Con motivo de haberse realizado ayer, en Córdoba y otras ciudades una marcha en reclamo de la despenalización de la marihuana, reproducimos un artículo ya publicado.
Marcha mundial de la marihuana
Hace algunos meses, analizamos el tema de la despenalización de la droga[1]; sobre
el mismo tema, nos interesa ahora comentar un artículo publicado en la fecha en
La Voz del Interior[2].
Los autores, miembros de la Comunidad Cannábica
de Córdoba, critican al gobernador de la provincia por insistir “en
sostener las políticas prohibicionistas”, “mientras el mundo va en sentido
contrario”. Recuerdan que en el Congreso Nacional se presentaron 11 proyectos
de despenalización y legalización, y también el proyecto de Código Penal
incluye la despenalización. Anuncian que el próximo sábado 3 de mayo se hará en
esta ciudad, la Marcha Mundial de la Marihuana, para exigir el “derecho a
tener, usar y cultivar esta planta milenaria, llamada a ser en el futuro, como
lo fue en el pasado, la medicina de los pueblos libres”.
En realidad, está comprobado científicamente que el THC –principal
sustancia química psicoactiva de la marihuana- produce graves daños en el cuerpo humano. No deja de ser paradójico,
que en la misma edición del diario citado, se informa sobre el Programa Entorno Laboral Saludable, que
está cumpliendo el gobierno provincial, reemplazando el pan criollo por el pan
francés reducido en sodio y sin agregado de grasas, y la leche entera por
descremada[3].
No debiera sorprender, sin embargo, que se multipliquen estas propuestas
ya que el propio titular de la Sedronar, P. Juan Carlos Molina, con motivo de
la legalización de la marihuana en Uruguay, sostuvo que en la Argentina ese
tema “amerita un buen debate” (EFE,
12-12-13). Más decidido aún a favor de la despenalización, se manifestó el
secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni: "Yo estaría de acuerdo si se despenaliza toda la cadena, desde la
producción hasta el consumo. Despenalizar sólo el consumo no termina de ser
efectivo". Agregó otro argumento, citando al capo narco colombiano
Pablo Escobar: "Él decía que no hay
posibilidades matemáticas de que la persecución policial le gane al
narcotráfico, y es verdad. Es la lucha del gato contra el ratón"[4].
En la misma sintonía, el coordinador nacional del Partido Liberal
Libertario, sostiene que las mafias ven en la prohibición una oportunidad de
negocio para obtener amplios márgenes debido a las restricciones legales que
hay sobre la producción de esos productos. Dejar de penar la producción, la
venta o la tenencia de drogas significaría que deje de ser un negocio atractivo
para el mundo del hampa, y convertiría lo que alguna vez fue narcotráfico en un
mercado legal, como son los medicamentos, productos de limpieza, las bebidas
alcohólicas o el cigarrillo. Rechaza el argumento de los prohibicionistas
que pronostican que sin las políticas
actuales aumentaría exponencialmente el consumo, los menores tendrían fácil
acceso a las drogas, y se generarían brotes de violencia generalizados en la
sociedad[5].
En un tema tan complejo, conviene tener en cuenta la experiencia de
quienes han enfrentado el problema mucho antes que los argentinos. Jaime
Bermúdez, ex ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, y ex embajador en
Buenos Aires, asegura que despenalizar la droga no ayuda a combatir el
narcotráfico, sino todo lo contrario[6]. Hay
que analizar, sostiene, “en qué medida la despenalización
de la droga es utilizada como mecanismo de distribución”. Se refiere a que,
“en estos casos, se vende por acumulación. No se vende el kilogramo de droga,
se vende de a gramo. A usted lo dejan tener una pequeña cantidad y entonces
vende rápidamente esa cantidad. Después lo hace con otra pequeña porción, después
con otra, y así."
Esto explica el fenómeno actual de multitud de bandas que sólo atienden
una zona determinada, o sea, la descentralización de los carteles, que
dificulta la respuesta del poder público. Mientras haya demanda de drogas,
habrá proveedores de la misma. Las dificultades y peligros que enfrentan en la
actualidad los farmacéuticos, con la venta de drogas legales (asaltos,
adulteración de recetas, etc.), se multiplicarían en el caso de que se
autorizara en las farmacias el expendio libre de las drogas hoy ilegales.
Además, siempre el Estado deberá establecer restricciones al consumo –edad
mínima, cantidad máxima de dosis, identificación del usuario-, lo que hace
prever que, aún con la despenalización, continuaría la distribución por medios
no autorizados. Considerando que el narcotráfico mueve 700.000 millones de
dólares anuales, es ilusorio creer que estará dispuesto a perder ese negocio
lucrativo, abandonándolo pacíficamente. No está de más recordar, que la captura
del Chapo Guzmán, fue posible por un operativo que incluyó a infantes de marina
mexicanos.
29-4-2014