Virginia Messi
Clarín, 4-3-15
Sólo en enero, con
apenas una semana de diferencia, la
Policía secuestró en dos operativos cerca de 120.000 dosis de
ácido lisérico (LSD) en la
Costa. La noticia puede mostrar tanto la efectividad de los
controles antinarcóticos -como argumentan las autoridades- como un
significativo aumento del consumo de las llamadas "drogas químicas"
en nuestro país. Lo cierto es que el fenómeno tuvo ayer un coletazo
internacional: en su informe anual la Junta Internacional
de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE, dependiente de las Naciones Unidas)
puso a la Argentina
al tope de la lista de países de América del Sur en decomiso de LSD.
De acuerdo al
informe, en el que se menciona a nuestro país 11 veces, el crecimiento de la
presencia de este tipo de sustancias no es nuevo, al punto que "en 2012
los mayores volúmenes de incautación de LSD en América del Sur corresponden a la Argentina (87.605
dosis)". En el ranking le sigue Brasil, con 63.033 dosis en el mismo
período.
El panorama de la JIFE muestra que el aumento
de LSD en la Argentina
y la región viene acompañado también de otras sustancias de diseño: "En
los últimos años se han decomisado cantidades no despreciables de anfetamina o
metanfetamina en algunos países de América del Sur, sobre todo en Argentina y
Brasil", sostiene en su página 74, en la cual también se hace referencia
al éxtasis: "Según los datos oficiales más recientes de que se dispone, el
éxtasis en América del Sur sigue teniendo su origen principal en Europa. Los
volúmenes de incautación más cuantiosos de la región -los de Argentina, Brasil
y Colombia- denotan un consumo considerable de esa sustancia en esos
países".
Si bien el informe de
Naciones Unidas fue difundido ayer, según pudo saber Clarín el Ministerio de
Seguridad de la Nación
ya había recibido un borrador hace algunos meses. El 11 de febrero último, desde
esa cartera respondieron -vía Cancillería- objetando algunas de las
afirmaciones del organismo internacional.
Las autoridades
argentinas argumentaron, por ejemplo, que en 2013 a Naciones Unidas solo le
informaron incautaciones de anfetaminas tres países de la región: Argentina,
Brasil y Chile. Y que en relación a la metanfetamina ocurrió algo similar: sólo
informaron Argentina y Venezuela.
"El informe JIFE
2014 no refleja razonablemente el escenario estadístico de la región ya que no
resulta posible conocer si en el resto de los país existieron o no
incautaciones de esas sustancias", sostiene la réplica del Ministerio de
Seguridad, que tiene a cargo desde enero de 2014 el área de la Sedronar (secretaría
antidrogas) que se ocupaba específicamente de combatir el narcotráfico.
El informe enviado en
febrero a la JIFE
no cuestiona directamente si el consumo de sustancias de diseño creció o no en la Argentina. En
realidad la réplica apunta directamente a la metodología con la cual se
elaboran estos informes. Por ejemplo, menciona que el crecimiento de decomiso
de LSD que rescata el documento de Naciones Unidas se debe casi en su totalidad
a un solo procedimiento de la Policía Federal en el que se incautaron 68.000
dosis de esa droga.
"El informe no
es útil para identificar tendencias, no cumple con su función de orientar
políticas de reducción de oferta y demanda", contraatacan desde el área de
Sergio Berni.
Un apartado en esta
guerra de informes lo tuvo la cocaína. La razón: la JIFE sostiene en el punto 632
del documento difundido ayer que el 14% de la cocaína incautada en Europa (de
la que se sabe el origen) provino de la Argentina , ubicando a nuestro país en el tercer
puesto de los exportadores, detrás de Brasil (16%) y Venezuela (16%), y en el
mismo nivel de República Dominicana (14%).
En cuanto a este
punto, desde el gobierno argentino también subrayaron el hecho de que en el
informe no se deja explicitado qué países no informaron sobre las
incautaciones. "¿De dónde va a provenir la cocaína que se consume en
Estados Unidos y Europa si no es de América Latina?", argumentan.
El informe también se
mete en la polémica sobre la producción de drogas en el país. Dice que en 2012
se descubrieron en Argentina "31 establecimientos de derivados de la hoja
de coca" y destaca que no sólo habla de lugares donde se
"adultera" la calidad sino también "donde se realizan las
últimas etapas de la síntesis de clorhidrato de cocaína".