Guillermo Cherashny
InformadorPúblico,
14-2-15
Los peritos
designados por la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado, como
querellante en nombre de las dos hijas que tuvo con Alberto Nisman, Osvaldo
Raffo y el comisario general Daniel Salcedo, comprobaron la desastrosa
investigación que llevó a cabo hasta ahora la fiscal Viviana Fein. Descubrieron
así que nunca en la investigación se utilizó el luminol -la sustancia que se
echa sobre las manchas de sangre que toman de este modo un color violeta.
Además, encontraron cabellos después de casi 30 días de ocurrida la muerte, lo
que demuestra los horrores de la fiscal Fein.
Y ni que hablar de que ésta debió
haber detenido desde el primer momento a todos los integrantes de la custodia
policial de Nisman, cuyo mal desempeño fue grosero. También les caben
responsabilidades penales a los prefectos que estaban en la escena del crimen.
Otro grave error fue no incautar los celulares de todos ellos y del secretario
de seguridad Sergio Berni e incluso denunciarlo por incumplimiento de los
deberes de funcionario publico y abuso de poder por llegar antes que la propia
fiscal al lugar del crimen, en una obvia obstrucción a la actuación de la
justicia. Después está la historia sabida de las contradicciones de Fein, en
algunos casos desmintiendo a la presidente y al día siguiente asumiendo que
fueron errores suyos. Una gafe notable de la fiscal fue decir que
"lamentablemente" no se encontraron residuos de pólvora en las manos
del fiscal y hablar de suicidio el lunes de la autopsia cuando hasta ahora no
se descarta ninguna hipótesis.
Reinvestigando
Hay que ver si las
pruebas recogidas por los peritos de Arroyo Salgado casi un mes después del
hecho pueden descubrir datos que comprueben el supuesto asesinato. Pero el
tiempo perdido en estas cuestiones no se recupera más. Ni el jueves ni ayer,
Fein emitió comunicado alguno y tampoco se lo redactaron los hombres de prensa
de Alejandra Gils Carbó, que en todo momento intentó embarrar la investigación.
Arroyo Salgado dijo claramente, por su parte, que se trataba de un hecho criminal
y se quejó de las intervenciones mediáticas de la presidente de la Nación y la propia fiscal,
por lo que ahora queda la esperanza que Raffo y Salcedo aporten algo de luz a
esta oscura investigación. A todo esto, entre los magistrados de Comodoro Py,
sede de los tribunales federales, no hay duda de que a Nisman lo asesinaron.
Claro que ahora hay que probarlo o por lo menos hacer caer la hipótesis del
suicidio, la preferida por el gobierno, que ahora sostiene, a través de la
presidente, que fue un asesinato. La reacción del gobierno ayer a la mañana fue
la esperada y ya la habíamos anticipado en este portal. Y era la denuncia de
una maniobra destituyente o golpe blando como forma de distraer la atención
sobre el final violento de Nisman. El fiscal Gerardo Pollicita terminó de
completar el agravamiento de la situación del gobierno al pedir la imputación
de la presidente y del canciller Héctor Timerman por el supuesto encubrimiento
de la investigación del atentado a la AMIA. El representante del Ministerio Público
cree que hay elementos para que se abra un expediente como consecuencia de la
denuncia del fallecido fiscal.
Así las cosas, el
gobierno está cada día más cerca de la cornisa, lo que lo obliga a preparar su
contraofensiva, porque CFK siempre redobla la apuesta.