Clarín, 9-6-15
En un abierto desafío al ministro de Economia, Axel Kicillof y a las mediciones de las consultoras afines al kirchnerismo, la Presidenta Cristina Kirchner aseguró ayer que la pobreza afecta a menos del 5% de la población, de los cuales apenas el 1,27% son indigentes.
No se sabe de dónde provienen esas cifras porque desde fines de 2013 el INDEC dejó de difundir los datos de esos dos indicadores claves. La última medición oficial es de la primera mitad de 2013. Y el propio INDEC informó que no se difundirían nuevas cifras.
Además, tan solo a fines de marzo de este año el Ministro Kicillof admitió en declaraciones radiales que “cuántos pobres hay es una pregunta bastante complicada. Yo no tengo el número de pobres, me parece que es una medida bastante estigmatizante”.
A su vez, en abierta discrepancia con el INDEC, el Centro de Estudios (CIFRA) de la CTA K — que dirige Hugo Yasky— aseguró que a fines de 2013 la pobreza afectaba al 18,2% de la población, de los cuales el 4,4% se encontraba en la indigencia. “Así en el último trimestre de 2013 la pobreza alcanzó aproximadamente a 7.681.000 personas, en tanto que la población indigente fue de 1.815.000”, dice el informe de CIFRA.
En cambio, con las cifras del INDEC de 2013 habría unos 2 millones de pobres, de los cuales poco más de medio millón serían indigentes.
CIFRA elaboró estos números con la metodología inaugurada por Kicillof en 2007, cuando no era funcionario, como una alternativa ante falta de confianza en los números del INDEC. Luego, al integrarse al Gobierno, Kicillof interrumpió esa medición y borró esas mediciones del sitio de CENDA, el centro de estudios que dirigía.
A su vez, en ese informe, CIFRA alertaba que “probablemente la aceleración de los precios tras la devaluación de enero de 2014 provoque un incremento en las tasas de pobreza e indigencia”. Y en un informe de marzo de este año la central kirchnerista concluyó que en 2014 la inflación fue el 36,8% y el salario real promedio tuvo una caída del 4,8%. En tanto el empleo se mantuvo estancado, con una suba del empleo público y una reducción del empleo privado.
A todo esto se suma que las Asignaciones Familiares y el valor de la Asignación Universal por Hijo (AUH) se mantienen congelado desde junio del año pasado. Se calcula que la AUH hoy tiene un poder de compra un 25% más bajo que el que tenía en el momento de lanzamiento, en octubre de 2009.
En resumen, con menor salario, real, empleo estancado y planes sociales “licuados” por la inflación se desprende que durante 2014 y en lo que va de 2015 hubo un aumento tanto de la indigencia como de la pobreza.
Es lo que dan cuenta las mediciones alternativas al INDEC y a la CTA K. Para la CGT que dirige Hugo Moyano la pobreza es del 28,6%. El dato surge de comparar los ingresos de la población contra el valor de la canasta familiar básica que, para un matrimonio con 2 hijos, sitúa en $8.600 mensuales. Y la mitad de la gente ocupada gana menos de $ 5.500 mensuales, con un tercio de los asalariados desempeñándose “en negro”.
También para el Observatorio Deuda Social de la Universidad Católica (UCA) los niveles de pobreza son más de cinco veces superiores a los del INDEC. A diciembre de 2013 la pobreza ascendió al 27,5% de la población (más de 11 millones de pobres), de los cuales el 5,5% del total (más de 2,2 millones de personas) son indigentes.
En los próximos días la UCA dará a conocer las cifras de 2014, pero fuentes de esta entidad adelantaron que la pobreza habría aumentado en unos puntos, rondando el 30%.
Entre estas mediciones de pobreza y lo dicho ayer por Cristina hay una diferencia en más o en menos de 25 puntos o de 9 millones de personas.
Estos números adversos conviven con 8 millones de personas que reciben asistencia del Estado, a través de la AUH, Argentina Trabaja y otros planes. Sin esas ayudas, se descuenta que en especial la indigencia podría ser más de un 50% más alta.
Así las cosas, a pesar del alcance de los planes sociales, los elevados indices de indigencia y pobreza marcan un deterioro social estructural que esos planes no lograr ocultar.