Marcelo Aguinsky
Juez en lo penal
económico
Clarín, 17-12-14
Ruta 34. Camión
detenido llevando 500 kilos de cocaína disimulados en su carga. Chofer
apresado. Foto en los diarios de los panes de droga y de policías exhibiendo
las iniciales de su fuerza. ¿Se trata de un procedimiento exitoso?
Las grandes
organizaciones delictivas que mueven esas cantidades de droga por el mundo,
consideran la pérdida de su mercadería en procedimientos como este como un mal
menor. La droga para ellos es un bien fungible que comercializan con
estructuras empresariales. Llevan adelante con precisión delitos estudiados.
Y el Estado, ¿también
tiene estudiadas las respuestas o sólo le alcanza la foto con el chofer
detenido y la droga secuestrada?
Por lo que se ve, nos
estamos engañando. No podemos delegar en el azar -o en un policía insistente
que para camiones en la ruta- la política de lucha contra el narcotráfico. El
pivote que motoriza un efectivo combate contra el tráfico de estupefacientes es
la información que permite, por ejemplo, que ese camión parado en la ruta en un
control de rutina siga su camino con un gps adosado, lo que va a permitir
conocer el destino de la carga. Esto, que parece tan simple, necesita de un
mecanismo aceitado de cooperación policial y judicial entre las distintas
jurisdicciones involucradas. Lamentablemente el paradigma de Policía ansiosa y
apurada vs. Justicia lenta y desconfiada ha provocado que la opción más fácil
sea quedarnos sólo con la foto del chofer detenido y más tarde con el show de
la quema de la droga. Todos contentos: la Policía , la política y hasta los narcos.
Argentina no es un
país productor de cocaína. Sin embargo sí nos hemos convertido en una
plataforma logística para que esa droga llegue al mercado europeo. Ingresa de
contrabando desde los países productores, mayormente Bolivia, Perú y Colombia,
y vuelve a salir de contrabando, en este caso rumbo a Europa. El problema de
Argentina es lo que pasa en el medio, ya que parte de la droga que circula es
moneda de pago en la cadena logística, y es la que pasa al mercado interno.
Hay cinco fuerzas
federales que se ocupan del tema: Policía Federal, Gendarmería, Prefectura, PSA
y Aduana. Ante este esquema, varias voces proponen la creación de una agencia
federal de drogas a la manera de la
DEA. Más allá de las inconveniencias de una estructura
piramidal con mando unificado, que concentre toda la lucha anti drogas en una
sola cabeza, habría que optimizar las idoneidades de las fuerzas ya existentes,
con un comando coordinado y cooperante.
Sin información de
inteligencia la lucha contra el narcotráfico es como jugar al gallito ciego. Y
sin la cooperación tanto interfuerzas como interjurisdiccional, inclusive con
las policías y jueces de los países productores y los de destino, cualquier
esfuerzo aislado está destinado al fracaso. Argentina está en el medio y no
puede hacerse la distraída.