Por Diego Cabot
| LA NACION, 12-7-15
La Argentina se da lujos impensados. Subsidia el fútbol y termina haciéndose cargo de los sueldos millonarios de los jugadores o de la corrupción enquistada del deporte más popular del país. O destina pesos a las petroleras que cobran el barril más caro que en la región.
Pero hay uno más. La Cámpora, agrupación kirchnerista convencida de ser los "guardianes del modelo", consagró el más regresivo de todos los subsidios de la Argentina. De la mano de la política aerocomercial -que maneja Mariano Recalde junto a varios de sus gerentes militantes desde Aerolíneas Argentinas- subsidia con unos cuantos millones a cada uno de los pasajeros que se suben a los aviones de la compañía.
Según datos oficiales, que surgen de cruzar los pasajeros transportados con la cantidad de transferencias del Tesoro, por cada pasajero que sube a un avión, el Estado aporta en calidad de subsidios nada menos que US$ 125. Por ejemplo, un pasaje ida y vuelta para volar el miércoles a Córdoba y regresar una semana después tiene un costo de 1574 pesos. Si alguien hace clic en esa opción, el Estado tiene que girar a la compañía $ 1130 pesos como compensación. Así funciona el subsidio de La Cámpora, que premia no a los de menores recursos, sino a los viajeros frecuentes.
Los números que se esconden detrás del déficit de la compañía no dejan de asombrar. Después de años de espera, y con la necesidad de presentarlos en el tribunal arbitral del Banco Mundial (Ciadi, según sus siglas en inglés), se aprobaron varios de los balances. A todos ellos accedió LA NACION.