Hasta el glorioso sable del Libertador José de San
Martín ha caído en las impúdicas aguas del "relato". Lejos de
devolverlo al Museo Histórico Nacional en alguna fecha apropiada por su
relación con el recuerdo del Gran Capitán, el Gobierno decidió entregarlo en la
semana que ex profeso no dedicó a la epopeya de Mayo, sino a la exaltación del
período kirchnerista, por cierto mucho menos relevante para la historia
argentina que el grito de libertad de 1810 cuyos ecos se oyeron en toda América
latina.
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Durante los festejos del 25 de mayo, desde el palco oficial, se entonó el Himno Nacional, en tiempo de tango...