorización o apreciación del
peso por efecto de la inflación interna (nuevo retraso cambiario), que el
aumento del Pasivo por Lebac/Nobac fue de 67.400 M$ durante este período de
tres meses (110.500 al 31.12.13 contra 177.900 M$ al 31.3.14), equivalentes a
5.200 MD; y que el Patrimonio Neto aumentó ligeramente en pesos - 2.500 M$
(107.300 al 31.12 contra 109.800 al 31.3) – pero bajó expresado en dólares en
2.800 MD (16.500 contra 13.700).
Como consecuencia de
la gran devaluación de este año se da así la paradoja que los importes de las
Reservas y del Patrimonio aumentan expresados en pesos pero disminuyen
expresados en dólares.
Estas cifras elevadas
explican también las utilidades contables extra-ordinarias en pesos obtenidas con la devaluación
progresiva durante el año pasado, lo que le habría permitido al BCRA computar
ganancias por unos 79.000 M$, que son básicamente resultados por tenencia y no
rendimientos genuinos.
Tanto el aumento de
la emisión monetaria - para comprar dólares y para dar adelantos al Tesoro - como la contracción de la base
por medio de letras y notas son parte de un mismo proceso: a medida que el BCRA
emite más pesos también aumenta la absorción de los mismos, lo que implica un
extraordinario endeudamiento cuasi-fiscal del Banco para sostener el mecanismo
de pago de la Deuda
Pública , ya que las divisas y los adelantos se giran al
Tesoro esencialmente para cubrir servicios de la deuda del Estado.
La posición de
Reservas Netas del BCRA está hoy virtualmente neutralizada: el Banco no tiene
divisas disponibles y depende del aprovisionamiento de dólares a costa de
emitir dinero o deuda dolarizada (caso cerealeras). La situación es tan seria
que se especula con la posible obtención de uno o más préstamos internacionales
destinados específicamente a reforzar esta crítica insuficiencia de reservas.
Por otra parte, la
existencia de títulos públicos en cartera por 45.500 MD y de un stock de
Adelantos Transitorios al Tesoro por 189.100 M$ (equivalentes a 23.600 MD) -
rubros ambos igualmente impagables por el gobierno - baja la calidad de los
activos del BCRA y debilita sustancialmente las cifras de su Patrimonio
Neto.
Notablemente, pese a
esta gravísima situación financiera y patrimonial del BCRA, los voceros del
establishment – locales e internacionales – elogian a coro tanto las medidas
tomadas como la gestión que está siguiendo la dirección del Banco.
La administración
Kirchner, después de haber batido récords de pago en los servicios de la deuda
pública traspasando el endeudamiento sin capacidad de repago al propio sector
público, después de haber agotado los recursos para atender el déficit fiscal
provocado por el sistema de la
Deuda y habiéndosele vencido el “plazo de gracia” para
cumplir con la Hoja
de Ruta Boudou a los fines de volver a tomar Deuda Externa, ha cambiado
abruptamente los lineamientos de su gestión de gobierno.
Estas decisiones
están ligadas directamente a la aceleración de los tiempos de la nueva crisis
de Deuda que vive el país y cuya pseudo-solución se encara nuevamente con una
receta análoga a la seguida en el 2002, que es la paradoja de salir de una
crisis de deuda con mas endeudamiento, como hizo la administración Duhalde:
a) Nueva deuda para cubrir con bonos el
pago de las sentencias y los reclamos de los holdouts, que hoy acumulan
oficialmente más de 11.700 MD pero que ciertamente conllevaran importes mucho
mayores por intereses acumulados, punitorios, honorarios y gastos.
b) Nueva deuda para cubrir con bonos también
el pago de los laudos y los reclamos presentados ante el CIADI, que sumarían
hoy unos 24 casos y cuyo importe conjunto – sobre el que no hay cifras
oficiales – se estima puede estar entre los 8 y los 10.000 MD.
c) Acuerdo con Repsol por la expropiación del
51 % de las acciones de YPF, para lo que el gobierno conseguiría la aprobación
del Congreso para emitir bonos por 6.000 MD, que además devengarán otros 5.000
MD de intereses.
d) Arreglo con el Club de París para el
pago de deudas atrasadas – la mitad de las cuales proveniente de la época del
Proceso – por un importe total de 10.000 MD, también con bonos.
e) Deuda consolidada de Provincias y
Municipios, donde la suma de los pasivos provinciales era de unos 153.000 M$ -
equivalentes a más de 28.000 MD al 30.6.13 (última información disponible). No
hay información alguna sobre el quantum de las deudas municipales.
f) Diferencial creciente a cubrir por la
deuda en pesos indexada por inflación, según coeficiente CER, que hoy equivale
a 31.400 MD.
g) Pagos relevantes de los cupones PBI, que
ahora se calculan desde el 2004 como año base pero todavía no es seguro que no
se paguen este año, en que sumarían unos 3.600 MD. De todas maneras, aunque no
corresponda abonarlos este año, los importes son acumulativos hasta llegar a
los 30.000 MD, de los que ya se habría pagado la mitad y queda pendiente otro
tanto.
h) Nuevas cifras de capitalización de
intereses por anatocismo, como las remanentes del Megacanje 2005 y las pactadas
ahora en el convenio con Repsol (por unos 500 MD).
i) Deuda cuasi-fiscal, fuertemente
creciente, del BCRA por Lebac/Nobac, a las que ya nos hemos referido y que
actualmente suman el equivalente a 22.200 MD.
j) Deuda Pública Indirecta –
correspondiente a Empresas del Estado, Organismos Nacionales y Fondos
Fiduciarios – que constituye una verdadera “caja negra” dentro del
endeudamiento del Estado porque no hay informaciones oficiales al respecto.
Solamente YPF - que heredó un pasivo de la administración Eskenazi/Repsol de
9.000 MD - tiene que obtener financiamiento por 37.200 MD para exploración y
explotación durante el quinquenio 2013-2017, una suma que puede disminuir como
aporte propio si llega a acuerdos de concesión con empresas petroleras
extranjeras (como el caso de Chevron).
k) Nuevos paquetes trienales de préstamos
con el Banco Mundial y el BID, por aproximadamente 3.000 MD cada uno, que están
en curso de aprobación para renovar los Programas de Asistencia al País hoy
vigentes.
l) Eventuales líneas de crédito que se
vienen sugiriendo por parte del FMI y asesores conexos, fundamentalmente para
cubrir la débil posición de reservas del BCRA.
m) Por último, las distintas formas en curso
que se están negociando con Bancos de Inversión y brókeres internacionales para
acelerar los tiempos de colocación de nuevos bonos argentinos en el exterior,
que es la meta de la Hoja
de Ruta Boudou (y que era el objetivo buscado por el Megacanje Kirchner-Lavagna
de 2005-2010).
Todas estas vías de
endeudamiento en curso se están discutiendo hoy en el ámbito de negociaciones
secretas entre algunos pocos altos funcionarios del gobierno Kirchner y los
representantes – formales e informales – de muy diversas instituciones de
capitales financieros.
Las tasas de interés
a las que se están tomando hoy estas nuevas obligaciones son del orden del 8-9
% en dólares (que llega al 10 % o más en el caso de algunas provincias, con o
sin la modalidad de dollar linked) y del 28-30 % en pesos; con la
particularidad que la mayoría de estas nuevas deudas se estarían tomando nuevamente
a tasas variables, justamente en un momento en que los pronósticos prevén
probables suba de las tasas internacionales a medida que comience a cambiar la
política monetaria de la
Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed).
EN CONCLUSIÓN:
a) las nuevas deudas
son en gran medida producto de incorporar pasivos que no estaban registrados
como tales con el argumento que hasta ahora se trataba de deudas contingentes
(cupones PBI – que no son deuda contingente sino deuda cierta – indexaciones,
juicios contra el Estado, etc.), pero el grueso va a ser deuda nueva.
b) la deuda en cabeza
del Estado Central tendrá un incremento gradual pero elevado, lo mismo que la
de provincias y municipios,
c) la Deuda Pública
Indirecta – sobre todo la de Empresas del Estado – ya tiene un sesgo
fuertemente creciente (con YPF a la cabeza) pero también está el financiamiento
externo de grandes obras públicas (invariablemente denunciadas por
sobreprecios) con avales y garantías de la Nación ,
d) el rol del BCRA en
su manejo de la posición de reservas y de su deuda cuasi-fiscal cumple un papel
determinante dentro de este nuevo esquema de endeudamiento.
La combinación de
todas estas formas cruzadas de deuda configuran lo que denominamos “tercera ola
de endeudamiento público”, para compararla con la ola 1 durante el Proceso
Militar y la ola 2 bajo la administración menemista de la década del ´90.
Una vez más - como en
el mito del Eterno Retorno - los Ciclos de la Deuda Perpetua
vuelven por sus fueros, al amparo de gobiernos débiles, incompetentes y
corruptos.
Es parte del precio
que paga la administración Kirchner para comprar su propia supervivencia
financiera y política.
Y para ello cuenta
con la complicidad de la mayoría de la Clase Dirigente de
la Argentina ,
sostenida en la tríada visible oficialismo-partidocracia-medios, obsecuente
ante las cuotas de endeudamiento que el capital financiero internacional impone
a los países del mundo.-