“Según nuestra información, Argentina tiene
reservas de shale gas equivalentes a 800 TCF”, dice Daniel Poneman,
subsecretario de Energía de los Estados Unidos. Hoy, el país consume el
equivalente a 1,5 TCF (trillones de pies cúbicos) de gas por año; si no tuviera
restricciones, podría llegar a consumir 2 TCF, dicen técnicos locales. Así,
según las estimaciones de la
Agencia de Información Energética de los EE.UU., las reservas
de combustibles no convencionales como las de Vaca Muerta alcanzarían a
abastecer el consumo nacional de unos 400 años.
La cuenta no es
lineal, las reservas potenciales deben poder concretarse en gas extraído. Y eso
es complejo. “Toda estimación tiene que ser verificada por pruebas empíricas,
exploratorias, etc.”, agrega Poneman. Pero aclara que “ existe un amplio
consenso de que el extraordinario nivel que parece haber en la Argentina de
hidrocarburos no convencionales presenta una oportunidad única ”.
Concretamente, la segunda reserva del mundo de ese combustible, precisa.
Poneman estuvo en el
país y se reunió con la presidenta Cristina Kirchner, con el Jefe de Gabinete
Jorge Capitanich, y con los ministros Julio De Vido y Axel Kicillof. También se
vio con algunos de los consultores en energía cuyos informes irritan al
Gobierno. Y recorrió Vaca Muerta con el presidente de YPF, Miguel Galuccio, y
funcionarios de Chevron.
El funcionario, cuyo
rango equivale al de un viceministro, dice que vino a Buenos Aires a “ tratar
de fortalecer y ampliar nuestra cooperación bilateral, con enfoque en la
energía”. Establece paralelismos entre la abundancia de shale gas en su país y
en la Argentina. Y
añade que eso plantea dos cuestiones. “La primera es cómo desarrollar estos
recursos increíbles para beneficio de nuestros pueblos, de la industria, del
empleo. Y en segundo lugar, cómo hacerlo de manera tal que sea responsable del
punto de vista ambiental”.
-Estados Unidos lleva
ya años extrayendo shale gas ¿Han tenido eventos de contaminación?
-Las emisiones de
metano que genera el fracking son un gran desafío. Sabemos que existe una
vulnerabilidad de esta explotación a la emisión de metano, sobre todo por la
manera en cómo se termina el pozo. Por eso son importantes las prácticas
técnicas. Trabajamos con distintos organismos para asegurarnos que la
tecnología sea la correcta, para saber el perfil correcto de metano y las
causas reales de metano en la atmósfera -Aquí lo que más preocupa es la posible
contaminación del agua ¿Eso ha sucedido en EE.UU.?
-Ha sido una
preocupación. Las reservas de esquisto están mucho más profundo que las de
agua. Pero, otra vez, si uno tiene una buena terminación de pozos, se los sella
adecuadamente, no debería haber ningún tipo de migración. Obviamente es una de
los temas que hay tener cuidado y asegurarse de que se apliquen las mejores
prácticas.
-Estados Unidos tiene
también grandes reservas de shale gas. Han dicho que tienen gas para 100 años…
-Lo dijo el
Presidente Obama, claro. Pero cuánto durarán depende de muchos temas, de la
tasa de desarrollo, del precio. Hasta el año 2000, el gas de esquisto
representaba solo 1% de nuestro consumo anual, ahora llegamos a 40%. Esa ha
sido una transformación profunda. Hoy somos el productor líder del mundo. Y la
esencia es que va a durar mucho tiempo. Pero para nosotros el gas natural es un
combustible puente hasta que podamos migrar a energías más limpias en emisiones
de carbono.
- Pero en medio
pasarán de ser un país netamente importador de combustibles a ser exportadores
de gas.
- Nuestras primeras
exportaciones de gas natural serán en el cuarto trimestre de 2015.
-Dado que Estados
Unidos ha avanzado mucho en shale gas ¿No podría desplazar a la Argentina de potenciales
mercados internacionales para cuando Vaca Muerta entre en producción?
-Nuestra impresión es
que la demanda de gas natural va a ser muy robusta durante mucho tiempo. EE.
UU. siempre ha tenido mucha confianza y va a seguir teniendo mucha confianza en
el poder de los mercados transparentes.
Clarín, 25-5-14