Esta declaración ratifica el criterio ecologista sobre el calentamiento global: que es provocado por el hombre. Tesis rechazada por muchos científicos, como se documenta en "Comentarios sobre la encíclica Laudato Sii", publicada en este blog.
------------------------------------------
“Esclavitud moderna y cambio climatico: el compromiso
de las ciudades”
Declaración de la Cumbre Mundial de Alcaldes con el
Vaticano, organizado por las Academias Pontificias de las Ciencias y de las
Ciencias Sociales (22 de julio de 2015)
Aica, 29-7-15
Los abajo firmantes nos hemos reunido aquí, en la
Academia Pontificia de las Ciencias y la Academia Pontificia de las Ciencias
Sociales, con el objeto de abordar dos dramáticas emergencias correlacionadas:
el cambio climático inducido por el ser humano, y la exclusión social en las
formas extremas de radical pobreza, de la esclavitud moderna y de la trata de
personas. Hemos llegado hasta aquí desde diversos ámbitos y diferentes
culturas, y somos así el fiel reflejo del deseo, compartido por toda la humanidad,
de paz, felicidad, prosperidad, justicia y sostenibilidad ambiental.
Siguiendo cuanto afirma la encíclica Laudato si',
hemos considerado la abrumadora evidencia científica que confirma la existencia
de un cambio climático provocado por el ser humano, al igual que la pérdida de
biodiversidad y la vulnerabilidad de los más pobres a los desastres económicos,
sociales y ambientales.
Ante las urgencias planteadas por el cambio climático
antropogénico, la exclusión social y la pobreza extrema, es nuestra intención
declarar lo siguiente, fruto de nuestro consenso. El cambio climático
antropogénico es una realidad científicamente comprobada, y su efectivo control
es un imperativo moral que alcanza a toda la humanidad.
En este fundamental espacio moral, las ciudades de
todo el planeta cumplen un papel clave. Todas nuestras tradiciones culturales
afirman la inherente dignidad y la responsabilidad social de cada individuo en
su relación con el bien común de la humanidad toda. Proclaman lo bello y lo
maravilloso del mundo natural, al igual que su inherente bondad, y lo valoran
como un don precioso que ha sido confiado a nuestro común cuidado; por eso es
nuestro deber moral respetar, y nunca devastar, este jardín que es nuestra
"casa común".
Los pobres y los excluidos, a pesar de que participen
mínimamente en la disrupción del clima, están expuestos a temibles amenazas por
causa de perturbaciones climáticas antropogénicas tales como la mayor
frecuencia de sequías, tormentas extremas, olas de calor y el aumento incesante
del nivel del mar. Hoy la humanidad cuenta con los instrumentos tecnológicos,
los medios financieros y el conocimiento adecuado para revertir el cambio
climático antrópico, poniendo fin, al mismo tiempo, a la pobreza extrema,
mediante la aplicación de soluciones relativas al desarrollo sostenible tales
como la adopción de sistemas bajos en carbono, con el respaldo de las
tecnologías de la información y de la comunicación.
El financiamiento de las iniciativas en pro del
desarrollo sostenible, tales como las que apuntan a tener un efectivo control
del cambio climático antropogénico, debe estar impulsado por incentivos que
ayuden a la transición hacia energías bajas en carbono y renovables, y debe
incorporar la búsqueda incansable de la paz, lo que permitirá que los
presupuestos de los gobiernos pasen a priorizar las inversiones en la
sostenibilidad, que tanto hacen falta, en desmedro del gasto bélico.
El mundo debe saber que la cumbre sobre el cambio
climático, a celebrarse en París hacia el final de este año (COP2 1), puede ser
la última oportunidad efectiva de negociar acuerdos para mantener el
calentamiento antropogénico por debajo de los dos grados centígrados, y para
apuntar, para mayor seguridad, a mantener el clima del planeta bien por debajo
de ese umbral. Sin embargo, de seguir la trayectoria actual, la humanidad
fácilmente podría alcanzar la devastadora cifra de cuatro grados centígrados o
más.
Los líderes políticos de todos los Estados Miembros de
la ONU tienen la especial responsabilidad de consensuar, en el marco de la
COP21, un osado acuerdo en pro del clima que confine el calentamiento del
planeta a un límite seguro para la humanidad, y que proteja a los más pobres y
vulnerables del cambio climático ininterrumpido, que pone sus vidas en grave
peligro. Tal como lo han prometido, los países de altos niveles de ingresos
deben ayudar a financiar los costos de la mitigación del cambio climático en
las naciones más necesitadas.
Para revertir el cambio climático antrópico, será
necesaria una veloz transformación que haga de nuestro hábitat un mundo
impulsado por energías bajas en carbono —entre ellas las renovables—, y fundado
en la gestión sostenible de los ecosistemas. Dichas transformaciones deberán
llevarse a cabo en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que
consensuados a nivel mundial, tendrán por objeto poner fin a la pobreza
extrema; garantizar el acceso universal a la salud, a la educación de calidad,
al agua potable, y a la energía sostenible; y fomentar la cooperación para
erradicar la trata de personas y todas las formas modernas de esclavitud.
Como alcaldes nos comprometemos a reforzar en nuestras
ciudades y asentamientos urbanos la capacidad de resilencia de los pobres y de
aquellos en situación de vulnerabilidad y reducir su exposición a los eventos
extremos relacionados con el clima y otros impactos, y catástrofes económicos,
sociales y medioambientales, que fomentan la trata de personas y los riesgos de
la migración forzada.
Asimismo nos comprometemos a terminar con el abuso, la
explotación, la trata de personas y todas las formas de esclavitud moderna, que
son crímenes de lesa humanidad, incluido el trabajo forzado y la prostitución,
el tráfico de órganos, y la esclavitud doméstica. Nos comprometemos también a
desarrollar programas nacionales de reasentamiento y reintegración que eviten
la repatriación involuntaria de las personas víctimas de trata (cf. la revision
de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, n. 162,
realizada por la PASS).
Queremos que nuestras ciudades y asentamientos urbanos
sean cada vez más socialmente inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles
(cf. Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, n. 11). Todos
los sectores y todas las partes interesadas deberán desempeñar el papel que les
corresponde: este es un compromiso al que cada uno de nosotros se suma
plenamente ya como alcaldes ya como personas.
-------------