Jorge Castro, Analista Internacional
Clarín, Rural, 31-10-15
En este momento, las 25 millones de unidades agrícolas de Estados Unidos tienen completamente mapeados satelitalmente sus terrenos de producción, en un mapa que cubre todo el territorio estadounidense y que establece qué semilla crece mejor, en qué tipo de campo, y bajo qué condiciones climáticas.
Se ha disipado la niebla sobre la producción agrícola norteamericana, y cada planta, en cada cultivo, está identificada en su individualidad.
Significa que en el horizonte ha desaparecido la noción de promedio en la producción agrícola de EE.UU.; y un poco más allá incluso se ha desvanecido el concepto de escala.
Es probable que las principales diferencias de productividad entre las distintas unidades agrícolas surjan de aplicar el mismo número de semillas, e igual cantidad de agua y fertilizante, a terrenos distintos y con desiguales temperaturas.
La uniformidad aplicada a la disparidad provoca por necesidad menores rendimientos (o rendimientos dispares); y lo que está haciendo la agricultura de precisión es actuar frente a lo distinto con un criterio único para cada planta y surco.
La principal consecuencia económica que surge de la agricultura de precisión es que reduce el uso de los recursos –tierra, fertilizantes, agua- para aumentar la producción.
En este contexto, el dato estratégico fundamental es que la producción agroalimentaria necesita aumentar 70% en los países avanzados y 100% en los emergentes en los próximos 35 años, para enfrentar el desafío de un aumento de la población de 2.000 millones de habitantes en ese período (pasa de 7.100 millones en 2014 a 9.500 millones en 2050), acompañado de un alza de la capacidad de compra (ingreso per cápita) que se triplica.
Lo que está ocurriendo con la agricultura de EE.UU. es un proceso de restructuración generalizado, debido a la incorporación de sus procedimientos a la “nube” o cloud computing, la nueva revolución tecnológica que transforma al capitalismo avanzado.
Sus métodos –sensores, redes, inteligencia artificial, robótica, impresoras 3D, ingeniería genética- son lo de menos. Lo esencial es el proceso de automatización de la producción que significa.
El mundo emergente experimenta una gigantesca transición dietaria (4.500 millones de personas se han volcado al consumo masivo de proteínas cárnicas).
Hoy hay 60.000 millones de animales que alimentan a 7.100 millones de personas (9.500 millones en 2050, y 95% de este incremento tiene lugar en los países emergentes).
La población animal es responsable de 14,5% de la emisión de dióxido de carbono (CO2), la causa fundamental del calentamiento de la atmósfera (cambio climático).
En los próximos 35 años hay que duplicar la población animal, lo que es insustentable en términos de cambio climático. Esto ocurre cuando la transición dietaria es un fenómeno ineludible de alcance global.
La cuadratura del círculo es la lógica de la acumulación capitalista del siglo XXI. Quizás la respuesta a este rompecabezas sea tecnológica.