espacio promovido por la Dra. Diana Cohen
Agrest,
el 17 de diciembre de 2014
La usina de la inseguridad está
en la Universidad
(Radiografía del Garantismo
abolicionista)
I.
La palabra es “Garantismo abolicionista”
Si enfrentásemos al “garantismo” designándolo
con ese nombre de “garantismo”,
automáticamente nos colocariamos en “antigarantistas” y debiéramos salir
a explicar que no somos partidarios de ningún movimiento totalitario. En cambio
así decimos la verdad y les transferimos la carga de probar que no son
abolicionistas.
II.
Como defendemos en nuestro libro, el Garantismo abolicionista es la principal
causa inmediata de la inseguridad argentina
Pero debemos añadir algo. Decimos sin embargo
que el Garantoabolicionismo no hubiera prendido entre nosotros:
* Si no predominara una visión que coloca el
centro de la moral en el individuo egoísta que ve al otro, y por lo tanto al Estado y a la autoridad, como ya se
dijo aquí en la anterior reunión, como ilegítimos.
* Si no se hubiera abandonado a Dios y a toda moral fuerte de la cultura argentina;
*Si no se hubiera separado la política y el
derecho de la moral;
*Si no se hubiera cuestionado la distinción
fuerte entre el bien y el mal, y la misma noción de libertad, como el
Movimiento hace;
* (Esto que sigue parecerá un exabrupto, pero puedo ampliar). Si no hubiera habido la
derrota de Malvinas, con la instauración de una especie de “Órgano Virreynato”
que nos ha dejado sin fuerzas armadas ni justicia penal.
III.
Pero volvamos a lo nuestro diciendo que
el Dr. Zaffaroni es “el Autor Tipo”
No lo es por su rigor académico, ni por su coherencia,
ni por su originalidad, ni porque sea un superorganizador todopoderoso, sino porque en su segunda etapa es quien:
1) más lejos llegó en los insultos y ataques destructivos
contra el sistema penal argentino;
2) más poder
alcanzó para destruirlo; y
3) trazó en el no reeditado libro Encuentro un Plan de Lucha para una demolición que se está cumpliendo.
Ahora les voy a decir un chiste y una ironía:
nosotros en esta Usina debemos reeditar el libro Encuentro con las penas perdidas.
Y ahora les voy a decir algo en serio: “nosotros
en esta Usina debemos reeditar el libro Encuentro
con las penas perdidas”. – Por algo no se reedita el “plan…”. Todo está
escrito, pero nadie lo lee… salvo Diana y yo…
IV. Y ahora hagamos la
Radiografía
del Garantismo abolicionista,
sintetizando
mucho el cap. 33 de nuestro último libro (El Garantismo
abolicionista).
1) Su bandera son las garantías; - que no identifican a nadie
porque no hay jurista argentino que niegue las legítimas seguridades constitucionales;
2) Considera que el sistema penal es ilegítimo, inconstitucional, y contrario a los derechos humanos; a pesar de reconocer que el Derecho normativo los
desmiente, y entonces redefinen a gusto y paladar los DDHH (“nosotros somos los sacerdotes en
esta cuestión”, -sic);
3) Niega la distinción entre el bien y el mal, para favorecer lo cual
introduce un cambio de lenguaje;
4) A consecuencia de tal ilegitimidad propone destruir el sistema;
5) Pero hacerlo por implosión,
quedándose dentro para cumplir el objetivo abolicionista, que según el profesor
Elbert es éste: “La justicia penal debe
desaparecer”. “Es un caballo de Troya en la Justicia penal argentina” (La Dra. Diana Cohen Agrest lo dijo).
El razonamiento que se usa es éste. Los
juristas “progresistas” han peleado contra la opresión el sistema estatal y
penal pero las decisiones con influencia social las toman los magistrados. Hay
que estar, entonces, en la “agencia judicial” para decidir. Pero los jueces de
dicha “agencia” salen de la Facultad de Derecho Y los chicos estudian derecho
penal y se reciben por los libros de los autores tradicionales. Hay que
quedarse adentro de la “Agencia de reproducción ideológica” (la Universidad) para
formar a los “pichones de jueces”, escribiendo de nuevo los libros. Pero, ¿cómo
enseñar derecho penal si se está contra las penas?– “Redefiniéndolo” (sic) como
el que las reduce y si puede las suprime. Es como hacer el Manual del bombero
poniendo su fin en el combate al los excesos del agua … Está escrito… Es el Plan de Lucha.
6) Usa cualquier medio para demoler ya la Justicia penal, sin esperar ni
nuevas épocas ni estudios, con la ley o contra la ley, con una conducta que sea
un término medio entre a) imponer muchas penas traicionando al Movimiento;
y b) no imponer ninguna y que los
“echen” (sic);
7) Como todo esto es indigerible, por
necesidad retórica propone la zarandaja[1]
de medidas substitutivas de las
penas que no son penas, fracasadas en todas partes, como ellos mismos lo reconocen
en el Anteproyecto de Código Penal;
8) Parten de dogmas como el del juicio oral mágico y el acusatorio puro que nos han dejado casi
sin funcionamiento la justicia penal, atemorizadas y paralizadas las fuerzas de
seguridad y los jueces y alentada la
delincuencia;
9) Está derogando la prisión preventiva, porque no
les importa que los delincuentes sigan matando y proliferando;
10) Han cambiado el lenguaje penal. Como
el Fiscalísimo Marcelo Romero ha hablado del tema en la última reunión, citaré
sólo el cambio de “conflicto” en lugar de “delito”;
11) Según su reciente Anteproyecto de reforma, la Parte
general contiene la casi total derogación de las penas de la especial. El 96 %
de los delitos se pueden suspender a prueba. Y si no va eso, hay substitución de penas por no penas o… mil
elementos más para la lenidad;
12) Entretanto, con norma nueva o norma
vieja interpreta siempre toda regla jurídica en el sentido de que “el tipo zafe” (sic y recontrasic) o “la pase más aliviada” (sic y
recontrasic). Confiesan que usan nuevas
pautaciones decisorias que no son ni el Código Penal ni la Constitución
Nacional escrita ni el derecho natural, y que no respetan para nada la división de poderes;
13) Todas las causas van a la prescripción, salvo algunas contra pobres perejiles, agudizando así
la “selectividad” que por un lado se
denuncia para demoler doctrinalmente, pero en la que se incurre en forma
puntual;
14) Pero el Movimiento es manodurista sin
derechos humanos contra: 1) Los que
vencieron – con los malos métodos conocidos – la guerrilla checubanista a
partir de 1976 y no antes, y contra la policía, para la cual propone el método la
castración (sic y resic, cfr. libro Criminología, p. 28) Y 2) Contra los argentinitos no nacidos, contra los cuales la Corte Suprema dirige una
campaña feroz, considerando al asesinato de los pibes no nacidos como un
derecho.
El Autor tipo
reconoce que cuando se aplican penas se aplica el derecho penal del enemigo. Él
aplica penas… luego … aplica el derecho penal del enemigo. Lo curioso es que esa
acusación se la hizo Fayt en la causa Simon
a él (al autor tipo”) y al resto de los
firmantes.
El Movimiento ha logrado
que el hombre de derecho se encuentre en la situación que quería su maestro
Foucault: “mi proyecto es, precisamente,
conseguir que ´ya no sepan qué hacer´”.
Por algo
decía Vatimo prologando y elogiando al Autor Tipo, al que no entendió ni leyó, que no se explicaba cómo con esas ideas era
juez.
V.
Nuestra esperanza
Algunos amigos atribuyen nuestros males al gramscismo garantoabolicionista
que, cambiando el lenguaje nos habría cambiado el sentido común. – Algo de eso
hay, pero digo que al pueblo argentino no se lo han cambiado.
Nuestra gente
clama porque haya Justicia penal. Por respeto de la dignidad de las víctimas;
por respeto de la dignidad del delincuente al considerarlo responsable y libre;
capaz de mal pero también de bien y de redención. Al aplicar la pena, que tiene
múltiples fines asentados en el primario que es el retributivo, es posible
redimir al culpable.
Pero sin Justicia penal no se podrá.
Estamos en una lucha.
Una dura lucha – diría Heráclito- por las murallas de
la Argentina.
Muchas gracias.
Palabras
improvisadas en el diálogo posterior,
ahora
redactadas escritas con leve reformulación sobre la base de algunas palabras de
guión
Estamos ante dos elementos, uno que diríamos
“material”, el auge de la Criminalidad
y de la Inseguridad, y el dato
intelectual de la Usina ideológica, esto
es que aquello es promovido por el Garantismo abolicionista, su principal causa.
Éste es el núcleo y no hay que perderse en
detalles, por ejemplo tratando de lograr algunas medidas procesales o penales… Darle
mucho valor a eso sería entrar en el juego del Movimiento.
El Autor tipo pasará. En poco tiempo la gente,
incluso los que lo apoyaron para que sea Juez y lo alabaron porque en julio de
2003 era “políticamente correcto” hacerlo, y estos hasta con más fuerza que el
resto, dirán que “el rey estaba desnudo”.
Y dirán, hipócritamente: “¿cómo alguien ha podido apoyarlo”? (De quiénes
lo apoyaron hay actas… hay carpeta… de todo ¡eh!). Pero quedarán ideas que él
no inventó… porque el dogma del juicio oral, el dogma del acusatorio puro, el
dogma del derecho penal de acto entendido como si la conducta no fuera de la
persona, el dogma de que la prisión preventiva sólo procede por peligro
procesal, el dogma de aplicar “los pactos internacionales” que conculcan
nuestra soberanía, el dogma de que el
único sentido de la pena es utilitario o directamente que las penas no tienen
sentido o que “el derecho penal está en crisis”, o el dogma de la doctrina del
árbol venenoso, o el dogma de que los derechos humanos son de los delincuentes
contra el Estado, vienen de antes y seguirán y nos seguirán sumiendo en la
inseguridad.
Porque Zaffaroni no es un genio. Sin negarle mérito
académico a su primera etapa ni capacidad, su promoción estelar fue obra de elementos claramente extrínsecos. Entre
otros “el órgano Virreynato”. Que usado convenientemente aquél, ahora promoverán
ahora a otro “genio del derecho de reemplazo”, que de buenas a primera
aparecerá como el Superjurista, un
genio, oponerse al cual será “políticamente incorrecto”. Y vuelta a sufrir la Argentina
desmemoriada …
Lo principal de nuestra tarea es la divulgación de lo que pasa. Esto ya es acción, y la acción más eficaz. Debiéramos
publicar estas cosas que aquí se dicen. ¿“Cuadernos de la usina”?...
Y así constituirnos en verdadero factor de presión. Aunque se consigan
cosas concretas, para presionar hay que quedarse fuera. No hay que
engolosinarse con medidas instrumentales que se obtengan.
Sin perjuicio de alentar a todos los que se
“metan adentro”. Para crear un verdadero clamor
social desde esta Usina. Y que
no nos absorban.
En ese sentido, aprendiendo del Garantismo
abolicionista, debemos dejar las cosas siempre
como en estado provisorio. Debemos dejar “la cosa abierta”.
Ni locos debemos llamar aquí a los candidatos
a Presidente ilusionándonos con nada que nos digan. A este auditorio donde hay
madres del dolor nadie le puede decir que no.
[Agregado
que hago posterior: Dicho sea de paso, todos o casi todos los que vengan
debieran, por lo menos, acreditar que se opusieron en su momento o que no
apoyaron la candidatura del Autor Tipo en 2003… y que no contribuyeron al pedestal
falso… ¿Por cuánto tiempo debimos escuchar que tenía ideas extravagantes pero
que era un genio del derecho? Y si en su momento no se opusieron, una de dos, a) o son ignorantes que no saben nada
de lo que pasa en la cultura argentina y en el derecho argentino, o b) o son cómplices].
Nos prometerán el oro y el moro porque a estas
madres doctoradas en el dolor nadie les puede decir que no, y querrán ganar
nuestros votos. Está cantado que querrán que principal o principales líderes de
esta Usina sean sus candidatos. Les harán el “abrazo del oso”. Pero después, en
otros lugares harán lo que le venga bien al auditorio en que estén, o lo que
les marque el poder dominante, o los poderes que los financien y el poder de
los medios de prensa que apoyaron hasta aquí la destrucción de la Justicia
penal y pusieron por las nubes a quien venía a destruirla y en gran parte lo
logró.
Muchas gracias.
Héctor
H. Hernández
Autor
de El Garantismo abolicionista