Como en los ríspidos
años de la Guerra Fría ,
Rusia quiere volver a poner en funcionamiento un viejo centro de espionaje que
tenía en Cuba. La medida fue acordada por el presidente Vladimir Putin durante
su visita a La Habana
el viernes pasado, según señaló el diario moscovita Kommersant, aunque hasta el
momento el Kremlin no confirmó esas informaciones.
La base de
radioescuchas “Lourdes” estaba ubicada en las afueras de la capital cubana, a
unos 250 kilómetros de la costa de Estados Unidos. Rusia cerró ese centro de
radares en 2000 por sus altos costos de mantenimiento. Ahora, el servicio
secreto militar ruso GRU quiere volver a utilizarla en el marco de las nuevas
tensiones con Washington, según el diario.
Los agentes de
espionajes rusos y cubanos que operaban en la base llegaron a ser unos 3.000,
un número que Moscú pretende reducir drásticamente con el desarrollo
tecnológico actual.
El Gobierno de la
antigua Unión Soviética construyó la base, por acuerdo con los cubanos, en
1964. El centro le permitía recoger información militar y de inteligencia en
casi todo el territorio de los EE.UU. Además, la instalación servía de enlace
entre de la Flota
soviética en el Océano Atlántico con el centro de mando en la URSS.
Los soviéticos no
pagaban por los servicios que recibían de Cuba, pero era una cuenta chica ya
que el 85% de la economía cubana dependía de los rusos. Luego de las caída del
campo socialista, Rusia llegó a desembolsar 200 millones al año hasta que
levantó la base.
Según documentos
publicados por la prensa rusa, “Lourdes” –que jugaba un papel importante en el
balance estratégico entre Rusia y EE.UU.– fue cerrada en julio del 2000 a raíz
de la aprobación por parte del Congreso de EE.UU. de un proyecto de Ley que
prohibía la reestructuración de la deuda rusa hasta que en Cuba se cerrara el
conocido centro de escuchas.
Durante la visita de
Putin de la semana pasada, Moscú y La
Habana firmaron una decena de acuerdos de cooperación y
asociación económica. Putin se entrevistó con el presidente Raúl Castro y
visitó también en su casa al histórico líder cubano Fidel Castro.
Una semana antes, el
Parlamento ruso había aprobado en Moscú la condonación de una vieja deuda que
Cuba tenía con la
Unión Soviética por unos 35.000 millones de dólares. El texto
aprobado por el Parlamento ruso prevé la quita del 90% de la deuda. Los
analistas sostienen que parte del acuerdo contemplan la reutilización de la
base “Lourdes”.
Clarín, 17-7-14